Macarena Olona, diputada en el Congreso y potencial aspirante a liderar la candidatura de Vox en Andalucía, trazó hace semanas en sede parlamentaria el giro estratégico de una formación centrada en hacer mucho más visible su papel como representante de la lucha obrera y adalid de la clase trabajadora frente al "abandono" de la izquierda. "Los trabajadores quieren patria, ministra, y le aseguro que este Gobierno está a punto de perder las calles", advirtió la dirigente de Vox en uno de sus habituales rifirrafes con Yolanda Díaz. Un día después, y con las protestas del metal de Cádiz como telón de fondo, Olona volvió a alzar la voz contra "los sindicatos de las mariscadas" y a reivindicar en Lepe (Huelva) la "auténtica voz que lucha por el pueblo" -refiriéndose a sus siglas- de la que "Don Julio Anguita" se sentiría "orgulloso".
En septiembre de 2020, Vox puso en marcha su particular sindicato -Solidaridad- y se marcó a fuego que uno de sus objetivos sería derribar el sindicalismo "comunista" y "corrompido" que, a juicio de los de Santiago Abascal, representan los tradicionales UGT o CCOO. Desde entonces, la organización ha promovido diversas movilizaciones en las calles a las que se ha adscrito Vox, desde las protestas del sector de la seguridad privada hasta manifestaciones contra la "pobreza energética". Todas las concentraciones tienen un nexo: defender a los trabajadores frente a "la casta del duopolio sindical" y situar al Gobierno de Sánchez en la diana.
Y el partido que dirige Santiago Abascal promete un 'invierno caliente' contra un Ejecutivo al que pretenden arrinconar por diversos frentes: desde el hastío por la ingente factura energética hasta la desafección del sector agrario, pasando por la capitalización de la inminente huelga de transportes. Fuentes del sindicato Solidaridad afirman que en las últimas semanas ya han comenzado a reunirse con representantes de estos sectores para agitar las calles a partir del mes de enero con la convocatoria de manifestaciones e, incluso, el llamamiento a la huelga. En Vox, por su parte, se comprometen a suscribir todas las movilizaciones que plantee su llamado sindicato "anticomunista".
La última manifestación de Solidaridad tuvo lugar el pasado mes de septiembre. Vox estrenó el nuevo curso político con una convocatoria para protestar contra la histórica subida del precio de la luz en las calles. "Frente al atraco de la luz, soberanía energética", fue el lema que llevó la cabecera de una protesta capitaneada por Santiago Abascal. El de la ingente escalada de la factura energética será uno de los móviles que llevará precisamente a Vox de nuevo a las calles previsiblemente a principios de 2022.
Por su parte, el primer partido de la oposición ha reactivado su campaña para denunciar "la gran mentira de Pedro Sánchez" con el recibo de la luz, y en el partido que dirige Pablo Casado promete redoblar su ofensiva para desgastar al jefe del Ejecutivo en uno de los frentes más complicados para el Gobierno. El líder socialista prometió reiteradamente que al finalizar 2021 los españoles pagarían un recibo energético semejante al que pagaron a finales de 2018, una promesa que realizó hace semanas y que basó en el impacto de las medidas puestas en marcha por la coalición gubernamental que, al menos de momento, no ha surtido efecto.
Este viernes, España asiste a un nuevo récord en la factura de la luz y los ciudadanos tendrán que abonar 309,20 euros por cada megavatio consumido. Lejos de calmarse la situación, los futuros apuntan a que en fin de año se sucederán nuevos récords, lo deja dejará en agua de borrajas el compromiso de Sánchez. "Él exigía dimisiones cuando la factura subía un 8%. Pues bien, hoy está subiendo más de un 500%", denunciaba este jueves el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos. La dirección nacional del PP ha reactivado la instalación de carpas informativas en la calle, en las que reitera la "mano tendida" al Gobierno para impulsar un plan que podría ahorrar a los españoles hasta un 20% de la factura, según defienden los populares.
La advertencia de Yolanda Díaz
"Les garantizo que jamás van a gobernar en nuestro país. Pero si llegasen a gobernar, le garantizo que tendrían huelgas y movilizaciones masivas". Ésta fue la advertencia elevada a rango de "amenaza" por parte de algunos dirigentes de Vox y PP que hizo Yolanda Díaz este miércoles durante su contrarréplica a Macarena Olona. La ministra de Trabajo trató de diluir el papel adquirido especialmente por la diputada por Granada como portavoz de la clase obrera, después de que ésta le reprochase que por la gestión de su ministerio "miles de trabajadores en ERTE" no recibirían su prestación en diciembre. Y Díaz deslizó que, de producirse de nuevo un Gobierno de derechas, la izquierda volvería activar a la calle.
Las palabras de Díaz dieron munición suficiente a Vox para incidir en su tesis de que Podemos y PSOE se preparan para provocar "algaradas en las calles" en el momento en que se produzca el aún hipotético cambio de Gobierno en las próximas generales. Esta es la intención implícita que ven los de Santiago Abascal -de la que también advirtió Pablo Casado- en la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que propone el Gobierno de Sánchez y que deja a las fuerzas de seguridad "vendidas" ante los "delincuentes". Este fue precisamente el motivo que volvió a sacar a la calle al líder de la oposición y a su homólogo de Vox, que participaron en las multitudinarias protestas que Policía y Guardia Civil organizó en Madrid a finales de noviembre.
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