La Escala Douglas clasifica los diferentes estados del mar en función de la altura de las olas. Va de la mar llana a la mar enorme pasando por la marejadilla y la marejada, también en diferentes estadíos. Además, está la mar de fondo, cuyo oleaje se manifiesta muy lejos del epicentro donde se generó ese movimiento. Unidas Podemos ha pasado y pasa cíclicamente por todos y cada uno de esos estados, inmersa en una fuerte crisis interna donde se van produciendo corrimientos de lealtades a favor de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, llamada a liderar un espacio político ahora muy fragmentado.
La también ministra de Trabajo ya ha puesto fecha al arranque de su campaña de escucha, el 8 de julio, con la que comenzar a preparar el terreno y que alargará hasta finales de año. Pero desde que cogiera el timón del sector morado del Gobierno y dejara claro un estilo muy diferente al de su antecesor, Pablo Iglesias, los equilibrios de poder interno han variado a favor de la gallega.
Precisamente, este sábado en un mitin en Córdoba de la formación Por Andalucía, la vicepresidenta del Gobierno anunció con claridad que está dispuesta a dar un paso "para ganar España".
Garzón y Enrique de Santiago hicieron causa común en el pacto andaluz
La crisis andaluza ha sido el mejor escaparate de cómo Díaz ha conseguido atraer para su causa a otros dirigentes con los que parecía mantener grandes distancias políticas y hasta personales. Es el caso del titular de Consumo y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Desubicado entre los ministros de Unidas Podemos, del pacto de "los botellines" con Iglesias ha acabado finalmente convertido en una pieza importante del engranaje de Díaz. Y aunque rechazó ser cabeza de lista a la Junta de Andalucía cuando ésta se lo pidió, consiguieron llegar a una entente sobre Inmaculada Nieto para cerrar el paso al dirigente de Podemos Juan Antonio Delgado.
Una muestra de la confianza que Díaz ha depositado en él ha sido escogerle como uno de sus comisionados para tratar con el ministerio de José Luis Escrivá los temas que afectan a las pensiones, aunque quede muy lejos de sus competencias como titular de Consumo. Podemos dice de él que "se ha reposicionado para no quedar fuera de juego cuando Yolanda haga su proyecto".
Hay otros dos nombres nada desdeñables que parecen haber reconducido sus relaciones con Díaz. Es el caso de Enrique Santiago, líder del PCE, el único partido del que la vicepresidenta es militante de carnet. Santiago, secretario de Estado de la Agenda 2030 bajo el mando de Ione Belarra, siempre ha sido muy próximo a Pablo Iglesias e Irene Montero. De hecho ha llegado a asesorar al primero en materia legal. Pero en Andalucía también se decantó de parte de Izquierda Unida, a pesar de su escasa relación con Garzón, y no de Podemos, formación que tensó la negociación hasta el final consciente de que la entente entre IU y Más País pretendía orillarles.
"No tirarse por el barranco con Podemos"
A nadie se le escapa que “las diferencias políticas profundas” puestas de manifiesto en la negociación andaluza tienen repercusión “sobre lo que hay que hacer el día de mañana”, en alusión al proyecto de Yolanda Díaz. Y aunque sea por pragmatismo, Santiago “ha decidido caminar por el mismo camino que IU y no tirarse por el barranco con Podemos”, dicen en el equipo de la vicepresidenta segunda, ante el disgusto indisimulable de los morados.
Ahora la pregunta reside en si Enrique de Santiago puede correr la misma suerte que Amanda Meyer, que fuera jefa de Gabinete de la ministra Irene Montero, persona del círculo estrecho de ésta y destituida por falta de confianza política. Meyer, andaluza y esposa del líder de Izquierda Unida Toni Valero, se significó a fondo en la negociación andaluza. Dicen en Podemos que participó “de forma activa en el desastre del frente andaluz. Ha aprobado cosas sin contar con Irene”, le recriminan para un cargo que “requiere de confianza total”.
Pero Santiago “no participó de una forma tan directa en la negociación como Amanda”, justifican sobre su inmediato futuro. Otras fuentes de Unidas Podemos alertan que prescindir del líder del PCE en la secretaría de Estado supondría “dinamitar” Unidas Podemos, ya muy maltrecha.
Curiosamente también se apunta a otro secretario de Estado de Ione Belarra, Nacho Álvarez, este de Derechos Sociales, como uno de los dirigentes de Podemos que se está aproximando a Yolanda Díaz. El también secretario de Economía y Nuevo Proyecto de País de los morados no era de la confianza de la vicepresidenta segunda hasta el punto que le “adosó” a su jefe de Gabinete, Josep Vendrell, en las negociaciones presupuestarias con María Jesús Montero. Pero ahora la relación ha cambiado y hasta ministros del sector socialista han percibido cómo Álvarez es persona en plena sintonía con Díaz.
Futuras deserciones
Y no es nada descartable que conforme avance el proyecto político de la ministra de Trabajo, que arranca el 8 de julio, se vayan produciendo deserciones entre las filas moradas a sabiendas que de Díaz es la única opción para mantener las opciones electorales de la izquierda a la izquierda del PSOE.
Ella, de momento, se sigue apoyando en un pequeño sanedrín, aunque su principal fuerza orgánica la encuentra en Comisiones Obreras, por mucho que su líder, Unai Sordo, insista en desvincularse públicamente de su proyecto político. De Comisiones vino su fuerte vínculo con el economista Manuel Lago, ex diputado de Marea y ahora asesor en el Ministerio. Joaquín Pérez Rey, el secretario de estado de Empleo y Economía Social, es otro de los miembros de su núcleo duro, como Marta Lois, concejal de Compostela Aberta y encargada de inscribir la marca "Sumar" en el Registro. También destacan el diputado gallego Antón Gómez Reino y Rodrigo Amírola, que fue jefe de gabinete de Jéssica Albiach es fundamental en estrategia. En el grupo parlamentario se apoya mucho en los Comunes frente a Pablo Echenique, que rinde cuentas a Belarra. En todo caso, este grupo, hoy reducido, irá ampliándose conforme se vaya configurando su proyecto.
Nombres de futuro
Hay quien destaca también como un nombre a tener en cuenta en el futuro el de la secretaria de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae), María José Landáburu, hoy al frente de una organización que nació para hacerle la réplica a ATA desde una clara ideología de izquierdas. Hay quien la ubica en las listas electorales de Díaz, para las que la candidata va a tener que hacer encaje de bolillos y poner a prueba la resistencia de los distintos partidos y sociedad civil que se sumen a su aventura política.
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