El Partido Socialista Obrero Español, cuyo carné exhibe con orgullo el actual ministro de Exteriores José Manuel Albares, consumó este viernes un cambio en la política exterior española, tan profundo como unilateral. Con nocturnidad y alevosía. Sin conocimiento de su socio de Gobierno, Podemos, ni consenso alguno con el principal partido de la oposición, el PP. En plena guerra en Ucrania y al margen del derecho internacional que La Moncloa dice estar defendiendo frente a Rusia.
"Parece ya que es una tradición socialista complacer a Marruecos contra viento y marea", declara a El Independiente Jadiyetu el Mohtar, activista saharaui y miembro de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. La palabra "traición" desfiló ayer en boca de los saharauis que han resistido heroicamente durante 47 años en los campamentos de refugiados de Tinduf, en los confines de un inhóspito desierto, en las condiciones más adversas que cualquiera pueda imaginar.
El ala socialista del Gobierno ni siquiera pudo administrar el tiempo del anuncio. Se lo arrebató la Casa Real marroquí, que filtró la carta de Sánchez con la que el presidente del Gobierno quiebra décadas de neutralidad y apoyo a las resoluciones de la ONU, que sigue reconociendo el Sáhara como un territorio pendiente de descolonizar. A cambio de la claudicación total a las consignas de Rabat, incluida la comunicación del volantazo, Madrid cree obtener el compromiso marroquí de no "más acciones unilaterales" como la que el pasado mayo supuso la llegada a nado de miles de migrantes a Ceuta.
El ala socialista del Gobierno ni siquiera pudo administrar el tiempo del anuncio. Se lo arrebató la Casa Real marroquí, que filtró la carta de Sánchez
"Creo que el Gobierno socialista -para no decir de coalición porque cada uno va a lo suyo- busca aprovechar la coyuntura internacional para tomar posición y lograr la relevancia que no tiene en Europa y, de paso, resolver su contencioso con Marruecos, como siempre, cediendo al chantaje que al parecer solo temen los dirigentes socialistas", asegura El Mohtar.
Es lamentable que un Gobierno que dice defender la legalidad internacional la esté incumplimiento por otro lado
Jadiyetu el Mohtar, activista saharaui
En cuestión de minutos, los saharauis pusieron el énfasis en la enorme contradicción de La Moncloa: defender la legalidad internacional en Ucrania, frente al invasor ruso; arrasarla en el Sáhara, reconocimiento al invasor marroquí, que ha cometido, además, graves violaciones de los derechos humanos contra la población autóctona durante este cerca de medio siglo de ocupación."Es lamentable que un Gobierno que dice defender la legalidad internacional la esté incumplimiento por otro lado", agrega la activista.
1976, la visita de González a los campamentos
A pesar de la dureza del anuncio, en Tinduf no queda ya ninguna complicidad con el PSOE. Lo que escenificó este viernes el Ejecutivo de Sánchez es la enésima infamia de Ferraz hacia los saharauis, el tiro de gracia a una trayectoria que inauguró Felipe González, en un ejercicio de cinismo supremo que no han olvidado. Difícilmente podrán hacerlo nunca.
En 1976 González visitó los campamentos de refugiados saharauis. Su discurso de activista pro saharaui alimentó las esperanzas de una resolución rápida del conflicto, en caso de victoria socialista en las urnas. «Sentimos vergüenza de que el Gobierno de España no haya solo hecho una mala colonización sino una peor descolonización, entregando el territorio en manos de gobiernos reaccionarios como los de Marruecos y Mauritania", declaró entonces el líder socialista.
"Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. Yo quiero, por consiguiente, no prometeros algo, sino comprometerme con la Historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final", agregó. "El Pueblo Saharaui va a vencer en su lucha", manifestó.
González llegó a rubricar con el Frente Polisario un comunicado conjunto en el que calificaba de «nulos e ilegales» los acuerdos tripartitos de Madrid que supusieron el reparto del territorio entre Marruecos y Mauritania. Durante su periplo, se habló de «traición», la que él mismo cometería con el tiempo y su acercamiento, también personal, a Marruecos, donde llegó a tener propiedades y disfrutar de vacaciones.
Hoy González es un ferviente defensor de la monarquía alauí y se ha olvidado convenientemente de defender el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. «Sobre el problema del Sáhara Occidental estamos totalmente de acuerdo con el Polisario. Hemos ido allí abajo, en 1976, y hemos hecho mucho para romper el muro del silencio que rodeaba la guerra. (…) En algunos lugares hemos llegado a hacer que el Frente Polisario fuera reconocido, y admitido en la Internacional Socialista», explicó González durante la década de 1980, antes de cambiar de chaqueta.
Yo quiero, por consiguiente, no prometeros algo, sino comprometerme con la Historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final
FELIPE GONZÁLEZ, 1976
Zapatero siguió el mismo camino
El socialista, que mantiene el áurea de intelectual entre buena parte de su electorado, abrió el camino que Sánchez ha recorrido ahora. Desde el apoyo a los saharauis, con episodios como el de la asistencia médica a Brahim Ghali que costó el puesto a Arancha González Laya y catapultó a Albares, hasta la más completa abdicación frente a la monarquía marroquí y un sistema político corrupto que garantiza la desigualdad y el éxodo de su población hacia Europa.
Todos los políticos socialistas que le sucedieron, sin excepción, siguieron la senda tenebrosa de González. En un hecho sin precedentes, en 2015 José Luis Rodríguez Zapatero visitó como ex presidente la ciudad ocupada de Dajla, un periplo celebrado por Marruecos. "Tendríamos que felicitarnos porque hoy hemos recuperado algo tan importante como una relación de confianza con Marruecos", dijo ayer Zapatero en los micrófonos de la Ser.
Miguel Ángel Moratinos abogó por la autonomía marroquí ante la ONU, según un cable filtrado por Wikileaks. Tanto Zapatero como Moratinos recibieron sendos galardones del régimen marroquí, tal vez en agradecimiento a los servicios prestados al país vecino. También en 2015 Susana Díaz impidió que su entonces vicepresidente autonómico, Diego Valderas (IU), visitara los campamentos.
En 2018 el entonces ministro de Exteriores, Josep Borrell, bloqueó con la complicidad del PP un debate sobre el conflicto saharaui en el Congreso de los Diputados. El de ahora, sin embargo, es con creces el mayor incidente en el divorcio de los socialistas con la causa saharaui. La voladura final de cualquier puente. "Creo que es un movimiento precipitado y en falso que tendrá consecuencias muy negativas para España", esboza El Mohtar.
Promoveremos la solución del conflicto de Sáhara Occidental a través del cumplimiento de las resoluciones ONU que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui
PROGRAMA ELECTORAL DEL PSOE, ABRIL DE 2019
Traición a su propio programa electoral
En su deriva, el PSOE ha terminado traicionando hasta su propio programa electoral, cosechando el rechazo de sus socios de Gobierno y de la oposición, que ayer salieron en tromba a denunciar la decisión. En el programa de las elecciones de abril de 2019, establecía: "Promoveremos la solución del conflicto de Sáhara Occidental a través del cumplimiento de las resoluciones ONU que garantizan el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui".
El pueblo español siempre ha estado al lado de los saharauis; es el Gobierno el que protagoniza siempre la infamia
"Para ello, trabajaremos para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui, así como para fomentar la supervisión de los derechos humanos en la región, favoreciendo el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario, con la participación de Mauritania y Argelia, socios claves de España, que el enviado de la ONU para el Sahara Occidental está propiciando", agregaba.
Unos términos que Albares ha hecho desaparecer del relato socialista, para echarse a los brazos de la dictadura marroquí y un monarca enfermo. Una sumisión que ya no sorprende en los campamentos, donde se ha establecido una ecuación sencilla pero demoledora: "El pueblo español siempre ha estado al lado de los saharauis; es el Gobierno el que protagoniza siempre la infamia".
"Al agresor del sur [Marruecos] le beneficia cualquier iniciativa de este tipo con la crisis económica y política que sufre el régimen de Marruecos en estos tiempos. En cuanto al pueblo saharaui, nunca se espera nada bueno de los gobiernos socialistas. Hemos reanudado la guerra ante la inoperancia de la ONU y la falta de voluntad de la comunidad internacional. Estábamos acertados: solo el pueblo saharaui puede decidir su futuro", concluye.
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