"¿Dimitir?, ¿por qué?". "¿Cesarla? ¿Por qué?, ¿qué ha hecho?". Así se expresan en el entorno de la directora del CNI, Paz Esteban, ahora en el ojo del huracán tras conocerse dos episodios de espionaje con autorías posiblemente distintas y que comprometen la estabilidad de la legislatura y la seguridad de las comunicaciones del Gobierno. La jefa de los servicios de inteligencia de nuestro país compareció cuatro horas ante los portavoces de los Grupos Parlamentarios de la Cámara Baja y, lejos de dotar a sus palabras de un tono de despedida, les trasladó su voluntad de volver a acudir todas las veces que sean necesarias.
"Llámenme cuantas veces quieran, que son el legislativo" dijo en un momento de su comparecencia sin dejar de lamentar que la comisión de secretos oficiales no se haya reunido hasta ahora después de tres años. Esteban expresó su voluntad de "máxima colaboración" y, lo que resulta más paradójico, ninguno de los asistentes pidió su dimisión, acaso porque tanto los independentistas como Unidas Podemos apuntan algo más alto, esto es, a la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Ningún grupo parlamentario pidió la dimisión de la directora del CNI
Muy al contrario, el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, se dirigió expresamente a ella para pedir su continuidad al frente del Centro Nacional de Inteligencia, después de que el propio Gobierno la pusiera al pie de los caballos al revelar el pasado lunes, en una inesperada rueda de prensa en Moncloa, que tanto el móvil de Pedro Sánchez como el de la titular de Defensa fueron hackeados hace nada menos que un año.
Este asunto no sólo está comprometiendo las mayorías parlamentarias del Gobierno tras revelar Citizenlab el espionaje masivo a dirigentes independentistas -que Paz Esteban limitó a 18 con mandato judicial, entre ellos Pere Aragonés- sino que vuelve a poner a prueba las relaciones entre los socios de Gobierno. Pero no sólo. Quizá el efecto más llamativo de la enésima crisis de la legislatura ha sido el enfrentamiento interno entre Margarita Robles y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, respecto a quién corresponde los protocolos para la supervisión de la seguridad de los aparatos móviles de los miembros del Gobierno.
Y lo de ayer constituyó todo un ejercicio de funambulismo político de Moncloa cuyo objetivo era intentar cerrar esa brecha interna y acallar los rumores en torno al futuro inmediato de Paz Esteban, que tiene en su jefa orgánica la mejor de las defensas posibles.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, medió entre Robles y Bolaños tras ver la unanimidad de la prensa respecto a la guerra declarada entre ambos, según ha podido saber El Independiente. Les exigió poner fin a las hostilidades en un escenario político que cada vez se le complica más al Gobierno tanto interna como externamente. Mientras, la posibilidad de la salida de la responsable del CNI parece alejarse.
Robles apela a la unidad del Ejecutivo pero vuelve a defender a Esteban
Moncloa difundió unas declaraciones de Robles desde la isla de La Palma, -a donde acudió para reunirse con el personal militar y civil del Plan de Emergencia- en las que ponía en valor la "unidad" del Gobierno no sin dejar de salir en defensa de Esteban. "Con la comparecencia, en el día de hoy, de la directora del CNI se ha visto claramente que este Gobierno cumple: cumple con la ley, acude cuando tiene que acudir al Congreso de los Diputados a dar las explicaciones, porque nada tiene que ocultar".
Y salvada la honorabilidad de su departamento, del que depende el CNI, cedió a la petición de Moncloa de escenificar su reconciliación con Bolaños cuando dijo que éste es un Gabinete "que actúa unido, perfectamente coordinado. Hay una coordinación total y absoluta. Y es un Gobierno que, como Gobierno, se siente orgulloso de lo que hace, y de trabajar unido por todos los ciudadanos de este país.”
Por la mañana fue el todopoderoso ministro de Presidencia el que convocó un canutazo con los periodistas para ensalzar sus buenas relaciones con la titular de Presidencia a la que trasladó "todo mi afecto, solidaridad y apoyo"· "Yo soy un servidor público y tengo el honor de ser un miembro del Gobierno de España. Por tanto tengo una enorme responsabilidad como la tenemos todos los compañeros que formamos parte del Consejo de Ministros".
El compromiso del Ejecutivo pasa porque "nuestro país cada día sea mejor, que tengamos unas instituciones democráticas que funcionen, que lo hagamos con todas las garantías, que protejamos nuestro estado de Derecho y en eso estamos la ministra de Defensa y yo".
Reveló que el miércoles habló con Robles, no así la mediación de Sánchez, para intentar acabar con su guerra pública. Insistió el ministro de la Presidencia en que "el Gobierno en su conjunto está trabajando cada día para esclarecer los hechos de los que tuvimos conocimiento durante el fin de semana" y tomar medidas que impidan su repetición. "Es un episodio muy grave del que hemos tenido conocimiento y vamos a esclarecer los hechos, cuanto antes", subrayó para concluir que esta es una cuestión "responsabilidad del gobierno en su conjunto", después de que Moncloa apuntara al CNI y Defensa a la secretaría general de Moncloa como responsable del fallo de seguridad de los móviles de miembros del Gobierno al que se ha sumado el del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
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