Los meses de mayo y junio advienen con gran importancia para el 'nuevo' PP de Alberto Núñez Feijóo, que intenta cerrar cuanto antes su renovación a todas las escalas. En periodo de rodaje, y solventado ya el proceso interno nacional en Sevilla -a falta de algunos nombramientos más en la directiva nacional como los portavoces de las tres cámaras de representación- solo queda ratificar los nuevos liderazgos que controlarán dos de los brazos políticos territoriales más importantes para los populares junto a Andalucía: el madrileño, con Isabel Díaz Ayuso al frente y al borde de la mayoría absoluta, y el gallego, previsiblemente con el vicepresidente de la Xunta Alfonso Rueda, que intentará preservar las cuatro seguidas de Feijóo.
Esta semana tanto los populares de Galicia como de la Comunidad de Madrid, en sus respectivas juntas directivas autonómicas, han establecido el penúltimo fin de semana de mayo como fecha para celebrar los congreso regionales de la formación, atrasados por cuestiones como la situación sanitaria derivada de la pandemia. Aunque el coordinador general del PP Elías Bendodo ya lo dio a conocer semanas atrás, la cúpula madrileña ha fijado su asamblea para los días 20 y 21. La jornada de cierre, en la que la Ayuso será coronada, salvo sorpresa, presidenta del PP de Madrid en sucesión del senador Pio García Escudero, Rueda afrontará bajo una lista de consenso la primera de las dos sesiones del cónclave en Pontevedra. Acabará un día después, el domingo 22.
Hasta el momento, el presidente del PP ha centrado su actuación y agenda a establecer el horizonte económico que demandará la formación hasta las próximas generales en un contexto económico arduo y copado por la inflación y la escalada de precios. Tras la reunión con los agentes sociales, el área de Economía capitaneada por Juan Bravo Baena ha desarrollado un paquete de medidas que Feijóo trasladará al Gobierno mañana centradas en la bajada de impuestos. Algo que para algunos economistas consultados por El Independiente, no es propicio aplicar en la actualidad.
Pero, al margen de la actuación económica, la definición de los equipos con los que contará el PP a principios de 2023 en el grueso electoral de las municipales y autonómicas es prioritario para Feijóo. Lo es ver asegurado la continuidad de sus políticas en Galicia sin causar el menor socavón interno; dar equilibrio y reforzar las relaciones entre la dirección nacional y la sede del gobierno madrileño, y, sobre todo, poder acentuar el discurso de "una mayoría amplia" o "la casa común de todos los españoles", sin depender de alianzas con Vox.
Por ello, Feijóo cuadrará su agenda para acompañar a Ayuso una vez sea elegida y designada líder de los populares de Madrid. Este gesto lo repetirá en el cónclave gallego para terminar de atar su relevo.
Moreno sigue con ambigüedades
El trámite del presidente andaluz Juanma Moreno es más externo que interno, porque no solo afecta al partido o a los designados para acompañarle en la nueva andadura. La indefinición para concretar unas elecciones anticipadas en junio hasta aprobar en un pleno en la última semana de abril la Ley de Economía Circular, y su intención de constituir -de tener opciones- un gobierno "a finales de agosto" o a "principios de septiembre", parece abocar el anuncio de comicios a principios de mayo. Eso alarga una espera agónica marcada por los buenos pronósticos de las encuestas tras la llegada de Feijóo y la cautela de no precipitarse en un momento en el que Vox sigue fortalecido.
Moreno desea resolver "cuanto antes" este proceso y poder contar a finales de año con un "instrumento sólido"; con un nuevo presupuesto para 2023 que impida seguir prorrogando las cuentas del año pasado en un estado gubernamental de minoría y ante una "situación económica inflacionista" como la actual. Sin embargo, y aunque prioriza, dice, el compromiso con los andaluces, son muchos los factores que rodean la convocatoria.
Pese a las críticas del resto de partidos andaluces, por la "frivolidad" o la falta de seriedad por la fecha, los populares no quiere precipitarse y dejarse llevar por el impulso de los sondeos favorables como hizo la anterior cúpula con Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, que, de rozar la mayoría absoluta, ha tenido que incorporar a Vox por primera vez a un ejecutivo regional. Replicar eso en Andalucía ante un mal movimiento estratégico, no haría más que ahondar las críticas de la izquierda y de Ciudadanos hacia Feijóo. Precisamente, la relación con los naranjas es otro aspecto a definir. Tanto Moreno como Marín han dejado la puerta abierta a una coalición electoral similar a Navarra Suma o PP+Cs en País Vasco, algo que valorarán pensando, han expresado, en los intereses de los andaluces.
Llegar al debate del estado de la nación
Feijóo tiene por delante dos meses intensos con multitud de aspectos a pulir antes de la pausa veraniega y con un debate del estado de la nación como cúspide a la que pretende llegar con el cargo de senador por designación autonómica.
Desde el PP siguen sin dar pistas de si en las próximas semanas el presidente dará el paso para entrar en la cámara alta y tener la oportunidad de confrontar dialécticamente con Pedro Sánchez una vez al mes, y, sobre todo, de solicitar a la mesa del Congreso de los Diputados poder participar en el debate.
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