Junts exige suspender las relaciones políticas con el Gobierno y retirar cualquier apoyo parlamentario "hasta que demuestre que está comprometido con la creación de una comisión de investigación" sobre el 'Caso espionaje'. Así lo ha reclamado el todavía secretario general de Junts, Jordi Sánchez, tras la reunión de la ejecutiva del partido.
De este modo Junts eleva la presión sobre ERC para que se plante ante el PSOE tras revelarse que más de 60 personas relacionadas con el independentismo han sido espiadas, presuntamente por el CNI. Entre ellas, el propio Jordi Sánchez o Carles Puigdemont.
Jordi Sánchez no ha dado por buenas las medidas propuestas este domingo por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y ha exigido la creación de una comisión de investigación al margen de la Comisión de secretos oficiales del Congreso, en la que el Gobierno se ha ofrecido a dar explicaciones. Si no se abre esa comisión de investigación "se demostrará que el Gobierno está siendo cómplice" del espionaje, ha añadido.
Ni Bilateral ni mesa de diálogo
En este contexto, Jordi Sánchez ha reclamado que la rotura de relaciones se escenifique en todos los ámbitos en los que el Govern comparte espacios con el Ejecutivo. Desde la Comisión Bilateral a cualquiera de las comisiones sectoriales, organismos de coordinación autonómica o la mesa de diálogo Gobierno-Generalitat. Una mesa que ERC ha reclamado repetidamente desde enero, pero que ahora también cuestionan los republicanos.
Sánchez ha planteado estas exigencias, más dirigidas a sus socios de ERC que al propio Gobierno, poco después de que la portavoz de Esquerra Marta Vilalta advirtiera de que "todos los proyectos del Gobierno están en peligro" tras el 'Caso espionaje'. Vilalta ha negado, sin embargo, que Junts les estuviera exigiendo romper ya.
"En este caso de tanta gravedad lo que intentamos es trabajar entre todos los afectados, intentar coordinarnos y actuar a la una" ha asegurado la republicana.
Aguanta el pacto en la Diputación de Barcelona
Jordi Sánchez ha evitado, sin embargo, poner en cuestión el pacto de gobierno de su partido con los socialistas en la Diputación de Barcelona. Sectores de Junts han reclamado reiteradamente romper ese pacto, un acuerdo que vuelve a incomodar en el partido tras destaparse el espionaje a más de 60 independentistas.
Pero el secretario general del partido ha advertido que "quien pretenda que el Catalangate se resuelve en un ayuntamiento o diputación, equivoca enormemente la dimensión del problema". Por ello, se ha limitado a apuntar que la continuidad de ese pacto se abordará en el congreso del partido, el próximo junio.
La semana pasada, voces de peso en el partido como el diputado Jaume Alonso-Cuevillas o el europarlamentario Toni Comin reclamaron romper el pacto que sostiene a la socialista Núria Marin en la presidencia de la Diputación de Barcelona. Sin embargo, el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, reclamaba diferenciar el ámbito municipal del nacional, como hoy ha defendido Jordi Sánchez.
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