El PP ha inaugurado una estrategia que, al menos sobre el papel, comenzó mucho antes de que se hiciese pública. Como manifiestan fuentes populares, Alfonso Fernández Mañueco "se marcó un Ayuso" el pasado lunes 20 de diciembre y pulsó por sorpresa el botón de adelanto electoral arguyendo una suerte de operación interna orquestada por Ciudadanos y PSOE para desbancar al barón del PP. "Era o moción de censura o elecciones", manifestó el dirigente popular. Según trasladaron entonces en Castilla y León, el presidente había tomado la decisión durante el fin de semana anterior y procedió con total discreción, sin informar siquiera a Francisco Igea, su vicepresidente.
Génova sí dio luz verde a la iniciativa, aunque entonces lo vincularon en todo momento a una decisión autónoma de Mañueco por la "inestabilidad" de su ejecutivo con Ciudadanos y por el temor a una moción de censura, el mismo motivo que llevó a Isabel Díaz Ayuso a abrir las urnas el pasado 4 de mayo. No obstante, fuentes autorizadas del partido conocedoras de aquellas conversaciones reconocen que el calendario electoral en Castilla y León, desde la fecha de las elecciones hasta el congreso regional del PP -celebrado este fin de semana en León- , llevaba tiempo "planificado" y que ninguna decisión en torno a esta cuestión fue sobrevenida o fruto de la casualidad.
Según las mencionadas fuentes, el escenario de adelanto electoral llevaba tiempo en la mente de Alfonso Fernández Mañueco, pero también en los cálculos de Génova. A finales de noviembre, el presidente castellanoleonés anunció que su congreso autonómico se celebraría los días 15 y 16 de enero, pero la dirección nacional, en connivencia con el barón popular, ya planteaba esta fecha como puesta de largo oficial de su candidato a la reelección y como pista de despegue de un nuevo PP cohesionado ante la apertura de un nuevo ciclo electoral que, como suscriben en la cúpula del partido, tiene por objetivo "consolidar" el proyecto nacional de Pablo Casado de forma definitiva y superar la victoria de Ayuso el 4-M como único germen del crecimiento de la marca.
Con todo y a pesar de que la convocatoria electoral se orquestó para aprovechar el mejor momento electoral de Alfonso Fernández Mañueco, en el equipo de Pablo Casado sostienen que sí constaban "conversaciones" entre Ciudadanos y Por Ávila para pactar enmiendas a los presupuestos regionales que se realizaron "a espaldas" del presidente autonómico, una tesis que, sin embargo, han desmentido todos los actores implicados. De hecho, el ex vicepresidente autonómico, Francisco Igea, publicó unos mensajes privados con el consejero de Hacienda del PP en que le informaba de los avances conseguidos con la formación abulense. "Nosotros no mentimos", escribió en Twitter.
En cualquier caso, y pese a formar parte de una hoja de ruta escrita -y compartida- desde Madrid, lo cierto es que Alfonso Fernández Mañueco continúa disparado en las encuestas, tanto que, en estos momentos, roza con la punta de los dedos la mayoría absoluta. El PP se ha presentado como el "partido del campo", una estrategia con la que quiere desactivar tanto a la España Vaciada como a Vox en las urnas. Limitar la influencia de los de Santiago Abascal en este territorio y evitar que entren en el gobierno autonómico se entiende en el cuartel general de los populares como un hito vital para que Juanma Moreno recoja también el testigo en Andalucía y Pablo Casado se permita soñar con frenar a Vox en la arena nacional.
La crisis de Madrid, a raya
Al margen de los buenos pronósticos demoscópicos, la inauguración de un nuevo período electoral vital nada más arrancar el año ha servido a la dirección nacional para mantener a raya la crisis entre Génova y Ayuso, que se llevó la mayoría de titulares durante meses y que pasó factura a Pablo Casado en los sondeos nacionales.
Lejos de resolver el conflicto, el jefe de los populares dio orden a todos los barones autonómicos de enterrar la polémica y "remar juntos" hacia una nueva victoria incontestable del PP, esta vez en Castilla y León. Isabel Díaz Ayuso asumió la directriz de Génova y se dejó ver públicamente con Teodoro García Egea hace unos días, una fotografía que hubiese sido impensable hace tan sólo unos meses.
Fuentes del entorno de la dirigente autonómica suscriben que se volcará en la campaña de Castilla y León y pujará para que Alfonso Fernández Mañueco, con el que ya tuvo algunas diferencias en el pasado, triunfe el próximo 13 de febrero. "Las elecciones colocan a cada uno en su lugar y ahora toca remar juntos", reiteran fuentes de su entorno, que trasladan no obstante que volverá a solicitar la celebración de su congreso autonómico tan pronto como se cierren las urnas.
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