Aunque para muchos lo más destacado de la semana de los Reyes sea que Letizia ha vuelto a pisar la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid después de 12 años, la verdad es que lo realmente importante de la agenda de la Casa Real es que el rey Felipe puso el jueves rumbo a Santiago de Chile para asistir a la toma de posesión de Gabriel Boric, el nuevo presidente del país y, a sus 36 años, el jefe de estado más joven de toda América Latina.
El Rey aterrizó el jueves por la mañana (hora local) en el aeropuerto internacional Comodoro Arturo Merino Benítez. En el avión iba acompañado de la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra de Igualdad, Irene Montero. También del presidente del Senado, Ander Gil, y el secretario de empleo, Joaquín Pérez. En principio estaba previsto que asistiese el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pero se quedó en España para seguir la guerra de Ucrania.
El séquito era, desde luego, bastante más abultado de lo que suele ser habitual: el rey acude a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos desde 1996, cuando aún era Príncipe de Asturias, pero normalmente sólo lo acompaña el Ministro de Asuntos Exteriores y poco más. Una de las pocas excepciones fue en noviembre del 2020, cuando el entonces vicepresidente primero Pablo Iglesias acudió a la inauguración del nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, a la sazón muy amigo suyo.
En esta ocasión también ha habido overbooking de representación de izquierdas. No hay duda de que Boric está en plena sintonía con Podemos y de que se ha erigido en un nuevo icono de la izquierda, por lo que Montero y Díaz, por supuesto, no querían perderse la oportunidad de hacerse fotos con él. Yolanda Díaz, de hecho, está haciendo un verdadero publirreportaje en su cuenta de Instagram sobre el viaje.
El Rey bajó del avión oficial con traje oscuro y corbata roja. Yolanda Díaz iba con un blazer blanco con raya diplomática, pantalón oscuro, zapatillas de deporte y bolso acolchado y cadena. Irene iba en tonos beige.
El primer evento fue un encuentro con Gabriel Boric en el Palacio Consistorial de la Municipalidad de Santiago. Boric iba con traje chaqueta, una camisa blanca algo mal planchada y sin corbata. El encuentro entre el Rey y él fue cordial, con un buen apretón de manos. Acto seguido saludó a Yolanda Díaz (que se había cambiado de ropa y se había enfundado un bonito traje rojo). Hubo un abrazo sentido. Pero sin duda con quien más sintonía demostró el nuevo presidente chileno fue con Irene Montero (con traje morado). Tras fundirse en un abrazo, parecía que Boric iba a romper a llorar de la emoción.
Justo después, la delegación española se trasladó al Palacio de la Moneda para reunirse con el presidente saliente, Sebastián Piñera. Después hubo un encuentro con una representación de la colectividad española en Chile. Por la noche, el Rey asistió a una cena de gala ofrecida por Piñera.
El viernes, toda la delegación se desplazó hasta la localidad costera de Valparaíso, a cien kilómetros de Santiago, donde se celebró la toma de posesión.
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