"Nunca henos trabajado con tanta libertad", aseguran en el Ministerio de Igualdad capitaneado por Irene Montero. Precisamente, la ministra de Podemos se ha apuntado un tanto con la renovación este jueves del pacto contra la violencia de género, con la única oposición de Vox, y de la mano del primer partido de la oposición. Ha llevado las negociaciones personalmente con el líder del PP, Pablo Casado, y en coordinación con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. También ha trabajado con la nueva responsable de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, en buena sintonía, según reconocen en su equipo y con quien la une una cercanía generacional.
Y es que la salida de Carmen Calvo de la vicepresidencia primera del Gobierno y de esa secretaría de Igualdad del PSOE le ha despejado el camino a Montero tras choques continuos desde que se inauguró el ejecutivo de coalición. Calvo, aducen fuentes próximas a la ministra, "es una mujer apasionada representante de una generación que poco menos pensaba que veníamos a robar su bandera del feminismo".
Chocaron en la llamada ley del "sí es sí", que se llegó a calificar desde vicepresidencia primera de "bodrio jurídico", y volvieron a hacerlo, a cara de perro, con la ley trans -bloqueada durante meses- hasta que Pedro Sánchez inclinó la balanza a favor de Montero y sentenció el futuro de Calvo. También han peleado por la "autoría intelectual" del debate sobre la prohibición de la prostitución. Igualdad está tramitando ahora la reforma de la ley del aborto y se siente con las manos libres para poder trabajar sin las injerencias e intentos de tutela de Calvo.
La salida de Calvo del gobierno y de la dirección del PSOE ha despejado el camino de Irene Montero
A nadie se le escapa que la cordobesa nunca llevó bien perder las competencias de Igualdad por mor del pacto con Unidas Podemos. De hecho, ya fuera del Ejecutivo, en una dura intervención durante el cuarenta congreso del PSOE -celebrado el pasado mes en Valencia- advirtió contra los mensajes "enmascarados de falsa libertad y modernidad".
"El feminismo no es un cajón de sastre en el que se meta todo y que lo aguante todo", agregó en lo que parecía un ataque al feminismo que se autodeclara "liberal" pero que suponía un misil de más largo alcance. Porque también dijo que si bien la lucha feminista tiene 200 años de recorrido y no es solo patrimonio socialista, el PSOE "es el único que puede sacar esa bandera".
En el equipo de Irene Montero aseguran haber trabajado muy bien con Bolaños y Fernández, también con el PP, "con quien hemos tenido diferencias pero asumiendo la voluntad de pacto por ambas partes". Tras contactar con Casado, Montero negoció con la portavoz popular, Cuca Gamarra. De hecho la ministra, en una entrevista en "La hora de la 1" de TVE señaló que Gobierno y PP "en esto estamos juntos".
Posteriormente, desde el Congreso de los Diputados extendió su agradecimiento a "la plena coordinación en el seno del Gobierno", con una mención expresa a Bolaños, también al PSOE y su responsable de igualdad y al partido del que ella misma es dirigente, Unidas Podemos y a Ángela Rodríguez, secretaria de Estado de Igualdad. Se ha articulado "un trabajo discreto" que dista mucho de las polémicas y broncas públicas que PSOE y Unidas Podemos protagonizaban en época de Calvo a cuenta de las leyes del ministerio morado.
Calvo acudió ayer a un acto del PSOE con motivo del Día Internacional contra la Violencia de género, pero no tomó la palabra
"Lo que hemos hecho es política de Estado. Alcanzar un acuerdo con el mismo consenso que en el año 2017 para actualizar el pacto de estado contra la violencia de género", convertirlo en permanente y blindar su financiación", explicó la ministra.
Precisamente, Calvo acudió ayer a un acto de su partido con motivo del Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres. Intervinieron, por este orden, la secretaria de Organización del PSOE, Adriana Lastra. Posteriormente el ex jefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero participó en un breve coloquio con Andrea Fernández y cerró el acto Pedro Sánchez. Aunque alguno de los intervinientes aludieron a Calvo, esta no tomó la palabra a pesar de presidir la comisión de Igualdad del Congreso.
Llamativo fue el convencimiento de Zapatero -bajo cuya presidencia se aprobó el primer plan integral contra la violencia machista- de que el Ejecutivo de Sánchez "va a llegar casi a la erradicación de la violencia de género. Creo que lo podemos lograr", aseguró.
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