Del desastre de Andalucía "se sacan lecciones porque ha enseñado la hoja de ruta", dicen en el entorno de Yolanda Díaz tras el espectáculo ofrecido el pasado viernes con un Podemos que, en un pulso insólito, llegó tarde a inscribir su firma para presentarse en coalición con Izquierda Unida, Más País y Equo a las elecciones autonómicas del 19-J. La vicepresidenta segunda y su equipo intentaron reconducir una situación grotesca que intentarán no se reproduzca si la también ministra decide poner en marcha su proyecto político.
La propia Díaz afirmó ayer que "estas cosas son las que alejan" a la ciudadanía de los partidos e intentó divorciar lo acontecido en Andalucía de la puesta en marcha de su proyecto bajo el argumento de que "no tiene nada que ver". De nuevo anunció su deseo de poner en marcha su plan de escucha, pero otra vez lo retrasa, ahora precisamente por el 19-J.
La premisa de la que parte el equipo de Díaz es que Unidas Podemos, como fórmula de colaboración, "ha muerto" y los morados "han tardado en darse cuenta", entre ellos, el que fuera su máximo líder, Pablo Iglesias, que no contribuyó precisamente al acuerdo al apostar por un candidato, el diputado Juan Antonio Delgado, que no aunaba el consenso del resto de las formaciones.
Ni "mesas camillas" ni acuerdos de "último minuto"
De momento, el primer acta de defunción de Unidas Podemos se ha firmado en Andalucía, pero ese es el espíritu con el que la gallega abordará sus planes de futuro. "El proyecto de Yolanda no se va a parecer a esto", explican fuentes de vicepresidencia primera en conversación con El Independiente.
"No ha gustado en absoluto el espíritu de parte de la negociación andaluza. No permitiremos que pase lo mismo", aseveran. Para empezar, "trascenderá los escenarios de la mesas camillas", donde se hace un reparto por cuotas en función de la representación, y, mucho menos, "llegaremos al último minuto", modelo de negociación que Díaz siempre ha considerado muy masculino.
En definitiva, lo acontecido en Andalucía tras meses de negociación "no es un espejo sobre cómo se deben hacer las cosas en adelante". Y advierten los "yolandistas" que serán ellos los que "administraremos el proceso y los procedimientos". El enfado es mayúsculo. No augura nada bueno para quien pretende encabezar una lista transversal superadora de siglas, algo que, dicen, sí ha entendido Alberto Garzón, pero no los morados.
Advertencia a Podemos: "Quien no acepte que los partidos están matando la política, no estará en el proyecto"
Es más, los partidos "están matando la política y el que lo acepte, bien, y el que no acepte esto, no estará en el proyecto". Todo un aviso a navegantes para la formación liderada por Ione Belarra y codirigida por un Pablo Iglesias que, lejos de haber abandonado la primera línea política, no deja de usar sus altavoces mediáticos para seguir orientando la política del partido que ayudó a fundar.
Díaz "tiene la lleve maestra" con la que pretende sumar partidos, independientes, sindicatos, agrupaciones y organizaciones de todo tipo sin atender a un criterio de reparto de cuotas de poder, lo que intranquiliza a Podemos ante el temor de perder representación en un proyecto donde no dejará de ser uno más.
Precisamente, los mismos medios consultados destacan que esta crisis también ha servido de lección a Podemos "porque ahora han entendido que todos tienen derecho a opinar", sin prelaturas. Echaron un pulso mal calculado hasta el punto de no acudir el viernes a una reunión de la mesa de partidos ni coger el teléfono hasta las 23,02 horas de ese día, momento en que Lilith Verstringe, somo secretaria de Organización de Podemos, telefoneó al jefe de gabinete de Díaz, Josep Vendrell, para presentar la rendición aceptando la candidatura a la presidencia de la Junta de Inmaculada Nieto.
A partir de ese momento se desató una carrera contrarreloj. Hubo un nuevo intercambio de papeles por disconformidad con el cabeza de lista de Málaga. Se solventó a las 23,30. Los representantes legales del resto de las formaciones coaligadas -Podemos no envió a nadie-, que llevaban esperando en el Parlamento andaluz desde las 9 de la mañana, inscribieron la coalición a las 23,56 horas, al borde de la medianoche, pero los morados no mandaron su firma escaneada hasta las 24,04 horas, ya fuera de plazo. La formación de Belarra asegura, en cambio, que el error fue de Izquierda Unida.
Los dirigentes de Podemos "pensaban que con no coger el teléfono se reforzaban en sus posiciones". Su problema principal fue "la falta de olfato para darse cuenta de la determinación de los demás", agregan en vicepresidencia segunda, determinación que es la misma que tiene ahora Díaz de no consentir una repetición de acontecimientos.
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