Al margen del paso dado con Vox, permitiéndole entrar por primera vez en un gobierno autonómico por la fórmula de la coalición, el mandato de Alberto Núñez Feijóo en la presidencia del PP también pretende ir enfocado a rebajar el inmovilismo parlamentario. Tanto propio, como ajeno. Al menos, en lo que se refiere a los consensos puntuales y de gran envergadura estatal, que salen del juego de roles ideológico establecido. Es parte de ese "reinicio" que defienden las filas populares de cara al XX Congreso Nacional del partido en Sevilla; además de un marco de actuación necesario por los devenires de la guerra de Ucrania.
El acercamiento de posiciones se ha consagrado con la contemplación, por parte del Gobierno, de llevar a cabo una bajada de los impuestos del carburante; una medida que los dirigentes autonómicos del PP abanderaron durante la última Conferencia de Presidentes. La rebaja, de la que se especula que sería del 21% al 10% de IVA, podría anunciarse este martes tras la reunión del Consejo de ministros.
A partir de aquí, el primer gran acuerdo con el PSOE al que estaría dispuesto a llegar Feijóo comprendería el ámbito judicial, con la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Lleva sin actualizarse más de tres años de la fecha límite, y el desbloqueo de este órgano garante de la independencia judicial española, vendría a ser un intento de "compensar", en términos de "moderación", el pacto con los de Santiago Abascal en Castilla y León. Eso sí, los populares mantendrían su exigencia de negociar un nuevo modelo de elección de los miembros del consejo en el futuro.
En materia electoral, Feijóo propondrá a Pedro Sánchez que gobierne la lista más votada tras los próximos comicios, una demanda que ya sugirió Mariano Rajoy durante su última legislatura. El visto bueno del PSOE y la oficialización de ese pacto, haría que el bipartidismo dejara de depender de los partidos minoritarios e independentistas. Queda por ver si el PP profundizaría en otros aspectos, como en la reforma de la Ley Electoral.
Feijóo propondrá a Sánchez que gobierne la lista más votada
El mismo objetivo que persigue ahora Feijóo, lo buscó Pablo Casado tras la repetición de comicios de 2019. Entonces, y para evitar, además, que el bloqueo prolongado volviera a producirse, sugirió la reforma del artículo 99 de la Constitución -sin grandes correcciones como solicitan Unidas Podemos o Ciudadanos- y una prima de 50 escaños para el grupo con mayor apoyo. Aunque quedó abierto a otras opciones. Y es que la cámara baja podría llegar a estar integrada por hasta 400 miembros, frente a los 350 que ahora la conforman. Sánchez no cerró la puerta en esta materia.
Respecto a lo económico, las medidas desarrolladas por la UE para asfixiar el mercado ruso y sus consecuencias para el propio ámbito europeo, podrían dar lugar a un mayor consenso presupuestario para el próximo año. Precisamente, y en añadido, la actitud beligerante de Vladimir Putin puede incentivar el entendimiento entre PP y PSOE para incrementar, antes de lo previsto, al 2% el gasto militar y en Defensa que exige la OTAN a España. Un compromiso alcanzado por los miembros tras la primera escalada militar en Ucrania, que caduca en dos años.
La atención que está atrayendo el problema de la despoblación, sacaría adelante propuestas como un Pacto Nacional del Agua, que podría ensancharse para incorporar otro de infraestructuras, igualmente solicitado por los populares. A finales de año, y desde el XIV Congreso Autonómico del PP de Aragón, Casado propuso un acuerdo en términos hidráulicos para paliar los efectos del cambio climático que generan los temporales, caso de las inundaciones. La percepción de los fondos europeos podría contribuir a la mejora de los espacios de suministro y de almacenaje, así como la vertebración y la dotación de competitividad económica a todas las comunidades autónomas por igual.
El compromiso para prolongar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género sigue vigente. Recientemente, tanto PP como PSOE, lo refrendaron con el resto de partidos políticos, a excepción de Vox. Más difícil será ya ahondar en términos educacionales, especialmente con la LOMLOE recién aprobada. Igualmente, tendrá dificultad la negociación de dinámicas comunes para hacer frente al desafío catalán en un pacto conjunto de unidad territorial.
Con todo, y pese a la disponibilidad de Feijóo de negociar con Sánchez, una vez instalado en Génova, será complicado rehuir de la polarización predominante. Sobre todo, contando con que a finales de año se reiniciará el ciclo electoral con las autonómicas de Andalucía, a las que seguirá los comicios municipales, el resto de los regionales, salvo Cataluña, País Vasco y Galicia.
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