El BBVA defiende que la investigación que lleva a cabo la Audiencia Nacional por los encargos que le hizo al comisario José Manuel Villarejo cuando éste se encontraba aún en activo en la Policía Nacional "debe terminar" ya al estar "agotada", al tiempo que lamenta que la instrucción se haya convertido en "una inquisición general de la vida y milagros" del banco en los últimos 14 años.
En un escrito fechado este lunes, al que ha tenido acceso este diario, la entidad financiera solicita el fin de las pesquisas y el sobreseimiento y archivo de las actuaciones respecto a ella al entender que las diligencias que se han practicado en los últimos tres años no han constatado la existencia de indicios que acrediten los delitos que se le imputan en su condición de persona jurídica: cohecho activo y descubrimiento y revelación de secretos.
El banco BBVA, que formula esta petición en vísperas de que el próximo 29 de julio expire el plazo de la última prórroga concedida para continuar con la instrucción, entiende que no había motivos para haber prolongado la investigación el pasado mes de enero y considera "completamente inútiles" todas las diligencias practicadas en los últimos meses al no haber ayudado a esclarecer ningún extremo que no se conociera ya.
En este sentido, recuerda que los nueve investigados que han prestado declaración este año confirmaron que "nunca tuvieron el más mínimo indicio de la comisión de ningún delito de revelación de secretos ni de ningún otro delito en relación con Cenyt", grupo empresarial con el que Villarejo facturaba sus servicios de 'inteligencia' a clientes privados como el BBVA.
También descarta que se les pueda imputar cohecho por cuanto "ninguno" de los imputados vinculados a la entidad "conoció (ni pudo conocer)" que el comisario Villarejo se encontraba aún en activo en el Cuerpo Nacional cuando se contrataron los servicios de su empresa. "No ha de olvidarse tampoco que la sede de Cenyt se encontraba en Torre Picasso, en pleno corazón del distrito financiero de la ciudad de Madrid, el polo opuesto de lo que habría sido alguien operando en la clandestinidad. Era una empresa que actuaba con normalidad en el mercado, de manera que, si las autoridades administrativas hubiesen tenido indicios de cualquier irregularidad, podrían haber investigado la actividad de Cenyt con facilidad", razona.
El banco dice que, después de tres años de pesquisas, no se ha acreditado que cometiera los delitos que se le imputa
De igual forma, considera "intrascendentes" para la finalidad que se perseguía las declaraciones prestadas en calidad de testigos por una decena de empleados y antiguos trabajadores del banco -entre ellos el ex número dos José Ignacio Goirigolzarri- y cuyos interrogatorios giraron en torno a documentación aportada a las actuaciones desde que se abrió esta pieza separada a finales de 2018. "Nada justificaba que hubiera que esperar a una quinta prórroga de la instrucción para practicar estas diligencias", mantiene.
En este sentido, el BBVA considera que acordar prórrogas sucesivas "con el pretexto de que de las diligencias practicadas pueden resultar otras que sean de interés para la causa es una disculpa que puede mantener sine die abierta una instrucción" y lamenta que muchas de las pesquisas que se han llevado a cabo tengan un carácter "puramente prospectivo cuando no simplemente incomprensible".
9.000 folios de sumario del caso Villarejo
En este sentido, la entidad financiera llama la atención sobre el hecho de que "la investigación de unos muy concretos hechos presuntamente constitutivos de delitos de revelación de secretos y cohecho" ha dado pie a la formación de 26 tomos con casi 9.000 folios de sumario, 116 gigabytes de documentación adjunta y 12.000 acontecimientos procesales.
Por todo ello, el abogado que dirige su defensa censura que las diligencias practicadas se hayan "olvidado por completo la finalidad y los límites" del proceso penal en España. "La instrucción no puede convertirse en una causa general por tiempo indefinido que, por su propia permanencia y de forma completamente innecesaria, causa un evidente perjuicio a las defensas", añade.
En esta pieza separada del caso Villarejo se indaga en los encargos que, entre 2004 y 2017, le hizo el BBVA al grupo Cenyt y por los que le pagó 10.284.689,24 euros. De esta cantidad, al menos 9,13 millones se abonaron cuando el comisario hoy jubilado se encontraba aún en activo en la Policía, de ahí la imputación del delito de cohecho activo tanto a la entidad como a otros ex empleados.
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