La reforma fiscal que PSOE y Unidas Podemos pactaron en su acuerdo progresista no verá la luz en esta legislatura. Al menos eso afirman en el sector socialista del Gobierno respecto a una propuesta que ya ha vivido varias prórrogas para disgusto de los morados, que hicieron de este punto uno de los grandes caballos de batalla del presente curso parlamentario.
La crisis económica -provocada por la pandemia y empeorada por la invasión de Ucrania-, la inflación desbocada y el ciclo electoral que se abrió con las autonómicas de Castilla y León, sigue con las andaluzas y ya no parará hasta el año que viene, son algunos de los aspectos más destacados para argumentar que éste, "no es el mejor de los escenarios para abordar una reforma de tanto calado. No sé si alguna vez se pondrá en marcha", arguyen en el Gobierno en conversación con El Independiente.
De su escaso entusiasmo para tocar el modelo fiscal da buena muestra el debate de este martes sobre el incremento de impuestos a las grandes fortunas que Unidas Podemos volvió a plantear, vía proposición de ley, y fue rechazada de nuevo por el PSOE. No hubo sorpresas. En Ferraz reprochan que "con la inflación disparada no es posible entrar a cambiar el modelo fiscal", en Podemos reprochan que "nunca les parece el momento".
El PSOE volvió a unir sus votos a los del PP, Vox y Ciudadanos
El PSOE volvió a unir sus votos a los del PP, Vox y Ciudadanos. El portavoz socialista, Héctor Gómez, apeló ayer a que esta es una cuestión que debe ser abordada desde el rigor y el contexto "está muy condicionado" por las actuales dificultades económicas. Por su parte, Pablo Echenique, de Unidas Podemos, dijo lamentar la negativa de su socios de Gobierno. "No entendemos por qué el PSOE se opone a que se empiece a debatir", dijo Echenique.
Y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, escribió vía Twitter que "hoy se vota en el Congreso nuestra propuesta para que las grandes fortunas paguen lo que les toca. Las familias no pueden pagar más que los que más tienen. Apoyar esta medida es una cuestión de patriotismo. Más democracia y menos desigualdad". No lo entiende así el sector mayoritario del Gobierno, acaso convencido de las dificultades parlamentarias de sacar adelante una reforma de tanta trascendencia y sobre la que tiene grandes discrepancias con los morados.
La fallida proposición tenía como objetivo principal "avanzar en la construcción de un sistema fiscal justo, aumentar su equidad vertical y contribuir positivamente a la sostenibilidad del estado del bienestar".
Para ello, "se regula el Impuesto sobre la titularidad, tenencia, disponibilidad, disfrute o uso de bienes o derechos por personas con grandes fortunas para hacer frente a los gastos ocasionados por la actual crisis económica, y que viene a complementar al actual Impuesto sobre el Patrimonio, definiendo el valor de la gran fortuna individual a partir de 10 millones de euros (entre bienes exentos y no exentos) descontadas las deudas y cargas deducidles", rezaba el texto de Unidas Podemos.
El trabajo del comité de expertos de Montero culminó en febrero
Las primeras iniciativas de Unidas Podemos en este sentido eran recibidas con evidente incomodidad por parte del sector socialista y siempre apelaban al trabajo del comité de expertos que nombró María Jesús Montero para abordar una reforma desde su globalidad. Pero ahora, una vez que esos trabajos culminaron, no les queda más argumento que un escenario de enorme complejidad, lo que es cierto.
El comité de expertos designado por el Ministerio de María Jesús Montero en abril del año pasado para que hicieran propuestas al respecto presentó, no sin dificultades y hasta rupturas, sus trabajos en febrero, pero desde entonces el informe duerme el sueño de los justos. La responsable de Hacienda está volcada ya en la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene y en el techo de gasto, que irá para julio. La idea es presentar en tiempo y forma el proyecto de Presupuestos, incluso conscientes de las dificultades de sacar adelante unas nuevas cuentas en la recta final de la legislatura.
Aún no ha comenzado la siempre difícil negociación con los socios de Ejecutivo, sino recogiendo las propuestas y necesidades de los distintos ministerios. No es descartable que Unidas Podemos quiera llevar a las cuentas del Estado para el año que viene alguna reforma fiscal, aunque sea parcial, pero parece que va a tocar en hueso.
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