Empezaron el 14 de octubre de 2019 coincidiendo con la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a penas de cárcel a nueve de los responsables del referéndum ilegal del 1-O. Han pasado dos años y cuatro meses desde entonces, ocho meses desde la concesión de los indultos. Pero ha hecho falta que creciera la oposición en el barrio y momentos de tensión entre manifestantes de uno y otro signo para que la consejería de Interior decidiera poner fin a los cortes de la Meridiana, la principal arteria de salida de Barcelona, en plena hora punta.
A partir del próximo sábado se acaban los cortes en la Meridiana. "Ha sido muy duro" reconoce Manuel, portavoz de Meridiana Sin Cortes, la entidad que durante el último año se ha manifestado en oposición a unos cortes que han tensionado la vida del barrio cada vez que la pandemia devolvía la normal circulación a la calles. "Lo más importante", añade, "es que lo hemos conseguido sin que haya ningún incidente grave".
Incidentes
Aunque incidentes sí ha habido. Especialmente en las últimas semanas, desde que sustituyeron las marchas de coches por caceroladas, a las que cada vez se sumaban más vecinos.
Uno de los manifestantes se encaró con una vecina, a la que simuló estrangular, otro grupo tiró a un motorista que intentaba saltarse el corte. Una ambulancia quedó atrapada en los cortes hace una semana.
Ha sido el argumento esgrimido por Interior para trasladar la protesta a la plaza que conecta la avenida con Fabra i Puig, impidiendo los cortes de tráfico. La Dirección General de Administración de Seguridad argumenta en su resolución la necesidad de "hacer compatible el derecho de manifestación con las menores molestias posibles a vecinos y comerciantes" - tras 28 meses de cortes-. Y apunta la necesidad de "rebajar los episodios de tensión vividos últimamente".
Bajo ese argumento, subyacen las más de 80 actas levantadas por los mossos a manifestantes de la Meridiana que se quedaron sin tramitar, apuntan desde el colectivo Meridiana sin Cortes. O los repetidos informes de la Guardia Urbana en contra de los cortes, que Interior no podía seguir soslayando. Especialmente a un año de las elecciones municipales.
ANC amenaza con seguir cortando
No ha sido siempre así. En agosto, Meridiana sin Cortes optó por las marchas lentas de coches, con las que conseguían romper los cortes, que se trasladaban a calles aledañas. La estrategia duró cuatro meses "hasta que nos dimos cuenta de que le estábamos haciendo un favor a Interior, porque tapábamos un conflicto que seguía abierto en el barrio" relata Manuel.
Ahora, tanto Meridiana Resisteix como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) -la solicitante oficial de los permisos para las manifestaciones- amenazan con seguir cortando la vía pese a la instrucción de Interior. "No nos callaréis todos los que vivís en Twitter y en Ítaca, creyendo a unos líderes que no harán nada por nuestra tierra" ha respondido desde sus canales en las redes.
Lo hacen en un comunicado especialmente crítico con los políticos independentistas, a los acusan de "colaboracionistas con España" porque "tienen la paguita y la sillita" y reclaman apoyo para próximos cortes.
Los vecinos de Meridiana sin Cortes se dan por satisfechos con que no se corte el tráfico. "En la plaza que se manifiesten lo que quieran" apunta Manuel. Pero advierte que el grupo seguirá organizado, y si vuelven los cortes se volverán a oponer a ellos.
Participación de los partidos
Como han hecho en los últimos meses con las caceroladas, secundadas por cada vez más vecinos. También por algunos partidos políticos. Los últimos en sumarse la protesta fueron los diputados de Cs. Desde el inicio habían contado con el apoyo de Vox, que asistía con la condición de no llevar identificación del partido para que la protesta siguiera siendo transversal. El regidor del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, ha sido otro de los habituales.
En el otro bando también ha habido presencia política. La más destacada, la de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que participó en la protesta antes de concederse los indultos.
Tras el perdón del Gobierno de Pedro Sánchez serían los ex consejeros indultados Jordi Turull y Josep Rull los que acudieron a la protesta, iniciada en teoría para que fueran excarcelados, aunque ha seguido mucho tiempo después. Tampoco han faltado los dirigentes de la CUP, especialmente el ex diputado Antonio Baños.
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