Hizo correr ríos de tinta en la semana previa a la cumbre de la OTAN y el Gobierno ha tratado de dar por zanjado el debate sobre la protección de Ceuta y Melilla con la mención de la salvaguarda de “la integridad territorial de los aliados” en el Concepto Estratégico, la hoja de ruta que marcará el rumbo de la Alianza durante la próxima década. Una aclaración que, según los expertos consultados por El Independiente, añade cierta tranquilidad para el porvenir de las ciudades autónomas, fuera de las fronteras definidas por el tratado de la OTAN, pero que no puede ocultar lo obvio: la defensa de ambas plazas sigue correspondiendo principalmente a España.
La situación de vulnerabilidad que tienen ambas ciudades permanece igual
Carlos Echeverría, director del Observatorio de Ceuta y Melilla
“La protección de Ceuta y Melilla es responsabilidad de España y siempre ha sido así. Otra cosa es que lo tengamos interiorizado en España”, reconoce a este diario Carlos Echeverría, director del Observatorio de Ceuta y Melilla. Y lanza una advertencia: “La situación de vulnerabilidad que tienen ambas ciudades permanece igual. Para nosotros no hay una nueva normalidad, como se habla desde el Gobierno. Marruecos sigue exigiendo unos territorios que no son suyos”. A pesar del cambio de posición en el Sáhara, Rabat ha no ofrecido garantías públicas de que renuncia a sus aspiraciones expansionistas sobre ambas ciudades, que considera ocupadas por España.
Sobre el papel, y a pesar de las declaraciones del Gobierno fiando un mayor amparo al cambio semántico de la “integridad territorial aliada” a la “integridad territorial de los aliados”, se constatan pocos cambios.
La OTAN se reafirma en los mismos términos
En la rueda de prensa final, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg se limitó a repetir una posición expresada ya anteriormente: “En cuanto a los territorios que protege la OTAN y Ceuta y Melilla, la OTAN está ahí para proteger a todos los aliados contra cualquier amenaza. Al final, siempre será una decisión política invocar el Artículo 5, pero tengan por seguro que la OTAN está ahí para proteger y defender a todos los aliados”.
Al final, siempre será una decisión política invocar el Artículo 5, pero tengan por seguro que la OTAN está ahí para proteger y defender a todos los aliados
Jens Stoltenberg, SECRETARIO GENERAL DE LA OTAN
Es la misma premisa que defendió el lunes desde Bruselas. La defensa de Ceuta y Melilla por parte de la OTAN, en caso de ataque, está sujeta a una “decisión política”. Geográficamente las ciudades autónomas quedan fuera del marco de actuación de la Alianza Atlántica. Según el artículo 6 del Tratado de Washington de 1949, el ámbito geográfico de la garantía de la defensa colectiva, reflejada en el artículo 5, corresponde «al territorio de las partes en Europa, o América del Norte, o las islas bajo la jurisdicción de cualquiera de las partes en el área del Atlántico Norte, al norte del Trópico de Cáncer». Ceuta y Melilla se hallan fuera de estas coordenadas.
“Es algo que ya lo podríamos dar por por incluido antes”, admite Echeverría. “La interpretación flexible era que aunque no estuvieran las ciudades incluidas en el marco del artículo 5, por su propia redacción se podía entender que la integridad territorial de los aliados incluía automáticamente todos sus territorios. Ahora es mejor así, porque hay una tranquilidad mayor”, agrega.
Y en esta misma línea, Javier Rupérez, exembajador de España en Estados Unidos, confirma que el Concepto Estratégico alumbrado en la cumbre de Madrid supone “una reafirmación de la defensa de las integridades territoriales de todos los estados”. “Ahí, efectivamente, hay que situar lo que es la integridad territorial española, porque hay que recordar que al fin y al cabo, la integridad territorial de los aliados la definen cada uno de los miembros y no la OTAN”, desliza.
El Concepto Estratégico es una reafirmación de la defensa de las integridades territoriales de todos los estados
Javier Rupérez, exembajador de España en Estados Unidos
Una constatación acompañada, no obstante, de la misma advertencia que señala Echeverría: “Conviene que no nos equivoquemos. La responsabilidad de la defensa de Ceuta y Melilla está fundamentalmente en nuestras manos. No vayamos a pensar que hay otros que están dispuestos a defendernos a cualquier precio. La Alianza tiene esa obligación y naturalmente lo hará pero la obligación fundamental de cualquier país con respecto a su integridad territorial es suya”, alega Rupérez en declaraciones a El Independiente.
Flanco sur
En los últimos meses el curso de los acontecimientos ha situado en el foco a Ceuta y Melilla. Primero fue el histórico cambio de posición de España en el contencioso del Sáhara Occidental y las declaraciones públicas del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, asegurando que el polémico apoyo al plan de autonomía marroquí para la excolonia española arroja certidumbres en el norte de África. “Los intereses de los canarios, los andaluces, los melillenses y los ceutíes tienen que estar protegidos y defendidos especialmente en tiempos tan convulsos en los que el orden europeo está siendo tan directamente amenazado en Ucrania”, manifestó el jefe de la diplomacia española. Desde entonces, lo ha repetido sin más precisión sobre la naturaleza de las amenazas que habrían obligado a este giro copernicano.
La seguridad de los dos enclaves volvió a la primera plana hace ahora una semana, con el salto a la valla de Melilla. La actuación policial marroquí dejó un reguero de muerte e imágenes dantescas, con entre 23 y 37 migrantes fallecidos, según las fuentes consultadas. La mayoría de los muertos era de nacionalidad sudanesa. “Seamos conscientes de que a Ceuta y Melilla les tenemos que ofrecer garantías suficientes y potentes de seguridad. Y los primeros que tenemos que hacerlo somos los españoles”, insiste Rupérez.
España también ha tratado de aprovechar la cumbre para, junto a países como Italia, introducir el flanco sur en el Concepto Estratégico, con especial énfasis al terrorismo, el avispero del Sahel y los flujos migratorios. Precisamente la última sesión de la cumbre estuvo dedicada a Oriente Próximo, el norte de África y el Sahel. “La inseguridad en estas regiones tiene una repercusión directa en la seguridad de todos los aliados”, declaró Stoltenberg.
Una inquietud en virtud de la que se aprobó por primera vez un paquete de ayuda a Mauritania, además de reforzar la asistencia prestada a Túnez y Jordania. Según Frontex, la agencia europea de fronteras y costas, la ruta migratoria hacia Canarias registró un aumento del 51 por ciento de los flujos en el primer semestre de este año respecto al mismo periodo de 2021. El organismo detectó la entrada irregular de 8.305 personas. Albares indicó este jueves: “Si la amenaza fuera muy, muy presente y muy concreta, se podría pensar en un refuerzo del despliegue militar en la frontera sur, como estamos viendo ahora en el este”.
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