De hablar de sorpasso al PP, a asistir a la descomposición en directo de un partido político. Ciudadanos lleva abanderando la 'nueva política' desde su salto al ámbito electoral nacional, y, precisamente, ha sido el brazo derecho del bipartidismo al que quiso a sustituir, quien ha terminado fagocitándole después de un farol mal planteado. Fin de partida. El espejismo de consolidarse como referente del centroderecha, dando plantón a Pedro Sánchez y dejando que los españoles acudieran de nuevo a las urnas, acabó pasando factura a Albert Rivera. En dos meses, el dirigente pasó de vislumbrar la vicepresidencia del Gobierno -al sumar 180 escaños con el PSOE-, a abandonar la formación que fundó por la puerta de atrás.
Inés Arrimadas cogió el timón en el peor momento del grupo parlamentario, que había visto reducido su influencia en las Cortes considerablemente después del 10N en 2019: pasando de 57 diputados y de ser el tercer partido de España, a ver reducido a diez su presencia parlamentaria. Una decena de representantes que peligran, según las encuestas. Unos sondeos que, desde el mes de marzo de este año, predicen el total descalabro de Ciudadanos y su inclusión en el Grupo Mixto de la cámara baja en 2023, en el mejor de los casos.
Los naranjas representan el sexto grupo parlamentario, por detrás de Esquerra Republicana (ERC) y de los plurales que conforman Junts, Más País-Compromís y el Bloque Nacionalista Galego (BNG). Al comienzo de 2021, los de Arrimadas parecían resistir en las encuestas, afianzando un nicho de votantes leales. Entre enero y febrero, se le estimaban un mínimo de siete diputados y un techo de 20. Sin embargo, a partir de marzo y en detrimento del PSOE, el PP comienza a escalar en los sondeos hasta posicionarse como primera opción electoral: con máximos, incluso, de 139 escaños y por encima de los 30 puntos de respaldo popular.
El fin de año para Ciudadanos, aunque es una tendencia que viene reflejándose desde principios de verano en todas las consultoras privadas, resulta bastante amargo. La proyección que las demoscópicas hacen en diciembre de los liberales, de cara a unas elecciones generales anticipadas, en el mejor de los casos, es de tres escaños; y, en el peor, de uno sólo: la entrada de la propia presidenta Arrimadas. El barómetro mensual del CIS que dirige José Félix Tezanos es el que mejor futuro augura a la formación: entre enero y diciembre, la horquilla asignada por la institución pública ha sido de nueve a 20 diputados. Estos, los últimos pronósticos del año, son con los que Ciudadanos arrancará el año y el nuevo ciclo electoral. Un ciclo que puede ser el último:
Las encuestadoras IMOP, GAD3, NC Report, Data10 y Hamalgama Métrica asignan a Ciudadanos, solamente, un diputado y un porcentaje electoral que abarca del 2,4% al 3,4%. DYM, por su parte, le da dos escaños y el 4,7%; mientras que Celeste-TEL tres y el 3,4% de los sufragios. El CIS, nuevamente, apunta alto y minimiza la crisis del partido estimando nueve parlamentarios.
Cae el penúltimo bastión regional
El golpe estratégico del, ahora, presidente en funciones Alfonso Fernández Mañueco, de convocar elecciones en Castilla y León anticipadas el 13 de febrero de 2022, ha supuesto otro mazazo para Ciudadanos. La autonomía castellanoleonesa era uno de los dos bastiones territoriales -con Andalucía- que les quedaba tras perder la coogobernanza con el PP en la Región de Murcia y la Comunidad de Madrid; a lo que se añade el desplome en Cataluña, de primera a séptima fuerza. La reciente ruptura de Fernández Mañueco con Francisco Igea y los consejeros naranjas, expulsados sin miramientos ni anuncios previos, deja a Ciudadanos sin posibilidades de recuperar el poder regional. Por las formas con la que ha terminado la relación en la Junta, y porque empiezan a despuntar otros socios preferentes.
Los sondeos que contemplan el anticipo electoral, tampoco acompañan. De igual manera que los nacionales tasan en uno a tres diputados a los de Arrimadas, el hundimiento también queda patente en Castilla y León de acuerdo con la encuesta de Data10 -del 21 de diciembre- para OkDiario: los de Igea, que podría volver a presentarse, pasarían de 13 a un procurador. Los números de Ciudadanos con el PP y Por Ávila (XA), por ejemplo, darían mayoría absoluta. Pero, Fernández Mañueco, como ha hecho Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, podría gobernar en solitario con las 39 butacas que se le atribuyen, buscando apoyos externos puntuales con partidos minoritarios.
Como Data10, la consultora GAD3 ofrece, en una encuesta para NIUS publicada el 23 de diciembre, el mismo pronóstico para el centroderecha. No obstante, sugiere un escenario mucho más agónico para Ciudadanos, dándole entre cero y un procuradores y situándolo al borde de la extinción con el 4,2% de los votos. Lejos del 7,66% que Rivera consiguió en noviembre de 2019 en la autonomía y del 5,6% que estima Data10.
El PP obtendría entre 37 y 39 miembros y Vox multiplicaría por diez su influencia, por lo que una alianza daría estabilidad a la región durante cuatro años. La izquierda es la que más pierde con el adelanto de comicios: el PSOE retrocedería un escaño y Unidas Podemos desaparecería. El mismo camino seguiría la escisión popular Por Ávila (XA), que perdería a su único portavoz. En cambio, Unión del Pueblo Leonés (UPL) pasaría de uno a dos representantes.
Por primera vez, la encuesta de GAD3 prevé la entrada de un nuevo actor castellanoleonés: el movimiento social Soria ¡Ya!, que entraría en la Junta como agrupación de electores. El representante de España Vaciada, con un procurador, podría ser decisivo para la gobernabilidad de la Junta a cambio de demandas contra la despoblación soriana. Eso, desplazaría por completo a Ciudadanos del protagonismo parlamentario. Sobre todo, teniendo en cuenta que la izquierda no sumaría fuerza para hacer oposición -aun con el respaldo excepcional de los naranjas- y que Vox raramente se alineará con el PSOE o UPL.
Este domingo 26 de diciembre, la demoscópica que dirige Narciso Michavila ha vuelto a publicar otra encuesta para el grupo Vocento con datos similares a los de NIUS, aunque introduce ciertas variaciones. El PSOE saldría más perjudicado aún, logrando entre 28 y 29 procuradores; Unidas Podemos sí tendría representación con un escaño -que perdería UPL de los dos atribuidos-, y Vox, de acuerdo con la estimación, bajaría un peldaño, estableciéndose una horquilla de 9 a 10 representantes. En el caso de Ciudadanos, a diferencia de la anterior, sí tendría asegurado un asiento parlamentario. XA sigue quedándose fuera frente a la irrupción de Soria ¡Ya!, que ha garantizado su presencia en el proceso electoral.
El mal trago de Andalucía
Caer en Castilla y León será el peor contexto del que partir hacia la carrera electoral andaluza. Una campaña hostil para Ciudadanos, donde el objetivo de la supervivencia desplazará al de mantenerse en la vicepresidencia de la Junta. Más cuando Génova rechaza que Juanma Moreno reedite el pacto con Juan Marín y las encuestas le dan un tercio de la representación que hoy tiene.
El Barómetro Andaluz (CENTRA) de noviembre de 2021, previo al anuncio de Moreno de celebrar elecciones en junio u octubre, daba al popular dos opciones para continuar dirigiendo la autonomía: continuismo con Marín o dar paso a Vox. El estudio daba el 38,6% y 47-51 escaños al PP-A, que podría optar por incorporar a en una coalición los siete asignados a Ciudadanos o a los 13 del partido de Santiago Abascal. Sin embargo, el primer barómetro bajo conocimiento de fecha electoral, apunta a sólo una de las vías: la de Vox y, probablemente, Macarena Olona.
El 20 de diciembre, mientras Fernández Mañueco despojaba a Ciudadanos de parte de su poder territorial en el norte peninsular, el CENTRA le daba a la Ejecutiva nacional naranja otro varapalo cerrándole las puertas de la zona noble del Palacio de San Telmo: no serán determinantes para un futuro gobierno.
Los de Marín verían mermado en 16 o 17 escaños la influencia en el órgano político andaluz, pasando de 21 miembros, logrados en 2018, a cuatro o cinco en la mejor de las situaciones de 2022. El PP está más que obligado a pactar el apoyo, directo o indirecto, de la derecha radical; porque la suma de la izquierda rondaría los 45-49 escaños, una diferencia muy ajustada para logar la investidura.
Más allá de los datos, lo patente es que Ciudadanos tiene por delante un horizonte complicado. Está por ver qué rol adopta el partido tras las elecciones de Castilla y León y Andalucía; cómo afronta otros posibles escenarios como un adelanto en la Comunidad Valenciana; y cómo llega a las próximas generales: si roto, inexistente, o con un nuevo planteamiento que le permita reconectar con esa audiencia que, de momento, ha retornado al PP.
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