Pese al abandono de todos sus cargos públicos y su reconversión como analista político, Pablo Iglesias no ha dejado de tener influencia en la cúpula de Unidas Podemos. A nivel orgánico, cedió el testigo a dos viejas amigas de universidad -Ione Belarra a los mandos e Irene Montero como número dos-, y ungió a la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, como su sucesora en la coalición gubernamental. La interlocución es directa y constante. Y los que conocen al ex dirigente morado, saben que no da puntada sin hilo. Hace unas semanas, en mitad de uno de sus ya habituales rifirrafes radiofónicos con Carmen Calvo, Pablo Iglesias aseguró en la Cadena Ser que había transmitido a los suyos "relax y sonrisas" en la negociación respecto a la derogación de la reforma laboral que comandaba precisamente la vicepresidenta segunda del Gobierno. "Podemos y Yolanda han ganado ya", aseveró, suscribiendo en todo caso cualquier éxito de la dirigente gallega como una victoria del partido morado.
Pablo Iglesias no quiere que el partido que él mismo fundó se quede al margen del frente político que se está gestando a la izquierda del PSOE, con Yolanda Díaz como cabecilla. El ya habitual silencio de Podemos para referirse a la plataforma que ha arrancado con el lema de Otras Políticas -y para cuyo gran evento de inauguración no se envió invitación ni a Ione Belarra ni a Irene Montero-, contrasta con la voz que ha elevado el ex político madrileño para defender los intereses de los morados y, al mismo tiempo, presionar a Yolanda Díaz para que no desplace a Podemos en la nueva confluencia de izquierdas.
Ante los micrófonos de RAC1, el ex secretario general de la formación morada instó a la titular de Trabajo a que cerrase "pronto" el papel que tendrán mujeres como Belarra y Montero o dirigentes de Izquierda Unida en la incipiente plataforma electoral "femenina" y "feminista" como definieron sus protagonistas este sábado en Valencia. Y Podemos no tardó en reaccionar al 'toque' de Iglesias. Este lunes, de la mano de su portavoz Isa Serra y dos días después del acto que el sábado congregó a Mónica García, Yolanda Díaz, Mónica Oltra, Ada Colau y Fatima Hamed, Podemos respaldó en el encuentro entre diferentes dirigentes de izquierda ante el creciente riesgo de quedarse fuera de la ecuación. De hecho, Serra encuadró la cita de Valencia como "el pistoletazo de salida" en la construcción de una alternativa fuerte de izquierdas, en la que pablistas y errejonistas se verán necesariamente las caras si la actual vicepresidenta segunda se decide a aceptar el órdago de Pablo Iglesias.
Por si fuera poco, el político madrileño ha comenzado a azuzar en las tertulias radiofónicas el fantasma de un adelanto electoral en 2022 para presionar aún más a la ministra de Trabajo en la definición del proyecto político que aspira a comandar, hasta el punto de reconocer que lamentó no ver a Irene Montero e Ione Belarra junto al resto de dirigentes femeninas en el acto de Otras Políticas en Valencia.
Para alimentar su teoría, que Iglesias denominó como "secreto" de las entrañas políticas de las que aseguró haber salido ya, el ex dirigente morado apuntó directamente a la condición de "estratega" de Sánchez y la posibilidad de que éste pulse el botón de adelanto electoral para evitar un rearme en el espectro situado a su izquierda que le implique perder la cuota de poder que actualmente mantiene en el Gobierno en un eventual nuevo Ejecutivo de izquierdas.
"¿Qué tiene que ganar Pedro Sánchez presentándose a unas generales después de unos procesos autonómicos y municipales que, a priori, no pintan bien para la izquierda? ¿Qué tiene que ganar si se consolida a su izquierda una opción política que penetre en su terreno electoral? Porque eso es básicamente lo que significa Yolanda Díaz", ahondaba Iglesias, para insistir en la premisa de que "no es descartable en ningún caso que las elecciones fueran en 2022".
Al margen del crecimiento político de la figura de la política gallega y de la tesis que importantes sectores de Podemos comienzan a azuzar en privado, como el "temor" que observan en el PSOE a que Díaz pueda irrumpir con fuerza en el futuro panorama electoral y mejorar incluso por mucho la marca de 35 escaños que actualmente ostenta Podemos en el Congreso, Iglesias nombró otras 'tentaciones' de Sánchez para abrir las urnas antes de tiempo, como la irrupción de la "gran novedad política de las próximas generales", que no será otra, según el ex dirigente, que la irrupción de la España Vaciada, un fenómeno que "puede romper por completo el tablero".
En definitiva, Iglesias dejó en evidencia una flagrante desconfianza a la promesa que el jefe del Ejecutivo ha reiterado en diferentes intervenciones públicas, como que agotará la legislatura y no convocará hasta que corresponda, es decir, en 2023. Y, veladamente, insta a Yolanda Díaz a que haga suyos sus propios recelos para comenzar a configurar más pronto que tarde no sólo la hoja de ruta política de su ambiciosa plataforma, sino el grueso de su estructura orgánica.
"Si Pedro Sánchez es presidente del Gobierno no es por haber sido un buen o un mal servidor público, sino por haber sido un estratega (...). Las estrategias políticas se apartan de los grandes proyectos de transformación social y de lo que se dice o no al electorado". Y lanzó una última advertencia: "Sánchez hará lo que le sea conveniente para tener un resultado electoral que le permita seguir siendo presidente", lanzaba.
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