El viaje a Egipto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arranca a primera hora de este miércoles con una clausura, la del Foro Empresarial Hispano Egipcio, un acto central de la agenda que, sin embargo, solo dura una hora. Su visita a El Cairo, cuya pertinencia pocos entienden, se produce cuando se cumple el primer aniversario de la tormentosa salida del país de Naturgy y la que fuera durante años la joya de la inversión española en la tierra de los faraones, tras años de cierre del suministro, impagos y litigios internacionales.
Sánchez cierra un acto que bien podría competir en duración con su brevísimo encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado octubre en un pasillo de la cumbre de la reunión del G20 en Roma. En aquella ocasión, fueron segundos pero la conversación, según el presidente, abordó muchos asuntos. Para mas inri, fuentes de La Moncloa consultadas por El Independiente consideran uno de los objetivos prioritarios de este encuentro relanzar unas relaciones comerciales maltrechas por la crisis que desató el contencioso de Naturgy, un conflicto en el que el país árabe demostró por enésima vez su escaso respeto a la seguridad jurídica de las empresas extranjeras.
La crisis de Naturgy está superada, dicen fuentes de La Moncloa
"Hay muchas firmas españolas trabajando aquí. Esa crisis está superada y ahora vamos a retomar las relaciones y relanzarlas", sostienen fuentes oficiales a este diario. Al citado foro, que se celebra en el hotel Ritz Carlton de la capital egipcia, asisten apenas una docena de firmas, según datos facilitados por el Ejecutivo. Entre las compañías, figuran Navantia, Técnicas Reunidas, Airbus, Aqualia, Caf, Ignis, Indra, Siemens Gamesa, Talgo o Thales España. Al encuentro también asisten representantes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y de la Cámara de Comercio de España.
60 minutos para un encuentro comercial
En la inauguración del foro, según fuentes de la Cámara de Comercio, intervienen la secretaria de Estado de Comercio española, Xiana Margarida Méndez y la ministra de Industria egipcia así como representantes de las organizaciones convocantes. "Unas cuantas empresas españolas, FCC, Aqualia y Siemens Gamesa, explicarán los casos de éxito en Egipto y después lo clausurarán el primer ministro de Egipto y el presidente del Gobierno español", explican a propósito de una agenda claramente apretada para 60 minutos.
El asunto de Naturgy ha tenido un impacto en el enfriamiento de las relaciones comerciales, reconocen los empresarios
Fuentes empresariales alegan, respecto al caso Naturgy, que "resulta útil que en países donde tenemos dificultades, en lugar de salir, procuremos hacer valer la apuesta para que esto no se reproduzca". "El asunto de Naturgy ha tenido un impacto en el enfriamiento de las relaciones en materia comercial. Es una oportunidad para conocer los planes del Gobierno egipcio y las garantías que nos da en el futuro", agregan.
Un año después de la marcha de Naturgy
Hasta el calendario parece haber conspirado en contra del viaje. El foro, de una hora de duración, se celebra justo un año después del anuncio de salida de Naturgy. El 1 de diciembre de 2020 la empresa informó de su adiós a la planta de gas natural licuado ubicada en la ciudad mediterránea de Damietta en la que invirtió 1.500 millones de dólares. Atrás quedaba una auténtica travesía por el desierto. Las instalaciones, inauguradas en 2004, habían estado cerradas desde finales de 2012 después de que las autoridades locales decidieran unilateralmente interrumpir el suministro de gas con el pretexto de emplearlo para satisfacer la creciente demanda interna.
El litigio, millonario, llegó a implicar durante años a la diplomacia española al más alto nivel y estuvo jalonado de victorias en organismos de arbitraje internacional a favor de Naturgy que el régimen de Abdelfatah al Sisi jamás aceptó. Entre los dictámenes, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), un organismo de arbitraje vinculado al Banco Mundial con sede en Washington, resolvió que El Cairo vulneraba los tratados de protección de inversiones internacionales. Fue la constatación más nítida de lo costoso y arriesgado de hacer negocios en Egipto.
A pesar de esas tribulaciones, Sánchez ha desembarcado este miércoles en El Cairo para protagonizar unas horas de visita que, según La Moncloa, "combina tanto el impulso a los lazos políticos como a las relaciones económicas y comerciales entre España y Egipto, que son muy buenas pero que hay un espacio grande para un mayor desarrollo". El primer intento de viajar al país fue cancelado el pasado agosto por la crisis desatada tras la llegada al poder de los talibanes en Afganistán. "Mi visita a Egipto tiene como objetivo fortalecer los vínculos entre nuestros dos países, incluida la promoción del comercio y la inversión", ha declarado Sánchez en una entrevista al rotativo gubernamental Al Ahram en la que no menciona las enormes dificultades que han padecido las empresas españolas en el país.
Se trata de la primera visita de un jefe del Ejecutivo español a Egipto desde 2009, un país presidido por aquel entonces por Hosni Mubarak, derrocado dos años más tarde en las revueltas de la Primavera Árabe. Sánchez se reúne con Abdelfatah al Sisi, el mariscal de campo que urdió el golpe de Estado de 2013 que hizo descarrilar la transición democrática y que dirige desde entonces con mano de hierro el país, entre graves denuncias de derechos humanos. Decenas de miles de opositores han sido detenidos y perseguidos y se ha bloqueado el acceso a cientos de páginas web. El presidente del Gobierno no ofrecerá rueda de prensa, a pesar de la asistencia de periodistas desde Madrid, y su intervención pública se militará a una declaración institucional sin preguntas.
Sánchez se reúne con Abdelfatah al Sisi, el mariscal de campo que urdió el golpe de Estado de 2013
Fuentes de La Moncloa insisten en que Egipto es "una potencia regional indispensable para la estabilidad del Mediterráneo oriental y Oriente Próximo, así como para impulsar la asociación euromediterránea". Una declaración que, no obstante, desarma el más liviano análisis de la realidad geopolítica de la región. Egipto ha perdido su papel de líder regional, fagocitado por una aguda crisis económica que le ha obligado a buscar auxilio en los países del golfo Pérsico, los verdaderos hacedores hoy de los conflictos que agitan la región, y por un desbocado crecimiento demográfico que, unido a la represión de cualquier libertad, amenaza con un nuevo estallido social. Con 100 millones de habitantes, el país está herido por los abismos sociales y por la existencia de una pobreza al alza. Una falsa estabilidad, impuesta a golpe de represión, no parece sostenible a largo plazo, advierten los analistas.
Derechos humanos, la incógnita
A pregunta de este diario, fuentes gubernamentales aseguran que los derechos humanos también estarán en la agenda, que se completa con sendas reuniones con el primer ministro, Mostafa Mabduli, y Ahmed Aboul Gheit, ex ministro de Mubarak y secretario general de la Liga Árabe, una organización panárabe con sede en El Cairo célebre por sus largas, intempestivas e inútiles deliberaciones. "Es un viaje que se pospuso por las repatriaciones desde Afganistán. Se ha renovado en cuanto ha llegado el momento", subrayan desde el Gobierno.
"Se va a hablar de todo. Nuestra política es clara en esta materia y la defendemos en cualquier lugar y foro. Estamos alineados con la Unión Europa y no hay ningún tema tabú", aseguran fuentes de La Moncloa. Sánchez, que aterrizó a última hora de este martes en El Cairo, concluye a las dos de la tarde un periplo exprés, de apenas 18 horas, del que se ha caído finalmente una visita a una de las depuradoras de aguas residuales que Aqualia gestiona en las afueras de la capital.
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