Podemos está dispuesta a dar una "batalla a muerte" ante la pretensión del sector mayoritario del Gobierno de abandonar esta legislatura la comprometida reforma fiscal. Si hay un tema en la que los morados entienden que les resulta imposible ceder, es en este asunto después de haberlo aparcado dos años consecutivos. "No se puede dejar de abordar", dicen fuentes del sector morado del Ejecutivo.
Los socialistas insisten en dar una patada al balón y retrasar la reforma "a la próxima legislatura", si es que siguen gobernando, pero los socios, a pesar de sus constantes discrepancias internas, ven traicionado uno de los ejes del gobierno progresista. La "batalla a muerte" se va a trasladar a la mesa de negociación de los Presupuestos Generales del Estado, según han trasladado a El Independiente, hasta el punto de comprometer las cuentas para el año 2023 en caso de que Hacienda intente eludir, otra vez, esta cuestión.
En definitiva, "como el PSOE se niegue" a abordar la reforma fiscal, "se lo van a tener que comer en el Presupuesto y si además pretenden subir la partida en Defensa, tendrá que haber muchas concesiones", apuntan. Pero no sólo aluden a la más que previsible batalla dentro del Ejecutivo, sino a la necesidad que tiene la coalición gubernamental de armar mayorías parlamentarias.
Apelan a la reforma fiscal como una vía también para conservar el respaldo de ER y Bildu
Podemos "lo va a poner muy complicado", advierten. No se trata solo, explican, de facilitar el camino a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, si es que finalmente germina su proyecto electoral y Unidas Podemos llega indemne a esa cita, "sino que este Gobierno se pueda reeditar con los socios parlamentarios" y frenar "el ascenso de PP y Vox".
El jefe del Ejecutivo "debe hacer un guiño a la izquierda y a la mayoría de la investidura por interés de los dos socios" y eso pasa por una reforma fiscal "justa y progresiva que nos acerque a Europa y en la que se eliminen privilegios fiscales", según recogió el documento con el que PSOE y Unidas Podemos sellaron su pacto de coalición. En el mismo se comprometieron a un incremento de IRPF en dos puntos de los tipos impositivos sobre la base general para los contribuyentes que tuvieran rentas superiores a 130.000 euros y cuatro puntos para la parte que excediera de 300.000 euros. El tipo 45 estatal sobre las rentas de capital se incrementaría en 4 puntos porcentuales para dichas rentas superiores a 140.000 euros.
Además "se estudiará la fiscalidad de las grandes fortunas al objeto de que contribuyan a un sistema fiscal más justo y progresivo", que fue la propuesta que este mismo martes presentó Unidas Podemos y tiraron abajo PSOE, PP, Vox y Ciudadanos.
En la primera negociación presupuestaria, en 2020, entre la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, la ministra le pidió retrasar un año la reforma fiscal. En 2021 Montero se refugió en los trabajos de una comisión de expertos nombrada a estos efectos, por lo que el asunto volvió a aparcarse para disgusto no sólo de Álvarez, sino también de Josep Vendrell, director de Gabinete de Yolanda Díaz, para entonces ya jefa de la delegación morada del Gobierno tras la dimisión de Pablo Iglesias.
Podemos no quiere dar lugar a más escaramuzas dilatorias
Y este año Podemos no quiere dar lugar a más escaramuzas dilatorias hasta el punto de amenazar las que pueden ser las últimas cuentas del Estado de la legislatura. Quedan todavía unos meses hasta que los aliados gubernamentales se sienten a negociar, aunque este julio irá el techo de gasto. Lo cierto es que no hay muchas posibilidades de que el Ejecutivo las saque adelante en la recta final de mandato, con el país inmerso ya en un ciclo electoral imparable. De hecho, Moncloa viene asumiendo desde que aprobó sus últimos Presupuestos que éstos se prorrogarán en 2023.
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, arremetió este martes contra el PSOE por sumarse a la derecha para rechazar su propuesta de incremento fiscal a las grandes fortunas. Y lo hizo acusándolos de mentir. También arguyó que "más allá de todas estas excusas, la verdad es que los grupos parlamentarios que han votado en contra de nuestro impuesto a las grandes fortunas de más de 10 millones de euros (PP, VOX, Cs, PNV y PSOE) han quedado retratados ante la gente trabajadora".
La batalla, otra, está servida.
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