Si Unidas Podemos se descalabra en las autonómicas andaluzas, primera cita del calendario electoral que puede llegar, además, con prisas, "los morados pierden cualquier capacidad de tutelaje sobre la vicepresidenta tercera", Yolanda Díaz. Así de claro lo expresan fuentes conocedoras de los movimientos existentes en torno a la futura plataforma o frente amplio sobre el que la ministra de Trabajo construirá su candidatura a las próximas eleciones generales.
Y es que las andaluzas no pintan nada bien para la izquierda a la izquierda del PSOE, cada vez más atomizada. Ni siquiera para el socialista Juan Espadas, muy verde todavía, frente a un presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que ha conseguido un vuelco sociológico histórico en la región donde el partido del puño y la rosa gobernó ininterrumpidamente durante cuarenta y un años.
Andalucía, la "prueba del algodón" para la izquierda
Con todo en contra, los morados son conscientes de que, al igual que en Madrid, han perdido pie en Andalucía, convertida en "la prueba del algodón", dicen los mismos medios consultados, sobre su salud electoral. "En el momento en que Podemos pinche, eso le va bien a Yolanda", del mismo modo, aducen, que "Podemos necesita que Yolanda meta la pata" para poder recuperar el poder y el ascendente interno del que disfrutaban. Ahora mismo, la formación morada se ha convertido en un lastre para la gallega.
Cada vez son más evidentes los intentos de orillamiento de Podemos, que ha pasado de autoproclamarse como la "nave nodriza" de esa futura plataforma a ser ignorada y ninguneada en el camino hacia el estrellato de Díaz. El partido hoy capitaneado por Ione Belarra "no calculó la repercusión del acto de Valencia" que reunió a la vicepresidenta con Ada Colau, Mónica Oltra, Mónica García y Fátima Hamed. "Ese acto nunca fue pensado para lo que se dijo", explican fuentes próximas a Díaz, pero "derivó en algo que superó todas las previsiones".
Supuso, de hecho, "un antes y un después", entre otras cosas porque ni siquiera "hubo referencias a la ausencia de Podemos", que estuvo silente en las redes sociales mientras que glosaban ese acto otros dirigentes políticos que salieron de Podemos como Íñigo Errejón y Teresa Rodríguez. En definitiva, los morados pasaron de intentar marcar el paso a Díaz a darse cuenta que "los ritmos y los modos los debe determinar ella".
Un descalabro electoral de Teresa Rodríguez allanaría su incorporación a la plataforma de Díaz
Y todo ello cuando todavía no les ha llegado la puntilla en forma de más que previsible descalabro andaluz. Podemos carece de estructura territorial e Izquierda Unida, que la tuvo, apenas es hoy una sombra de lo que fue, con algo de presencia en Sevilla y en Córdoba. Además, la coalición encabezada por Teresa Rodríguez distorsiona aún más el panorama para la izquierda andaluza y ensombrece el horizonte para los morados, aunque tampoco le vaya a ir bien en una consulta electoral que toca a finales del año que viene y que apunta adelanto para primavera.
De un descenso de Adelante Andalucía también puede sacar rédito Yolanda Díaz. A lomos Rodríguez del conflicto del metal en Cádiz y con su pareja y alcalde de la ciudad, José María González, megáfono en mano, intenta parar su más que previsible sangría de votos. Y una vez pase eso, cuando lleguen las generales, "Teresa estará más tranquila y consciente de lo que es y de lo que no es" y quizá se avenga a sumarse a una plataforma en la que vuelva a coincidir con su archienemigo Podemos.
Se descarta en todo caso la posibilidad de convertir la comunidad andaluza en el primer laboratorio donde ensayar esa nueva plataforma amplia de izquierdas. Primero, "no hay tiempo" para ello, aducen distintos medios consultados. Segundo, "no haremos un buen papel. Juanma Moreno está muy sólido". Y, tercero, el valor de esa plataforma descansa en la figura de Díaz y no correrá el riesgo de amadrinar un proyecto condenado al fracaso.
En el entorno de la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo insisten en que ésta no ha abierto ninguna ronda de contactos con la que ir recabando adhesiones, pero ni falta que hace. "No hay que reunirse tanto, ya son los otros los que comienzan a hablar de ti", dicen las fuentes consultadas.
Y sí, la izquierda a la izquierda del PSOE lleva meses moviéndose, intentando una opa a los morados, diseñando un modelo confederal en que cada uno tenga su identidad y alérgico a los "señoros". Y la primera víctima de todo ello es la formación fundada por Pablo Iglesias Turrión.
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