El próximo día 15 está previsto que pase por el Congreso la propuesta fiscal de Unidas Podemos, todo un órdago al socio de Gobierno al que comienzan a presionar con la que quieren sea la gran reforma de este año. Y no desean hacerlo solos. Los morados pretenden atraerse a ERC y Bildu, en muy buena medida para incrementar los decibelios de su presión al sector socialista del Ejecutivo, pero también para restituir la maltrecha relación con los aliados del bloque de investidura tras la reforma fiscal con el giro del PSOE hacia Ciudadanos.
La estrategia va pues en una doble vía tras el fiasco de una votación en la que faltó poco para que el Ejecutivo viera derrotado su acuerdo con los agentes sociales. Los morados alertaron en todo momento que no se podía cambiar de socios a mitad de carrera y mirar hacia Inés Arrimadas y los resultados refuerzan esa impresión, aunque ni ERC, ni PNV, ni Bildu estuvieron dispuestos a aceptar que el acuerdo de sindicatos y CEOE era intocable.
La proposición no de ley de Podemos sobre reforma fiscal se vota en el Congreso el martes 15
La proposición no de ley que este lunes se presentó públicamente junto al ex líder laborista británico, Jeremy Corbyn, del ala izquierda de su partido y hoy denostado por los que fueron sus compañeros de filas, pasa por el Congreso el martes de la semana que viene dentro del cupo de proposiciones que le corresponden a los morados.
Mientras Hacienda insiste en que está a la espera del informe del Comité de Expertos que debe culminar sus trabajos a finales de este mes, Unidas Podemos se ha adelantado para marcar el paso a sus compañeros de Ejecutivo después de hacer de la "subida de los impuestos a los ricos" uno de sus principales lemas políticos. Pero el PSOE les pidió tiempo y ahí sigue instalada Hacienda, que les ha trasladado que esperen a la culminación de esos trabajos, tanto para lo que se refiere a la reforma en sí como para otras medidas que exijan mayor gasto público, como es la Ley de Familias.
Pero Unidas Podemos tiene prisa por restituir los equilibrios parlamentarios. En este sentido, están profundamente molestos por no haber dado ninguna opción a la negociación de la reforma laboral, aún a riesgo de que se hubiera apeado de ella la CEOE.
Por eso, lo de este lunes fue poner "una pista de salida" a una de las grandes batallas que quedan con el PSOE, la de la reforma fiscal, contenida en el pacto de coalición. Los morados detectan resistencias por parte del PSOE con el que van a ir a la confrontación. El sector socialista quiere una reforma controlada, "que no haga mucho ruido", dicen en Unidas Podemos, "nada que genere una transformación medio seria de lo que es la política fiscal española", acusan.
No ceder en la Ley de Familias
Asumen que de sus exigencias, podrán conseguir algunas medidas frente a otras condenadas de antemano. Donde no piensan ceder, advierten, es en la Ley de familias. "Ahí se va a ir a por todo", incluida la prestación por crianza no sólo a las madres con nómina sino también a las trabajadoras en precario y en el paro.
En definitiva, una vez aprobada la ley de vivienda y la reforma laboral, junto al incremento del SMI viene la reforma fiscal. Y ya instalados de pleno en la estrategia de ir a la confrontación pública con los socialistas, siguiendo el modelo Pablo Iglesias que a Yolanda Díaz no le entusiasma aunque le ha dado buenos resultados en el pasado, pretenden combatir las reticencias de Pedro Sánchez y María Jesús Montero instalando "el debate en la sociedad. Conforme la gente está a favor, el PSOE se va poniendo más de cara".
Y todo ello colaborando con los partidos de la mayoría de investidura, estrategia que no salió demasiado bien a la hora de recabar su adhesión a la reforma laboral. Las versiones son contradictorias. Desde Trabajo aseguran que Díaz fue informado a algunos Grupos como ERC o Bildu de la amrcha del diálgoso social, cosa que estas formaciones niegan, sobre todo la capitaneada en Madrid por Gabriel Rufián.
La ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, lo hizo durante la dura y ardua negociación de la de vivienda, de modo que, parece que no habrá que buscar nuevas mayorías en el Congreso para sacarla adelante. Incluso se incorporan propuestas de esos partidos para blindar los apoyos de futuro.
ERC, dispuesta a sentarse
"Eso significa que hay 57 diputados que suelen votar juntos", dicen en Unidas Podemos en referencia a los morados, ERC, Bildu, PNV, Compromís, Más País... "Esto lo vio Pablo (Iglesias) muy bien y tanto Yolanda, como Ione e Irene tratan que esos grupos tengan un plus de información" para que se sientan mejor tratados. Ahora queda por ver cómo se restañan las heridas que la reforma laboral ha dejado, pero desde ERC confirman que se sentarán con los morados. "Claro que lo vamos a hablar", aseguran.
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