El mundo contiene la respiración desde ayer al mediodía. Fue cuando Vladimir Putin amenazó a occidente con responder con todo, con el arma más mortífera que jamás ha construido el hombre, la nuclear. Fue su respuesta a la cadena de sanciones, amenazas y medidas aprobadas por las potencias europeas en las últimas horas para frenar el avance del Ejército ruso en su camino por invadir toda Ucrania.
La cuestión es saber si Putin será capaz de apretar el ‘botón rojo’ o se queda en una amenaza. Es lo que inquieta en las cancillerías europeas y en millones de hogares. La amenaza puede parecer exagerada, también lo parecía la invasión de toda Ucrania. “Los líderes de los principales países de la OTAN están haciendo declaraciones agresivas sobre nosotros. Así que ordeno trasladar las fuerzas de disuasión de Rusia al modo de alerta máxima”, aseguró el líder de la Federación rusa en un mensaje televisado. La cuestión que ahora más preocupa es saber si se trata de una retórica propia de una contienda bélica o es una amenaza con visos de ser cumplida en alguna medida.
Mientras el presidente ruso lanzaba el órdago de los órdagos se abría una pequeña ventana a la esperanza con el acuerdo para que delegaciones de ambos países negocien una salida. La cita, en la frontera con Bielorrusia, parece demasiado frágil para iniciar una desescalada. Pero por ahora, las dos partes se verán para buscar una salida.
En apenas tres días, el recuerdo de la ‘guerra fría’ que parecía olvidado se ha hecho presente. La crisis de los misiles vividos en tiempos de Kennedy y que encogieron el corazón a millones de personas han vuelto a sobrevolar la moderna Europa. El siglo XXI se ha asomado con los males de las guerras del XX, las divisiones y amenazas de entonces, y las figuras totalitarias dispuesta a todo que lo marcaron. Incluso las comparaciones entre Putin y Hitler, por su modo de proceder, han proliferado en redes y reflexiones sin que parecieran tan exageradas.
Alemania, "es una nueva era"
De la gravedad de la situación da medida el paso dado por Alemania. La potencia europea que sufrió en primera persona el régimen nazi se ha precipitado a protegerse, a iniciar lo que ha llamado “una nueva era” en su política de Defensa. El canciller Scholz ha aprobado un rearme de sus tropas jamás visto desde las grandes contiendas mundiales. Alemania destinará 100.000 millones de euros, el 2% de su PIB, a modernizar, reforzar y poner al día su Ejército.
En Europa, los Estados miembros han acelerado y encontrado la casi unanimidad en la adopción de duras medidas que frenen las ansias expansionistas de la Rusia de Putin. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen las anunció ayer con gesto severo. Europa no sólo cerrará el espacio aéreo a las aerolíneas rusas sino también a los jets privados de los oligarcas rusos que apoyan a Putin. Además, se prohibirá la emisión en Europa de los medios de comunicación rusos afines al presidente, como Rusia Today o Sputnik para evitar su “intoxicación”, justifica la UE. Los 27 contemplan también crear un fondo de 450 millones de euros que permita suministrar armamento, medicinas y apoyo humanitario a Ucrania en su batalla contra las tropas rusas.
Ante la imposibilidad de venceré con tropas de la OTAN a Rusia, la estrategia planteada pasa por explorar una asfixia financiera de Rusia. Las sanciones contra Moscú que quiere llevar adelante la Comisión Europea pasa por paralizar los activos del Banco Central de Rusia, excluir varios bancos rusos del sistema Swift de pagos interbancarios y evitar que los oligarcas rusos usen sus activos en los mercados europeos. De este modo, se espera ahogar la financiación bélica de Rusia, en un plan que afectará sin duda a la economía y la vida de la población rusa.
Por el momento el avance del ejército de Putin pese a su superioridad no está siendo tan sencillo que se podía prever. Si la toma de Kiev se complica, avances como los anunciados en otros puntos, como la ciudad de Jarkov –la segunda del país- se habrían revertido en favor de las tropas de Zelensky.
Impacto en las bolsas
Mientras, Europa se prepara para revivir escenas que parecían de otro tiempo. La llegada de refugiados crece a cada día que pasa. La huida de la población ucraniana se ha traducido ya en casi 400.000 refugiados. Mujeres y niños tratando de abandonar un país ante el temor de que la invasión se pueda completar en los próximos días.
La amenaza nuclear lanzada por Putin y ante la que Europa contiene la respiración tendrá efectos más allá de los humanos. Las economías llevan días resintiéndose. Este lunes los mercados abrirán tras conocer que el presidente ruso advierte incluso con medidas nucleares. La posibilidad de que las bolsas de todo el mundo sufran un desplome es más que posible. El mercado de renta variable de Moscú ya ha registrado estos días caídas de hasta el 40%. Hoy conoceremos hasta qué punto el resto de mercados toman en serio a Putin o consideran que es otra bravuconada más del dirigente soviético.
Un temor en el que sin duda también tendrá incidencia cómo afectará a las propias economías europeas las sanciones que se anuncian para Rusia, en muchos casos “selectivas” pero que afectarán también a las economías de quienes las imponen.
Mientras, el pulso de uno y otro lado se mantiene, la escalada de la invasión de Ucrania seguirá manteniendo en vilo al mundo.
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