El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado hoy la polémica ordenanza de terrazas propuesta por el Gobierno de PP y Cs, que ha contado únicamente con el apoyo del Grupo Mixto (Recupera Madrid), por lo que las estufas de gas de la hostelería desparecerán a finales de 2023 y podrán permanecer durante ese año determinadas terrazas que se han instalado en bandas de aparcamiento.
Tal y como estaba previsto, Vox, Más Madrid y PSOE (los ediles de este último partido han acudido al pleno con camisetas para protestar por los ruidos de las terrazas y han desplegado una pancarta con el mismo mensaje durante la votación) han votado en contra de la modificación de este texto que se aprobó inicialmente en Junta de Gobierno el pasado 28 de octubre de 2021.
Los han hecho porque creen que “afecta al descanso” de los vecinos y “regala el espacio público de Madrid a cambio de nada”.
Con esta aprobación concluyen meses de tramitación marcados por las quejas de la izquierda y de los vecinos, que antes de la sesión se han manifestado frente a la sede del Ayuntamiento porque la norma, a su juicio, no resuelve problemáticas como el ruido que generan las terrazas.
Cuando entre en vigor la norma, las terrazas de la ciudad que se hayan visto ampliadas por la pandemia volverán a su fisionomía original, y aquellas que estén en bandas de estacionamiento podrán mantenerse durante 2022 y 2023, quedando limitado su funcionamiento hasta las 00:00 horas y debiendo delimitar visiblemente su extensión mediante barreras o con reflectores de alta intensidad.
Por otro lado, en la ordenanza se fijan tres criterios para determinar las 'zonas saturadas', siendo el primero que se produzca una alta ocupación del espacio para instalar la terraza y, además, deberá ir acompañado de alguno de los otros dos requisitos.
Esas cuestiones son la existencia de un elevado tránsito peatonal (aquellas aceras por las que caminen más de 33 personas por minuto), y las afecciones medioambientales, considerándose ‘zonas saturadas’ aquellas que tengan terrazas en un radio de 150 metros en torno a residencias de mayores, centros sanitarios con hospitalización o con servicios de urgencias.
La concejala de Cs Silvia Saavedra ha argumentado que al inicio de la pandemia se “flexibilizaron” algunas medidas para beneficiar a los hosteleros, pero ha defendido que aquello fue "extraordinario" y ahora era necesario actualizar la ordenanza de terrazas existente, desde 2013, que estaba “desfasada y anticuada” y “no servía para resolver problemas de presente ni las incidencias de futuro”.
La edil de Vox Arantzazu Cabello ha lamentado que el texto propuesto “finalmente no contenta a nadie”, y ha criticado que la vicealcaldesa Begoña Villacís “se haya obcecado por aprobar esta ordenanza, con la única explicación de tener protagonismo”.
En la misma línea se han manifestado desde el PSOE, cuyo concejal Álvaro Vidal ha dicho que “hoy es un día triste” porque se da luz verde a una norma que “da la espalda a los vecinos” y copia la política de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, defendiendo solo “la libertad y las cañitas”.
Desde Más Madrid Nacho Murgui ha dicho que "se ha perdido la oportunidad de garantizar un espacio público de calidad, más accesible y que garantice descanso vecinal: es una desordenanza de terrazas"
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