"El Consejo por la República, encabezado por su presidente Carles Puigdemont ha mantenido este viernes una reunión institucional con representantes de la Cámara de Comercio de Barcelona". Con esta orgullosa introducción anunciaba el Consejo el encuentro celebrado este viernes en la Casa Macià de Prats de Molló (Francia) en el que la presidenta de la Cámara, la independentista Mónica Roca, hizo entrega del manifiesto de apoyo al CxR.
Un documento aprobado por el "histórico" pleno de la Cámara del pasado 29 de junio. En él se acordó el texto de apoyo al CxR, pero también eliminar del escudo de la entidad la imagen de la corona, después de más de dos siglos.
Y lo más importante para el equipo que gobierna la entidad, de la candidatura auspiciada por la ANC Eines de País, la reducción de 14 a 2 de las "sillas de plata" de la junta. Esas que ocupan las grandes empresas a cambio de importantes donaciones a la Cámara, no inferiores a los 75.000 euros.
Paralelamente, las cámaras catalanas llevan meses reclamando a la Generalitat que apruebe una ley de cámaras y mejore su financiación, comprometida desde que en 2010 se suprimió la obligación de las empresas de contribuir a su sostenimiento. Y las grandes empresas, ninguneadas sistemáticamente por el equipo de Roca, amenazan regularmente con abandonar la entidad. Pero de momento no ha llegado la sangre al río.
Presidencia ilegal de la Cámara
En el encuentro de este viernes no se habló de las necesidades de la Cámara, sino de su apoyo inquebrantable al proyecto independentista. Nada sorprendente, puesto que al fin y al cabo formaba parte del frontispicio de la candidatura ganadora en las últimas elecciones, con el ahora diputado de JxCat, Joan Canadell, a la cabeza.
Unas elecciones que ahora ha anulado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSCJ), ratificando la anulación del decreto de la Generalitat que permitió las elecciones online con el aval de la Generalitat que dieron la victoria al independentismo.
Lo confirmó precisamente horas antes del "histórico" pleno. Tras esta resolución la empresa que impugnó el decreto –Staff Pavillon - advirtió por carta a Roca de que no debería tomar decisiones pues su equipo de gobierno no sería legal, ateniéndose a lo que han fallado los tribunales. En el mismo sentido se dirigió al presidente del Consell de Cambres, Jaume Fàbrega.
La empresa pedía que se suspendieran los plenos convocados y, en cualquier caso, que no se adoptara ningún acuerdo que pudiera afectar al funcionamiento y desarrollo de las cámaras ni a los intereses generales que éstas representan. No le hicieron mucho caso.
Apoyo a la independencia
Tras el "pleno histórico", el siguiente paso ha sido acudir a ofrecer el trofeo a Puigdemont. Un encuentro en el que el equipo de gobierno de la Cámara se comprometió a "seguir trabajando para dotar a la sociedad catalana de más herramientas para alcanzar la república catalana".
El escenario escogido fue un "espacio emblemático para el exilio", la antigua residencia de Francesc Macià. Y por si había duda del objeto de la reunión, la mesa de trabajo se cubrió con una estelada a modo de mantel. Tras el encuentro, la "consejera" del CxR Teresa Vallverdú se felicitaba por haber "entendido que tenemos muchos puntos en común para conseguir la independencia".
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