El Casino de Madrid, una asociación sin ánimo de lucro cuyos fines son promover entre sus socios toda clase de actividades artísticas, literarias, culturales, deportivas y recreativas, cierra 2021 con el título de ‘Real’ que le ha concedido este año la Corona, pasando a denominarse Real Casino de Madrid.
El presidente del Real Casino de Madrid, Rafael Orbe Corsini, agradecía en declaraciones a ‘ABC’ esta distinción destacando que “la Corona y la Familia Real representan los valores que desde nuestra institución tratamos de fortalecer y promover, como el compromiso personal, la lealtad, el respeto a la diversidad o el impulso cultural y, todo ello, teniendo siempre como guía el bien de España y los intereses generales por encima de los particulares”.
Para Orbe Corsini, esta concesión muestra el afianzamiento de la “sólida relación” entre la Corona española y el Real Casino de Madrid y constituye un “privilegio que, sin duda alguna, pasa a formar parte de la importante historia de nuestra entidad”.
Fundado en 1836, la palabra casino era la utilizada en Italia para denominar a las casas y villas de campo dedicadas al ocio y el recreo. El origen del Real Casino de Madrid se remonta a finales de ese año, cuando un grupo de jóvenes que frecuentaban el café de Sólito, (situado frente al teatro del Príncipe y derribado años más tarde por la ampliación de la plaza de Santa Ana) decide formalizar sus encuentros y tener un lugar propio en el que reunirse.
El nombre elegido para denominar a la nueva sociedad, fue Casino para huir de toda connotación política, palabra tomada del italiano que se empleaba para designar inicialmente a las villas de campo dedicadas al ocio y el esparcimiento.
El proceso de institucionalización se asentó con la redacción de sus primeros estatutos en 1837. En 1838 se redactan unos nuevos estatutos en los que figura la denominación Casino del Príncipe, por la ubicación de la institución en esta calle. En 1868 la Junta General acordó cambiar el nombre de Casino del Príncipe, que hacía referencia a la calle en la que se localizaban sus sedes, por el de Casino de Madrid. Esta denominación ya aparecía en algunos artículos de prensa desde los años 50.
Patrimonio valioso
A principios del siglo XX y tras establecer la sede en varias ubicaciones de la capital, se adquirieron las casas de la calle Alcalá 13 y 15 que también tenían fachada a Aduana 16 y 18, y las de la calle Aduana 20 y 22, sumando 2.394 metros cuadrados, por 1.507.107 pesetas.
El siguiente paso fue convocar un concurso internacional de arquitectos en junio de 1903, para conseguir la mayor repercusión de arquitectos españoles y extranjeros, publicando un pliego de condiciones que cumplieran las expectativas de los socios: ubicación privilegiada en el centro de Madrid y un edificio símbolo e imagen de lo que el Casino representaba en la sociedad madrileña, iniciando así el proceso para establecerse en su sede actual.
La importancia y calidad del Patrimonio Artístico del Real Casino de Madrid es relevante, por lo que uno de los principales objetivos de la entidad madrileña es el de la conservación y mejora de dicho patrimonio. Pinturas, esculturas, así como numerosos detalles como las vidrieras de la Casa Maumejean, las lámparas de cristal tallado o la valiosa colección de relojes, forman parte del patrimonio del Real Casino de Madrid. La importancia de estos fondos patrimoniales llevaron a que el Real Casino de Madrid fuera declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento según Real Decreto 92/1993,
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