La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido la única superviviente de la crisis más aguda y dramática de las vividas por el Partido Popular en sus muchos años de existencia porque involucró nada menos que al propio presidente nacional y al secretario general de ese partido.
Con la salida de la cúpula directiva del PP y su sustitución por una nueva dirección encabezada por el hasta ahora presidente de la Xunta de Galicia Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso tiene ahora toda la libertad para hacer su propio equipo una vez sea elegida presidenta del PP de Madrid, cosa que sucederá el sábado 21 de este mes. Promete una profunda renovación.
P.- La oposición tenía desde hace tiempo la información que luego apareció en los móviles de Pablo Casado y Teodoro García Egea y en un principio no acudieron a la Fiscalía. Se movieron cuando la dirección del PP lo aireó.
R.- Sí, efectivamente. En realidad la dirección del PP llevaba aireándolo meses. Desde septiembre que fue cuando yo me enteré de este contrato. Y me enteré por Pablo Casado porque mi hermano no me cuenta esas cosas. Mi hermano vende material sanitario a Madrid, a Extremadura, a la empresa pública y a la privada desde hace 26 años. Y no sé de su vida laboral ni me interesa. Nunca he tenido relación comercial con mi familia. Yo siempre me dediqué al periodismo y a la política. Ajena completamente a ese mundo. Entonces él no me cuenta estas cosas. Mucha gente me dice: qué raro, siendo tu hermano…Pero es así. Y menos mal porque, si me hubiera contado a mí, me hubiera puesto en un aprieto en aquellas noches porque probablemente le hubiera dicho: “Igualmente tráelo porque se me muere la gente”. Pero, eso sí, lo que nunca van a poder demostrar es que yo he movido un sólo dedo, ni esto [hace un gesto con las uñas de dos dedos] por ayudarle a él o a algún familiar. Por eso no es corrupción, porque yo no tengo nada que ver.
P.- En el PP no lo vieron de ese modo
R.- No, al contrario. En el Partido Popular lo entendieron como el motivo excelente para apartarme a mí de mi legítima aspiración a presidir el partido. Y me lo sacaron, pero vieron que yo no me echaba atrás. Y fruto de esa desesperación -porque pasaban los meses y yo seguía presionando para que se celebrara un congreso que era norma, porque está en fraude de ley después de un año fuera de plazo, visto que yo no echaba marcha atrás- decidieron llevarlo a los medios de comunicación. Y siempre que hablaban con periodistas decían que yo tenía corrupción, que en mi entorno había corrupción, que en la Comunidad de Madrid había corrupción. Fíjate qué insensatez que un partido ataque a su propio gobierno y además a un gobierno tan importante para cualquier partido nacional.
P.- Hombre, con los resultados que usted obtuvo es verdad que el PP levantó cabeza.
R.- Pues sí… Habíamos devuelto la ilusión a la organización, las cosas empezaban a cambiar se nos empezaba a percibir como una opción real al actual Gobierno, pero eso no les hizo recapacitar. Pensaron que por ahí me podían apartar de la política.
Jamás en mi vida yo hubiera ido contra Pablo Casado comiéndole la mano a quien me la dio"
P.- Pero ¿cuál era el motivo real, qué les empujaba, qué querían evitar?
R.- Yo creo que a lo mejor la preocupación -porque el proyecto en Madrid estaba creciendo sobremanera- y pensaron que eso podía eclipsarles o ser un problema para la presencia del Partido Popular a largo plazo. Porque creo que no estaban tanto en presidir el gobierno de España como en seguir presidiendo el PP. Pero es que yo jamás en mi vida hubiera ido contra Pablo Casado. Nunca se me habría pasado por la cabeza. Mi obligación estaba y está en estar en la Comunidad de Madrid, no estar al frente de un proyecto nacional. Pero mucho menos hacerlo comiéndole la mano a quien me la dio, a quien me dio la primera oportunidad -porque luego fue el pueblo de Madrid el que ha ratificado mi gobierno- pero fue quien me dio la oportunidad de estar ahí. Yo era de su propio equipo. Esa preocupación entiendo, no sé… y una falta de perspectiva acerca de lo que quieren los ciudadanos fue lo que les hizo errar el tiro y pensar que el problema era yo.
P.- Es sorprendente.
R.- Pues sí, francamente sí. Claro, no hay nada como gestionar una pandemia, y no hay nada como la primera ola. Pero yo desde el mes de septiembre no había vivido algo tan duro. Y tan incomprensible. Porque cuando incluso el propio Gobierno de Sánchez, el propio presidente, me ha atacado directamente, no me ha creado esa misma preocupación ni ese mismo dolor. Porque al final pierdes también un compañero que era un amigo. Aquello generaba muchos más sentimientos, sí. Y sobre todo, incredulidad. Yo creo que no hay nada peor que la incertidumbre; yo prefiero las malas noticias a la incertidumbre. Y eso me generó meses de no entender nada, de incredulidad.
P.- Pero usted manifestó en público que su sitio estaba en Madrid y en ningún otro lugar.
R.- Sobre todo en la Convención de Valencia. Lo dije ya públicamente. Me desesperaba como él poco a poco se iba alejando y yo no dejaba de decirle públicamente y en privado a la desesperada “estoy aquí, adónde vas, si esto es para ti, si te vas a presentar por Madrid y yo lo que quiero es presidir el partido por el que tú harás tu campaña a la presidencia del Gobierno y estaremos aquí para ti. Porque lo que yo quiero es que este resultado de mayo ahora sea para ti”. Pero así fue.
Me desesperaba ver cómo Pablo Casado se iba poco a poco alejando y yo no paraba de decirle: "Estoy aquí. Dónde vas. Esto es para ti"
P.- Al final se desató todo cuando usted denunció públicamente que la estaban investigando.
R.- Bueno, en realidad aquello estaba siendo una muerte anunciada y pública cuando dije en septiembre que quería presidir el partido de Madrid. Pero con los meses él, ellos, poco a poco se fueron ahorcando porque los ciudadanos veían cómo habían depositado la confianza en mí y sin embargo comprobaban que la dirección nacional no lo hacía. Era evidente que eso actuaba contra ellos más que contra mí. Hasta que ya todo explotó y se publicó en los medios que había habido un intento de espionaje. Yo no sé si eso es verdad o no, yo lo que sí tengo claro es que en la Comunidad de Madrid no ha habido ni un sólo euro corrompido y que hemos estado trabajando contrarreloj en los momentos más difíciles. Y ahí es cuando me vi obligada como presidenta de la Comunidad a salir a explicar que lo publicado en El Mundo sería verdad o no, pero desde luego no tenía nada que ver con lo que se ha hecho aquí. Y ya de paso denunciar una situación en la que estaba siendo absolutamente presionada y en cierto modo amenazada desde el mes de septiembre. Algo que yo llevé en silencio siempre porque siempre tuve la esperanza de que las cosas iban a cambiar, que esa insensatez tendría pronto su fin. Visto que nada de eso era posible, aquel día ya todo explotó. Y la opinión pública entendió esa batalla soterrada, muchos medios de comunicación que habían escuchado constantemente ese relato falso también. Pero ese día se creó una crisis sin precedente en el Partido Popular.
P.- ¿Hasta qué punto esto le ha afectado personalmente?
R.- Eeeeh… Hoy ya no. En estos meses sí, claro. Pero ya no, ya estoy a otra cosa, estoy a seguir gestionando Madrid, a seguir pedaleando. Mientras sea presidenta de la Comunidad de Madrid tengo la sensación de tener siete millones de jefes, es decir, siete millones de preocupaciones. No tengo derecho a otra cosa que a seguir pedaleando. Pero en estos meses de atrás, claro que sí porque a mi familia le han hecho un daño irreparable, al gobierno de la Comunidad de Madrid le ha dejado intacto como se ve en las encuestas pero a la oposición le ha dado otra vez argumentos para volver a recurrir a algo tan deseado para ellos como es que exista corrupción donde no la hay. Y me parece todo tan injusto que sí, durante estos meses me afectó, me dolió enormemente. Pero a día de hoy me parece que ya sería el colmo que ese dolor no lo hubiera gestionado psicológicamente y que hoy me afectara como presidenta con todo lo que tengo que hacer. No me lo perdonaría porque en realidad se es presidente muy poquito tiempo y se es ex presidente el resto de tu vida. Y yo no me quiero pasar el resto de mi vida arrepentida por no haber aprovechado la oportunidad. Hoy tengo esa oportunidad, mañana, pasado, mientras esté aquí tengo oportunidades de hacer cosas. Y por eso ya está todo resuelto. En mi cabeza y en mi corazón está todo más que resuelto.
P.- ¿Le parece a usted que las cosas han cambiado mucho internamente desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo al Partido Popular?
R.- ¡Absolutamente! Ahora muchos ciudadanos me dicen que menos mal que ha habido un cambio, que no les gustaba la anterior dirección. Y además ahora muchos presidentes autonómicos tenemos un paraguas y tenemos una sensación de ser un único equipo; antes no siempre teníamos esa percepción. Y, además, yo creo que el cambio es imparable porque en España la situación ya no da más de sí y en Alberto Núñez Feijóo se ve un presidente sólido, un hombre con muchos años de gestión, con aplomo, seguridad personal… Yo creo que a ojos de la inmensa mayoría de la gente esto ha sido para bien.
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