El gobierno español ha querido dar ejemplo de compromiso con Ucrania, pero ha cometido la torpeza de filtrar que se planteaba enviar carros de combate Leopard A4, de fabricación alemana, cuando si lo hiciera sería el primer país que cruza la línea roja al entregar al gobierno de Kiev armas ofensivas móviles de factura occidental. El canciller alemán, Olaf Scholz, se vería en un compromiso si su amigo Pedro Sánchez le solicitara dar luz verde a un envío de estos carros de combate. 

"De momento no hemos recibido nada", decía Scholz en Lituania el lunes, mientras su ministro de Economía, el verde Robert Habeck, se mostraba favorable a dar el paso. "No me puedo adelantar a los hechos, pero el camino está claro. Y estoy convencido de que debemos ayudar a Ucrania en estos tiempos difíciles", ha dicho Habeck. Los liberales están por la labor. Y los conservadores de la CDU quieren que se proceda con rapidez. 

"En Madrid han entendido más rápidamente que en Berlín la gravedad de la situación. Lo que está en juego es la vida de gente inocente y la defensa de Europa de un agresor imperialista", ha dicho Johann Wadephul, vicepresidente del grupo parlamentario de la CDU, según informa la agencia Efe. Son declaraciones que hacen daño al aliado del presidente Sánchez, el canciller Scholz. A pesar de haber sido interpelado por la oposición sobre el eventual envío de los Leopard en el Parlamento español, Sánchez ha evitado responder.

Los Leopard A4 son unos carros de combate que vendió Alemania a España en 1995. Era un lote de más de un centenar. Sustituyeron a los M-60 de EEUU. Son de mediados de los 80 y tienen computador de tiro, calibre 120 mm, alcance de más de tres kilómetros, y cuentan con un buen blindaje. España empezó a fabricar los Leopardo 2E y retiró los de fabricación alemana y los deshumectó, un sistema por el que se suprime todo lo que puede deteriorarlos, como si se envasaran al vacío. 

Es un buen carro de combate que se diseñó para abatir a los T-80 rusos, parte de los que ahora están en el campo de batalla en Ucrania"

teniente general francisco gan pampols

“Es un buen carro de combate que se diseñó para abatir a los T-80 rusos, parte de los que ahora están en el campo de batalla, y su mantenimiento podría hacerse desde instalaciones en Alemania y Polonia. Dar un carro de combate es un regalo envenenado porque es un sistema de armas y se necesita munición, herramientas, especialistas, repuestos, y no es sencillo ni rápido”, afirma el teniente general Francisco Gan Pampols. 

Como los Leopard A4, que se encuentran en la base de Zaragoza, fueron adquiridos a Alemania, el gobierno alemán ha de dar su visto bueno, por la cláusula de tercer país, a su transferencia a Ucrania. Así se evita que se utilicen en países donde se abusa de los derechos humanos o dictaduras. 

El gobierno alemán, que está aumentando sus entregas de armamento defensivo a Kiev, y sobresale en ayuda humanitaria, se compone de tres partidos: socialdemócratas, liberales y verdes. Tanto Verdes como liberales son partidarios de ayudar a Ucrania de forma más contundente para poner freno a las tropas rusas. Sin embargo, el canciller Scholz ha de contar con la oposición de parte del SPD, que rechaza el envío de armas ofensivas, y con el peso que la Ostpolitik aún tiene entre sus militantes y dirigentes. Scholz quiere evitar que el líder ruso, Vladimir Putin, utilice esa excusa para ampliar los ataques a los aliados, o activar el botón nuclear. 

Gran carga simbólica

El envío de Leopard supondría así un punto de inflexión, de gran carga simbólica en Alemania, ya que Berlín huye de cualquier imagen que recuerde a la Segunda Guerra Mundial como sería que un carro de combate de fabricación alemana atacara a uno ruso. En realidad, para los militares las armas son ofensivas o defensivas depende de cómo se utilicen. Lo que sí es cierto es que incluso EEUU ha evitado enviar Abrams o misiles de gran alcance que alcancen territorio de la Federación Rusa. Reino Unido sí acaba de hacerlo: un lanzacohetes múltiple con alcance de 80 kilómetros. 

Incluso los más favorables a entregar lo que se considera armamento ofensivo entre los aliados defienden que ha de hacerse de forma conjunta, ya que en la OTAN se comparten los beneficios de formar parte de una alianza defensiva, pero también los riesgos. Y si Rusia considerara que el envío de los Leopard como el cruce de una línea roja las represalias podrían afectar a cualquier aliado, y Berlín se siente amenazado especialmente, dada la cercanía a la frontera rusa.

Putin y su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, han aludido en reiteradas ocasiones que la OTAN está implicándose directamente en la guerra y los riesgos que conlleva. De ahí los recelos del canciller Scholz, que no son compartidos ni por sus socios de gobierno ni por la oposición conservadora, que demandan más compromiso con Kiev. 

Precisamente el gobierno español filtró a El País esta posibilidad de enviar 40 Leopard A4 justo después de que el embajador ucraniano en España, Serhyi Pohoreltsev, se quejara al cumplirse los 100 días de la invasión rusa de su país porque todo lo enviado por el gobierno español apenas alcanzaría para dos horas de combate. Hasta el momento han llegado equipos de protección individual, armas ligeras y munición. El diplomático demandó a los 100 días de guerra armas pesadas, y sobre todo, los Leopard. “Hay buena voluntad para enseñarnos a manejarlos pero lo importante son los tanques”, remarcó Pohoreltsev.

"Ucrania plantea si Occidente quiere que Ucrania gane o que se limite a dañar a Rusia lo suficiente para forzarla a negociar. El equipamiento militar que se ha enviado a Ucrania hasta ahora sirve para impedir que Rusia gane y conquiste Ucrania, pero no para que Ucrania gane la guerra", señala Taras Kuzio, investigador asociado de la Henry Jackson Society y profesor del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Kiev Mohyla Academy.

Menos de 72 horas después de la demanda del embajador ucraniano, el diario madrileño citaba fuentes de Defensa para anunciar que se destinarían a Kiev 40 carros de combate Leopard, que ahora están inutilizados en Zaragoza. Tendrían que ponerse en funcionamiento de nuevo lo que llevaría unos meses. Según ha publicado Business Insider, que cita fuentes del gobierno alemán, finalmente se trataría de una decena de Leopard, no los 40 iniciales. No se descarta que el gobierno español se eche atrás.

En Alemania la decisión depende del Consejo Federal de Seguridad, que preside el canciller, Olaf Scholz. Participan de las deliberaciones los Ministerios de Economía, Defensa, Interior, Exteriores, Finanzas y Justicia.  

"Tanques por la puerta de atrás", titulaba el Spiegel Online. "España quiere suministrar tanques alemanes: ahora Scholz tiene un doble problema", puede leerse en Focus online. "Es una situación muy difícil para Scholz, en la que justamente le pone un partido hermano", señala esta publicación, que apunta a que quizá España intente posicionarse antes de la cumbre de la OTAN. El problema para Scholz sería doble: presión internacional sumada a la nacional. Si hubiera solicitud, el canciller se vería en apuros tanto si da luz verde como si no lo hace.

Son varias cuestiones las que plantea esta operación vinculada a los cotizados Leopard. ¿Valoró el Ministerio de Defensa el hecho de que son armas ofensivas y ningún otro país ha dado este paso? Para evitarlo Alemania entrega Leopard a aliados en el este, y ellos a su vez, hacen llegar a Ucrania material de fabricación soviética. ¿Quiso Defensa poner sobre la mesa la cuestión para que el resto de los aliados se sume? ¿Ha calibrado Sánchez el daño que iba a causar a su aliado, Olaf Scholz?