Lejos de mantener un perfil bajo y ser discreto, el rey emérito se ha dejado querer estos días en Sanxenxo para estupor no sólo del Gobierno sino de la Casa Real, donde ayer se celebró un almuerzo que se pretendía de reconciliación entre padre e hijo, el Rey Felipe VI, tras dos años de no verse las caras. Y, al menos Moncloa, alberga el temor de que cuando vuelva a mediados de junio para asistir al campeonato del mundo de vela en la misma localidad gallega se reproduzca el "espectáculo" de este fin de semana, según fuentes monclovitas.
Hay una sensación generalizada de que Juan Carlos I no cumplió el primero de sus compromisos en la carta personal que envió a su sucesor y que Zarzuela dio a conocer el 5 de marzo pasado cuando indicó que "tanto en mis visitas como si en el futuro volviera a residir en España, es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible".
Juan Carlos I volverá a Sanxenxo a mediados de junio para el campeonato mundial de vela
No ha sido el caso, ni lo volverá a ser cuando el 10 de junio arranque el campeonato mundial de vela si hay que hacer caso a lo anunciado por el alcalde de la localidad pontevedresa, Telmo Martín, de que regresará de Abu Dabi para entonces. "Es muy importante que la campaña de vela venga acompañada de un personaje tan importante", dijo a los periodistas el pasado domingo, demostrando que la intención de sus anfitriones es que no pase desapercibido.
La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, dejó claro a primera hora de la mañana que el espectáculo no le ha gustado al Gobierno al reprocharle no haber dado explicaciones ni pedir perdón a los españoles y dar cuenta de los hechos «nada éticos» ni «ejemplares» que se han ido conociendo, los mismos que Pedro Sánchez calificó de "decepcionantes".
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se expresó este lunes en términos parecidos afeándole que haya dedicado su primer viaje a España en dos años a "salir al mar y a una barbacoa", perdiendo así una oportunidad "importante" para dar explicaciones "ineludibles" sobre sus acciones, informa Efe. Pero cree el ministro que Juan Carlos I todavía está a tiempo de dar la cara por unos hechos "muy graves" y que lo hará en breve.
Moncloa sube el tono de sus críticas al ex jefe del Estado
Ya el portavoz de la ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, no quiso ir más allá y remitió en todo momento a la ministra Rodríguez. Sin duda, del martes pasado, en que Moncloa se puso de lado, al día de ayer, el sector socialista del Ejecutivo ha subido mucho el tono contra el emérito, acaso arrastrado por las críticas de sus socios de Gobierno o por los aliados parlamentarios, todos ellos republicanos.
Y salvo que Marlaska maneje datos aún desconocidos, parece una posición más voluntarista que otra cosa habida cuenta que el propio Rey emérito, en declaraciones a la prensa, dejó claro que no cree que deba dar cuenta de sus procesos judiciales ni de sus dos regularizaciones fiscales más allá de lo explicitado en su carta del pasado marzo cuando dijo ser consciente "de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente". Pero lo cierto es que varias horas de conversación con su hijo debieron dar para mucho.
En aquella misiva, también se reivindicó el ex jefe del Estado al destacar su "legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España, fruto del esfuerzo y sacrificio colectivo de todos los españoles".
La Casa Real mantuvo silencio durante todo el lunes hasta que pasadas las nueve de la noche, en cuanto Juan Carlos I abandonó palacio camino del aeropuerto, reveló algunos detalles como el "tiempo amplio de conversación" con su hijo, Felipe VI con el que trató la situación política, pero, también cuestiones familiares, en la que se insiste en la posibilidad de volver en el futuro a España.
No estaban en una posición fácil en Zarzuela desde el momento que se trataba de un encuentro privado, no indicado en al agenda oficial, pero en el que estaba puesto todo el interés político y periodístico.
Felipe VI intenta retomar la normalidad con un viaje a Vigo para inaugurar la ciudad de la Justicia
El que estará este martes en Galicia es Felipe VI, pero en Vigo.Allí inaugurará la nueva ciudad de la Justicia, recibirá en audiencia a los presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia gallegos y arrancará la VIII edición de Navalia, feria internacional de la industria naval. La Casa del Rey intenta retomar con normalidad las actividades del Monarca en la esperanza de que vaya decayendo el interés en las sucesivas visitas del Emérito.
No deja de ser un enorme contratiempo para Zarzuela en muy buena medida porque inflama el discurso republicano de Unidas Podemos, hasta el punto de ser llamado Juan Carlos I literalmente "delincuente" y "ladrón" por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y pone el foco en el ex jefe de Estado, al que su hijo retiró la asignación pública y recomendó abandonar el país durante una temporada de la que ya se han cumplido algo más de dos años.
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