El expresidente del Gobierno José María Aznar ha asegurado que la suspensión del tratado de amistad entre Argelia y España supone un "ridículo colosal" para la política exterior española que coloca a nuestro país en una "situación delicada", tras la congelación también de todo el comercio exterior. El tratado, ahora suspendido, se firmó bajo su presidencia.
"Es difícil encontrar en la política española un error más grande", ha criticado Aznar, para quien las turbulencias en las relaciones entre España y los países del norte de África demuestran "por desgracia" el "estado de fragilidad" de la diplomacia española.
Según el expresidente, que ha recalcado que España es un país "con enormes responsabilidades", el papel geopolítico español se sustenta en su relación con Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Iberoamérica y el norte de África y todas están relacionadas.
Aznar se ha mostrado especialmente crítico con la relación actual con Washington, que ha dado un "salto atrás gigantesco". Según ha explicado, no existen entre las partes "diálogos políticos serios, hasta el punto de que es imposible una conversación entre (el presidente estadounidense, Joe) Biden y (el presidente del Gobierno, Pedro) Sánchez", más allá "del episodio ridículo", ha dicho en alusión a los segundos que ambos mandatarios compartieron en la Cumbre de la OTAN en Bruselas.
Para Aznar, la presencia española en Latinoamérica también se ha resentido y el cóctel "debilita" la otrora "posición fuerte" de España en Europa. Por ello, ha pedido que España "se integre más" en el concepto de país atlántico.
Aznar se abre a colaborar con Feijóo
A nivel nacional, el expresidente ha señalado que "fallan las políticas" y ha avisado de que, si no se cambia, "será más difícil corregir el rumbo". Según ha indicado, lo primero que hay que hacer es "ordenar" España, una nación "institucionalmente desordenada". Eso pasa por dictar políticas de "absoluto respeto a la ley y a la Constitución", algo "esencial" para recuperar la "fortaleza" de España.
Aznar ha abundado en esta idea y ha asegurado que el sistema institucional español está "profundamente dañado", algo "peligroso" porque también es el "activo competitivo más importante". En esta línea, ha pedido "volver a las reglas, a la responsabilidad, disciplina". Ha defendido asimismo la estabilidad presupuestaria, una reducción del endeudamiento, menos impuestos y una "mejor" reforma laboral".
Por ello, ha considerado que "el cambio se va a producir" y los partidos de centro-derecha "van a subir en su conjunto", él espera que "con la suficiente contundencia". En este contexto, ha pedido acabar con los "tiempos del populismo barato" y ha destacado la figura del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Así, le ha deseado "éxito" y, cuestionado sobre si estaría dispuesto a "colaborar desde dentro" en un hipotético futuro gobierno con él, no ha cerrado la puerta. "A mí lo que me pida mi país yo se lo voy a dar", ha sentenciado.
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