En el timing que maneja la dirección de Génova para convocar el congreso del PP de Madrid no sólo entra el 'factor Ayuso', sino un calendario electoral que podría precipitarse y pillar al partido abierto en canal, como advierten desde hace días numerosos dirigentes del partido. Sin descartar el mismo escenario en Castilla y León, donde los tambores de una eventual ruptura del gobierno de Alfonso Fernández Mañueco no han dejado de sonar, las miradas se dirigen a Andalucía. Según el calendario ordinario, las elecciones no deberían celebrarse aproximadamente hasta diciembre de 2022. Es la intención que siempre ha trasladado Juanma Moreno, en público y en privado, pero en el Palacio de San Telmo ya apuntan a una apertura de urnas en primavera del próximo año si el barón popular no sale victorioso de la guerra presupuestaria que trata ahora de librar en la región.
Por el momento, los pronósticos son del todo halagüeños para el presidente andaluz, si bien en las filas populares empieza a cundir la inquietud porque el resultado de Juanma Moreno, aunque bueno, podría no ser "tan rotundo" como el que podría obtener si el partido no estuviese inmerso en una guerra fratricida entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado de la que se conoce el principio, pero no el final. La división y los pulsos internos, entienden los que tienen experiencia en este tipo de cuestiones, "nos perjudica a todos" por el propio desgaste de la marca, y favorece tanto a la izquierda como a Vox, el principal rival a la derecha del PP tras la desaparición de Ciudadanos, como ya han comenzado a reflejar los últimos sondeos publicados a nivel nacional.
La posibilidad de que se abran las urnas en Andalucía en marzo o abril de 2022 cobra cada vez más fuerza en el cuartel general del PP, que empieza a engrasar ya la maquinaria electoral y se prepara para relanzar al candidato que dio el 'campanazo' con Ciudadanos en 2018 y desbancó al socialismo después de más de tres décadas en la región. Y según trasladan fuentes autorizadas del partido, este es precisamente uno de los motivos por los que la dirección nacional se resiste a fijar una fecha en el calendario para el congreso regional del PP de Madrid, un 'gesto' que cuadros del partido, también en la Puerta del Sol, creen que ayudaría a rebajar la tensión para tratar de llegar a un acuerdo en un ambiente más distendido, sin fuego cruzado.
A tal punto ha llegado la tensión en torno al congreso madrileño que, incluso, podría llegar a producirse el escenario de unas primarias entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. El alcalde y portavoz nacional del partido no aclara si dará o no el paso, aunque en su entorno deslizan que hará lo que mandate Génova, incluso aunque implique batallar con una de las dirigentes con mayor proyección pública del PP. Sobre el papel, la intención por parte de ambos sectores es llegar a un acuerdo antes del enfrentamiento total, pero en la dirección nacional se resisten a dejar todo el poder de la organización madrileña en manos de Ayuso. Mientras ésta se enroca y advierte que no cederá la presidencia a nadie. "Las urnas me hacen más libre que los despachos", se defendió en El Hormiguero.
El otro punto de fricción tiene que ver precisamente con el calendario. En la Puerta del Sol son partidarios de celebrar las primarias antes de marzo de 2022 al entender que la gestora que comanda el partido en Madrid está en una situación "irregular" desde hace meses y que no tiene sentido alargar la agonía de la crisis interna más tiempo. Recelan de la posibilidad de que Génova quiera retrasar al máximo el cónclave madrileño para tratar de "desgastar" a la presidenta en los próximos meses, pero fuentes del entorno de Ayuso suscriben que aceptarán la fecha que elija la dirección, aunque sea en mayo o junio de 2022. La Junta Directiva Nacional aprobó que los congresos uniprovinciales se celebren durante el primer semestre del próximo año, si bien en la cúpula nacional son proclives a dejar el del PP de Madrid, el cónclave más complicado con diferencia, para el final. No obstante, fuentes de la cúpula advierten: todo dependerá de si existe o no adelanto electoral en las comunidades donde gobierna el PP.
"Los congresos más espinosos deben celebrarse cuando más tranquilo esté el patio", advierte un dirigente próximo a Pablo Casado, que abre la puerta incluso a aplazar los congresos regionales por causa de fuerza mayor, es decir, porque se abran las urnas en aquellos territorios donde el PP volverá a necesitar del empuje de un partido unido para volver a ganar. Además, una hipotética nueva victoria de Juanma Moreno o de Alfonso Fernández Mañueco en sus respectivos territorios tiene una doble lectura en la dirección nacional: un éxito incontestable de otros dos barones permitiría diluir por fin el argumento de que gracias al 'efecto Ayuso' el PP volvió a crecer en las encuestas, precisamente el argumento que utilizan en el entorno de la presidenta madrileña utilizan para justificar su "aspiración legítima" a hacerse con las riendas del partido en su región, como el resto de líderes autonómicos.
Elecciones por "asfixia" política
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha llevado prácticamente hasta el final su intención de "agotar" la legislatura en la región frente a la presión no sólo externa, sino también interna para que convoque cuanto antes comicios en un contexto extraordinariamente favorable en las encuestas, en que el 'barón' popular roza la mayoría absoluta. Pero en el PP ya contemplan pulsar el botón de adelanto electoral por "asfixia" política si Moreno no consigue aprobar sus presupuestos antes de que finalice el año.
El popular sólo ha encontrado piedras en el camino durante una negociación a dos bandas, tanto con el PSOE como con Vox, hasta el punto de que ambas formaciones han amagado con presentar sendas enmiendas a la totalidad a las cuentas públicas que, según fuentes del partido, abocaría a Andalucía irremediablemente a elecciones. El plazo para la presentación de este trámite por parte de las dos fuerzas de las que depende Moreno Bonilla finaliza el próximo 18 de noviembre, aunque los partidos tienen la posibilidad de retirar el órdago hasta el mismo 25 de noviembre, cuando está previsto el debate presupuestario. Según la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), los comicios se celebrarán 54 días después de la disolución del Parlamento, por lo que en el equipo de Juanma Moreno empiezan ya a jugar con los tiempos y a situarse en la hipótesis cada vez más plausible de que sus cuentas no salgan adelante. "Si hay una descarada planificación por parte de los distintos grupos políticos para asfixiar al Gobierno, no nos quedará más remedio que disolver", subrayaba el presidente andaluz hace unos días en El Mundo.
Sea cual sea el escenario final, y a la espera de conocer lo que sucede con el de Madrid, esta semana se celebra en Granada uno de los congresos más importantes del Partido Popular: el de Andalucía. Allí, Juanma Moreno quedará ratificado como presidente del partido, con el apoyo tanto de Pablo Casado como del resto de barones, incluida Isabel Díaz Ayuso. Con la renovación del órgano de gobierno del PP en Andalucía, a Juanma Moreno le quedarán aún unos meses para poner a punto la maquinaria interna de la formación con una ejecutiva renovada y lista para batallar en las urnas. Para entonces, Moreno ya conocerá si PSOE y Vox han presentado enmiendas a la totalidad y, si es así, actuar en consecuencia con el beneplácito del jefe de filas del PP.
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