Tras la información publicada por El Independiente el mes pasado, el Gobierno de coalición había decidido desbloquear el envío de vacunas contra el Covid a los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia). Un paso que se ha encontrado con el "no" rotundo de las autoridades saharauis. Fuentes del Frente Polisario aseguran a este diario que han trasladado su negativa a recibir ahora las dosis que reclamaron oficialmente el pasado diciembre, alegando el tiempo transcurrido y el hallazgo de otras fuentes de suministro de sueros.
“Llega demasiado tarde. Hemos esperado mucho y ya lo hemos resuelto por nuestro lado, con dosis que serán proporcionadas por Argelia y otros países africanos. Lo que sí hemos trasladado a las autoridades españolas es que pueden cooperar en otros campos en la gestión de la pandemia”, replican a este diario desde la delegación saharaui en España.
El Frente Polisario, que solicitó formalmente los sueros el pasado diciembre, manifiesta ahora tener suficientes vacunas comprometidas con otros Estados para inmunizar a su población, que registra cifras bajísimas de vacunación. Se trataría de dosis de AstraZeneca, la china Sinovac y la rusa Sputnik. Fuentes del ministerio de Exteriores español, sin embargo, indican a este diario no haber recibido, en ningún caso, la notificación de ese rechazo.
Durante meses el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos mantuvo congelado cualquier envío a los campamentos de Tinduf, vulnerando el plan de vacunación solidaria diseñado por los ministerios de Asuntos Exteriores y Sanidad el pasado enero y en el que se citaba como colectivo prioritario el de los refugiados saharauis.
El programa comenzó a ejecutarse tras los avances de la vacunación de la población nacional y el registro de excedentes de vacunas, especialmente de AstraZeneca. Entre tanto, ha despachado más de 6,5 millones de dosis a países de América Latina. Fuentes de Exteriores avanzaron la semana pasada que Pedro Sánchez había ordenado la reserva de 2 millones de dosis contra el coronavirus a contextos humanitarios.
Mecanismo a través de Acnur
La intención inicial de Moncloa era suministrar esas dosis a través de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), un mecanismo que evitaba tratar directamente con la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática y mitigar cualquier reacción iracunda del vecino marroquí. “Estamos trabajando actualmente con instituciones multilaterales y humanitarias (COVAX, ACNUR, UNRWA) para establecer un mecanismo para canalizar vacunas a los diferentes contextos humanitarios prioritarios para España, incluidos los campamentos saharauis”, indicaron las fuentes del ministerio que desde julio dirige el socialista José Manuel Albares.
El Frente Polisario reconoce a este diario que esa vía propuesta por el Gobierno se topó con el rechazo de Acnur, reacia a asumir la gestión del envío de esas vacunas al territorio en suelo argelino en el que viven desde hace 46 años la población que huyó del entonces Sáhara español. “Acnur les recomendó que se pusieran directamente en contacto con las autoridades saharauis”, apuntan fuentes del Polisario a este diario.
Vacunación prioritaria
La denominada “Estrategia de respuesta conjunta de la cooperación española a la crisis de la Covid-19”, pactada entre ministerios, consideraba como beneficiario prioritario de la “vacunación solidaria” a “la población refugiada, desplazada y solicitantes de asilo, especialmente en contextos humanitarios, en países en desarrollo”. El documento sugería “la posibilidad de plantear y realizar acciones bilaterales en contextos humanitarios de especial interés o en los que la experiencia de la Cooperación Española pueda aportar valor añadido a las operaciones, como el de los refugiados saharauis”.
La demora de meses, cuyas causas Exteriores se ha negado a responder a este diario, está enmarcada en las tentativas de Albares de restablecer las relaciones con el régimen de Mohamed VI tras la crisis diplomática entre Madrid y Rabat que desató la hospitalización en España del líder del Polisario, Brahim Ghali, y la llegada de miles de migrantes a Ceuta en acto de represalia marroquí censurado por el Parlamento europeo. El mes pasado Albares negó incluso que España fuera la potencia administradora del Sáhara Occidental, el último territorio de África pendiente de descolonizar. “Ni en la lista de territorios no autónomos de la ONU y ni en ninguna resolución del Consejo de Seguridad, España lo es, ya que dejó de serlo en el año 1975”, manifestó en unas declaraciones que suscitaron un aluvión de críticas.
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