El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha defendido este martes ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que jamás conoció al comisario investigado José Manuel Villarejo. Ha afirmado que no supo de él ni de su empresa privada Cenyt hasta que aparecieron vídeos suyos una vez fue detenido en noviembre de 2017 en los medios de comunicación. Según se investiga en la 'pieza 17' del 'caso Villarejo', Iberdrola realizó cuatro encargos de investigación al comisario cuando aún estaba en activo en la Policía entre los años 2004 y 2017, periodo en que Sánchez Galán fue vicepresidente y presidente de la compañía.
Dichos encargos consistieron en seguimientos a personas que se oponían a la instalación de una central de ciclo combinado en Arcos de la Frontera (Cádiz), entre 2004 y 2005; averiguaciones sobre los empresarios Manuel Pizarro (Endesa) y Florentino Pérez (ACS) entre 2005 y 2006 así como en una investigación alrededor del accionista mayoritario de Eólica Dobrogea, Chrisopher Kaap, con quien Iberdrola Renovables se había aliado para desarrollar proyectos en Rumanía. Según los indicios recabados en la causa, el comisario accedió a datos confidenciales gracias a las relaciones que tenía en la Policía por estar activo en el Cuerpo para realizar los encargos de Iberdrola.
De ahí que Sánchez Galán esté investigado por cohecho activo, además de por falsedad documental y delito contra la intimidad. La Fiscalía Anticorrupción y el juez instructor ven indicios de que el máximo responsable de Iberdrola debió conocer los encargos a la empresa privada del comisario, a pesar de que éste giró las facturas a nombre de otra empresa, CASESA, para ocultarlos, según consideran los investigadores que habría acordado con el exjefe de Seguridad de la energética, Antonio Asenjo. Éste habría sido el enlace, según la información de la causa, entre la empresa y el comisario. En algunas de las conversaciones mantenidas entre Asenjo y Villarejo se da por hecho que el primero informaba a Sánchez Galán de los avances de sus encargos. Además, Asenjo habría trasladado al trabajador de José Antonio Del Olmo que denunció irregularidades internas que fue Sánchez Galán quien le encargó encomendar trabajos a la empresa privada del comisario.
No oyó hablar de Casesa
Este martes, ante el juez y los fiscales, Sánchez Galán ha negado los hechos y también ha negado haber oído hablar de la empresa CASESA que se habría utilizado para ocultar que Villarejo era quien giraba facturas a la compañía, así como los conceptos de éstas, según la acusación del Ministerio Público.
El presidente de Iberdrola ha afirmado que Asenjo tenía autonomía para realizar sus funciones como responsable de Seguridad de la compañía y, por lo tanto, no tenían que tratar juntos los asuntos porque no dependía jerárquicamente de él. De esta manera ha dejado la responsabilidad de haber realizado encargos concretos de investigación únicamente en él, quien ha recordado que tuvo que abandonar la compañía por tomar decisiones equivocadas.
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