El malestar y la presión externa e interna para que Juanma Moreno desautorizase a su vicepresidente tras el terremoto que protagonizó la semana pasada no causó efecto en el 'barón' del PP. Juan Marín fue, de hecho, uno de los invitados de honor en el congreso del PP andaluz, el primero que los populares de esta región celebran siendo Gobierno y no oposición y, según relatan varios de los presentes, el "más especial" para la familia andaluza del PP. Pero la presencia del también coordinador de Ciudadanos en la región -que incluso llegó a intervenir en el cónclave- y el hecho de que Moreno no le retirase la invitación después de que el vicepresidente disparase contra Génova y contra los intereses del propio ejecutivo andaluz han desatado los recelos en diferentes sectores del PP por los tambores de un posible pacto oculto entre el propio Juan Marín y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo.
El objetivo, según señalan diversas fuentes populares, no sería otro que la integración del dirigente de Ciudadanos en la lista del presidente de la Junta en las próximas elecciones autonómicas, en las que la formación naranja y el propio Marín se juegan su supervivencia política. De ahí el férreo blindaje que ha mostrado Juanma Moreno con su vicepresidente en los últimos días, y que llegó a su máxima expresión el pasado viernes, cuando el coordinador de Ciudadanos Andalucía protagonizó una charla con Elías Bendodo en la que ambos escenificaron una alianza más cercana a una simbiosis política que a una conversación de dos rivales en las urnas. "Si alguien pudiera mirar por una mirilla los Consejos de Gobierno, no sabrían diferenciar quién es del PP y quién de Ciudadanos", expresó el portavoz del ejecutivo andaluz, mientras Marín encumbró la "amistad" que le une desde hace años al consejero de Presidencia del PP.
Según relatan algunos de los presentes, una ola de "indignación" recorrió a los dirigentes más cercanos a Génova cuando comprobaron no sólo que Moreno Bonilla no le había retirado la invitación, sino que incluso le exhortaron a intervenir. "No sólo no le han desautorizado, sino que ahora le hacemos la ola", comentan fuentes del PP andaluz. "A día de hoy nadie logra entender qué hacía Marín allí", insisten, sin descartar en ningún momento la opción de una posible incorporación del dirigente de Ciudadanos al equipo de Moreno para los próximos comicios, un escenario que dependerá en todo caso de las previsiones demoscópicas de los naranjas. Si se hunden, reiteran, "buscará acomodo en el PP", y en ningún caso "se irá de la política".
La presencia de Juan Marín en el cónclave del PP andaluz ha vuelto a poner el foco en unas sospechas que hace tiempo que sobrevuelan el Palacio de San Telmo. Tal y como publicó El Independiente hace meses, el dirigente naranja nunca ha cerrado la puerta a dar el salto al PP, aunque este escenario perdió fuerza por dos motivos: porque, pese a las reticencias iniciales, Inés Arrimadas apostó finalmente por Juan Marín como candidato para no desangrar aún más el partido con luchas internas tras la debacle de las elecciones madrileñas; y por la entrada en Génova del ex secretario de Organización de Ciudadanos y enemigo íntimo de Marín, Fran Hervías, que ahora trabaja a las órdenes de Teodoro García Egea en el PP.
Como trasladaron entonces desde ambos partidos, Juan Marín intentó abonar el terreno con Elías Bendodo para forzar una suerte de 'Andalucía Suma' como fórmula intermedia para evitar la desaparición de Ciudadanos sin anexionarse a los populares. Pero si antes era su jefa en el partido naranja, Inés Arrimadas, quien se oponía a tal posibilidad ahora también lo rechaza frontalmente la dirección del PP, que defiende la circunstancia de que Moreno roza en estos momentos la mayoría absoluta en Andalucía sin ayuda externa, según los últimos sondeos publicados. Mientras tanto, la fórmula de la integración de Marín a las listas de Moreno -en una especie de candidatura conjunta pero bajo el manto del PP- gana enteros en las cuitas internas. De hecho, ha sido el propio presidente de la Junta el que ha deslizado que incluir a su vicepresidente en el futuro equipo de gobierno autonómico, es un escenario aún hipotético, pero plausible.
"Tenemos un proyecto político con mucha personalidad y trayectoria histórica, pero estoy dispuesto a sumar. Este esfuerzo por Andalucía supera a cualquier partido político", expresó Juanma Moreno en una entrevista para el Ideal de Granada cuando el presidente era preguntado por sumar a Juan Marín a su equipo. "Todo puede pasar", subrayó. "Somos un equipo", exhibió el vicepresidente el pasado viernes ante cientos de afiliados populares.
Desafío a Fran Hervías y a García Egea
El objetivo velado del presidente de la Junta de Andalucía este fin de semana era que el nombre de su vicepresidente, salpicado por la polémica filtración de un audio que dinamitó la negociación de los presupuestos con PSOE y Vox y azuzó de nuevo el fantasma de adelanto electoral en la región quedase completamente limpio, exhibiendo una imagen de equipo cohesionado frente a las presiones internas. De hecho, nada más llegar Juanma Moreno al coloquio popular en Granada se fundió en un abrazo con Juan Marín, lo que se interpretó por muchos cuadros populares como un desafío a la dirección de Génova en general y a Teodoro García Egea en particular.
La pasada semana, Cadena Ser publicó un audio en el que se podía escuchar a Marín en una reunión con su grupo parlamentario el pasado verano aleccionando a sus diputados a actuar con cálculo electoralista, desde no pactar un nuevo presupuesto en año electoral hasta boicotear las leyes propuestas por sus socios de coalición para estirar al máximo el chicle de la legislatura. Aunque importantes dirigentes del PP andaluz aseguraron sentirse "traicionados" por el vicepresidente de la Junta, el mensaje de Juanma Moreno fue de calma y de blindaje absoluto de Marín. Pero la bomba vendría después. El coordinador de Cs Andalucía apuntó directamente a Génova y a Fran Hervías -que trabaja mano a mano con Teodoro García Egea- como responsables de la filtración del audio, y acusó a la dirección popular de querer dinamitar la coalición PP-Cs y forzar elecciones en Andalucía en contra del criterio del presidente regional.
El Independiente se hizo eco del malestar que tanto dirigentes populares en Andalucía como miembros de la cúpula nacional expresaron en privado no sólo por la "humillación" de Marín al PP, sino por el hecho de que desde San Telmo no desautorizasen al dirigente naranja ante el ataque sin cuartel contra el PP. Se dio la circunstancia de que Moreno Bonilla ya había tendido previamente la mano a Juan Marín para que participase en el congreso andaluz, si bien diferentes cargos del partido exigieron al presidente de la Junta que se impusiese y retirase la invitación a su vicepresidente ante el terremoto que él mismo había desatado y el creciente malestar interno. Pero Moreno no sólo hizo caso omiso, sino que respaldó sin fisuras a Marín en su desafío a la dirección nacional. "Es una vergüenza. Lo lógico es que los compañeros nos demos respaldos y apoyo (...) Si ataca a la dirección nacional, nos está atacando a todos", expresaban diferentes dirigentes populares en Andalucía.
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