"Si la CEOE se cae del acuerdo, todo saltaría por los aires". A poco más de dos semanas de la fecha límite para convalidar el decreto de la reforma laboral en el Congreso de los Diputados, el Gobierno se encuentra aún lejos de cerrar una lista definitiva de aliados. PSOE y Podemos intentan, de momento sin éxito, desatascar la vía de sus socios habituales, pero ERC, Bildu y PNV no le están poniendo las cosas fáciles a Moncloa. La predisposición del ala socialista del Gobierno de "no tocar ni una coma" de la reforma laboral tranquiliza a la CEOE, pero enerva a las fuerzas que avalaron la investidura de Sánchez y que tratan de sacar rédito del nuevo marco laboral con condiciones a priori inasumibles por el Gobierno.
Pero hay un tercer actor que espera paciente a que suene el teléfono. Tal y como informó El Independiente, Ciudadanos ha ofrecido al PSOE un 'cheque en blanco' para aprobar la reforma laboral si la negociación con los nacionalistas vascos y catalanes fracasa. De hecho, los naranjas han intensificado los contactos con la patronal desde que la contrarreforma llamada a desmontar la legislación laboral que aprobó el PP en 2012 llegó al Consejo de Ministros, unos contactos que confirman tanto los liberales como la patronal, y que utilizan como herramienta de presión a Sánchez para que se avenga a negociar con una fuerza que no pondría palos en las ruedas al decreto original firmado entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales.
"La relación es muy fluida y la sintonía es total", subrayan fuentes de la dirección nacional de Ciudadanos, desde cuya formación aseguran que "lo deseado" por la CEOE es que "participemos" en la negociación "y que la reforma laboral se apruebe gracias a nuestros votos" porque "nunca vamos a utilizar esta cuestión como una baza política", manifiestan. El equipo liderado por Inés Arrimadas no sólo se ha puesto en contacto la cúpula de la CEOE, sino también con asociaciones como ATA y otros colectivos que "nos han trasladado que la reforma es fruto del acuerdo entre empresarios y trabajadores, que quieren que se apruebe como está, sin tocar una sola coma", zanjan.
Los contactos de la patronal no se limitan a Ciudadanos y fuentes conocedoras de estas conversaciones aseguran que el tanteo de la patronal se ha extendido también a otras fuerzas más minoritarias, como UPN o Teruel Existe, que han mostrado también una predisposición favorable a aceptar el nuevo marco laboral. La CEOE pone así toda la carne en el asador para que el decreto, fruto de un acuerdo "enormemente costoso" salga completamente vivo del proceso de tramitación parlamentaria.
"No somos un clínex"
Fuentes autorizadas del partido naranja confirman a El Independiente que uno de los objetivos de sus conversaciones con la patronal es el de pedir que el voto de los nueve diputados de Ciudadanos sea favorable cuando el decreto llegue a la Cámara Baja pero, por el momento, no existe ese compromiso por parte de los de Inés Arrimadas porque Sánchez ni siquiera ha "levantado el teléfono".
"El Gobierno no puede dar nuestro voto por hecho. Somos un partido útil, pero eso no significa que podamos ser utilizados como un clínex. Nos tienen que llamar y sentarse a negociar", advierten desde la cúpula de la formación. Ciudadanos confirma además que sólo pondrá dos condiciones: que Sánchez se siente a negociar y que no compre las pretensiones de ERC, Bildu y PNV con el nuevo marco laboral. Los naranjas también llevarían a la mesa sus propias propuestas y pedirían al Gobierno de Sánchez que suscribiesen otros compromisos que consideran importantes, pero en todo caso serían "externos" y ejecutables en el corto o medio plazo. Arrimadas se reafirma: no tocará ni una coma de la reforma laboral, como exige Antonio Garamendi.
"La presión está sobre ellos, no sobre nosotros", subrayaba el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Edmundo Bal, en la habitual rueda de prensa de los martes en el Congreso. "Hay que tener sentido de Estado (...) y ERC o Bildu están poniendo unas condiciones que, si se cede a este chantaje, Europa va a poner el grito en el cielo. Lo único que pretendemos es que la reforma laboral no empeore", manifestó.
Los votos de Ciudadanos no serían suficientes
Ciudadanos cuenta con nueve diputados en el Congreso ya que el décimo, Pablo Cambronero, pasó al Grupo Mixto por diferencias insalvables con Inés Arrimadas. Los votos de los naranjas serían vitales, pero insuficientes para lograr que finalmente haya más síes que noes. La coalición de PSOE y Podemos sólo cuenta con 154 votos -el escaño del diputado morado Alberto Rodríguez permanece vacío-, lo que abocaría a la coalición a una ardua negociación con otras formaciones minoritarias para que opten por el voto a favor o, como poco, la abstención y blindar así el acuerdo.
Tanto PP como Vox ya han anunciado sendos votos en contra, 141 'noes' a los que se sumarían previsiblemente los de ERC (13), Bildu (5) y JxCat (4) en caso de que el Gobierno optase por abrir la vía de los naranjas, y con la incógnita de cuál sería el voto del PNV, ya que una abstención de los de Aitor Esteban podría ser clave para decantar la balanza.
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