"Espero que sea antes que después", dijo este martes el presidente estadounidense, Joe Biden, respecto al nuevo convenio de cooperación bilateral con España en materia de Defensa que le permitirá ampliar el número de destructores en la Base de Rota y de personal militar en casi 600 efectivos. No hay fecha, pero Podemos ya está echando cálculos del coste político que puede tener una decisión de este calado entre el electorado de izquierdas y sentencia: "Es entregarle el Gobierno a Feijóo".
Arguyen que una cesión de este tipo, a un año de los próximos comicios generales, "ahuyenta el voto de izquierdas" y no ayuda a movilizar a esa base electoral desencantada que se extiende por todo el territorio más allá de Andalucía. Si a eso se une un previsto aumento de los gastos en Defensa en los Presupuestos Generales del Estado para 2023, que no dudan en llamar "Presupuestos electorales", vaticinan una tormenta perfecta que "pondrá una alfombra al PP y a Vox" para llegar a Moncloa.
Defienden que los "Presupuestos electorales" de 2023 no deben llevar un incremento en Defensa
Que Sánchez pueda necesitar de los votos de Alberto Núñez Feijóo para cumplir con el socio americano es algo que echa para atrás a los morados, quienes insisten en llegar al final de la legislatura con los partidos de la mayoría de investidura. Y eso vale también para los Presupuestos. "Mucho habrá que compensar de otras partidas para que EH-Bildu o ERC apoyen esas cuentas", aunque lo cierto es que ERC no apoyó los últimos presupuestos y siguen manteniendo distancias con el gobierno central por el "caso Pegasus".
Hay cierto desconcierto de los socios respecto a la estrategia presidencial. Porque del mismo modo que Pedro Sánchez insiste en ser "incómodo para ciertos poderes económicos y mediáticos", con un discurso no muy diferente al de Pablo Iglesias, y acusa al PP de estar al servicio de los mismos, al mismo tiempo no sólo se abraza a la OTAN sino que pacta la ampliación de la presencia militar estadounidense. Una decisión debe pasar primero por la mesa del Gobierno y después por el Congreso de los Diputados.
Los morados asumen que no podrán parar este asunto en el Consejo de Ministros de la misma forma que han tenido que asumir otras decisiones como el envío de armas a Ucrania, lo que les vuelve a dejar en una posición muy incómoda. Y sobre el paso del decreto por la Cámara Baja dan por hecho que el PP se alineará al PSOE en este asunto, mientras ellos, a lo sumo, contemplan abstenerse, lo que creará tensiones en el Grupo confederal entre los que exigen un "no" rotundo.
Los morados asumen que no podrán parar este asunto en el Consejo de Ministros, pero apuntan a una posible abstención
Para atemperar el debate interno, el presidente del Grupo Confederal, Jaume Asens, manifestó ayer en el Congreso que "a nosotros no nos gusta ese pacto, significa más militares, más destructores norteamericanos y más dependencia y sumisión a Estados Unidos" cuando la tendencia debe ser asegurar la autonomía defensiva de Europa.
Sin embargo, no ha quiso adelantar cuál será el sentido del voto del Grupo de Unidas Podemos, aunque sugirió que no apoyarán la renovación del pacto de cooperación en materia de Defensa con Estado Estados. Eso no significa en puridad un rechazo, sino que pueden optar por la vía intermedia de la abstención para no ahondar en las diferencias del gobierno de coalición.
Asens representa en el Grupo parlamentario el sentir de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, frente a Pablo Echenique, que trata la estrategia con la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. El Grupo está claramente dividido y estos debates les distancian más.
El PSOE rebate que los ciudadanos tienen asumida la pertenencia de España a la OTAN
En el PSOE, sin embargo, minimizan el impacto que esta medida pueda tener en el electorado de izquierdas. Defienden que sólo un pequeño sector muy identificado con las posiciones anti-OTAN y anti-Bases puede rechazarlo, pero no una amplia mayoría que puede ver en la ampliación del despliegue militar americano una nueva "oportunidad de trabajo y de actividad económica" en un región tan castigada por el desempleo como es Cádiz.
Defienden que la visión de la OTAN y de las Bases americanas "no es la de hace cuarenta años" de modo que el grueso de la población "tiene perfectamente asumida nuestra pertenencia a la Alianza". De hecho, la afluencia a la manifestación del pasado domingo alentada por Izquierda Unida y el PCE, en la que participó el secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago, fue muy minoritaria, nada que ver con aquellas grandes movilizaciones previas al referéndum del 86.
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