El discurso del presidente del Gobierno en el debate del estado de la Nación parece haber insuflado de nuevos bríos al Ejecutivo, en general, y a Moncloa, en particular. Pedro Sánchez inauguró este martes en la Cámara Baja una nueva estrategia basada en "pasar a la ofensiva de aquí al final de la legislatura", según resume un ministro que no oculta su satisfacción a la hora de hacer balance de esta cita parlamentaria que llevaba nada menos que seis años sin celebrarse.

La idea es dejar de ser reactivos para ser activos, es decir, "llevar la iniciativa política" con la que dejar "fuera de juego" al PP. También "acabar con las mentiras" de la oposición respecto de la gestión del Gobierno, además del deseo no confesado de intentar doblar el pulso a los sondeos, de modo que se perciba en la ciudadanía la posibilidad de volver a reeditar un gobierno de izquierdas a partir de las próximas elecciones generales. Y ello inaugurando un nuevo tono que dé "alma" y "empatía" a un jefe del ejecutivo del que siempre se ha destacado su frialdad.

Esa hiperactividad del Ejecutivo se plasmará, para empezar, en los Consejos de Ministros, que deberán sacar adelante, entre otras cosas, un nuevo decreto para la bonificación del 100 por cien de los abonos de Renfe de Cercanías y media distancia; el anteproyecto de ley de información clasificada que sustituirá a la Ley de secretos oficiales, la proposición de ley para abolir la prostitución, el reforzamiento de los controles judiciales del CNI, el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, todo ello en los próximos meses con el descanso estival de por medio.

El Gobierno entrará en un periodo de hiperactividad para llevar la iniciativa política

Eso sin contar con el arreón de este jueves en el que pasarán por la Cámara Baja el decreto ley anti-crisis; la ley de Memoria Democrática; la estabilización de los interinos de la sanidad y la contrareforma del CGPJ para que se pueda proceder a la renovación de un tercio del Tribunal Constitucional. Precisamente, ésta última iniciativa se seguía negociando ayer y aunque los socialistas esperan sacar adelante las cuatro votaciones nunca se descartan sorpresas de última hora.

"Tenemos claro a quién nos estamos dirigiendo", dicen en este caso fuentes de Moncloa, que niegan estar buscando en este giro estratégico ningún tipo de rédito electoral. Agregan que los ciudadanos "van a tener un Gobierno al lado que les va a proteger", aunque lo cierto es que la crisis no les está dando tregua y el último dato de inflación del 10,2, conocido este miércoles, puede descafeinar en buena medida el impacto real de las medidas anunciadas por Sánchez.

Habrá que ver hasta qué punto les echa una mano el próximo sondeo del CIS de José Félix Tezanos y si la fecha de realización del muestreo llega hasta este martes 12. El anterior se realizó entre el 1 y 9 de junio, pero el de mayo fue entre los día 3 y 12. En junio, al ventaja del PSOE sobre el PP era de 2,2 puntos (29,2 frente a 27) desdiciendo, de nuevo, el resto de encuestas privadas que hablan de una amplia ventaja de Alberto Núñez Feijóo.

Críticas a Núñez Feijóo y Cuca Gamarra

No ahorran desde el Gobierno en críticas hacia la intervención de la portavoz popular, Cuca Gamarra, y el silencio de Núñez Feijóo, quien si bien no participó en el debate al no tener acta de diputado, podría haber valorado la intervención de Sánchez al término de la misma ante los micrófonos de los medios de comunicación. En Moncloa se malician de que, realmente, al líder del PP "le vino mejor no hablar ante el espectáculo que dio su portavoz".

Se refieren a las alusiones que ésta hizo a ETA y al minuto de silencio que pidió por el 25 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, que respetaron los cinco diputados de EH-Bildu, partido que luego se ha negado a participar en ningún acto de homenaje en el País Vasco al concejal popular vilmente asesinado.

El portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, acusó ayer a los populares de volver a usar a ETA para arremeter contra el Gobierno de coalición. “No les importa el conjunto de los ciudadanos de este país. Anteponen llegar al poder a cualquier precio. Y si para eso es necesario ir contra las medidas buenas para España, lo hacen sin reparo. Y que acudan a ETA once años después y dediquen más de la mitad de su tiempo a hablar de ETA, dice mucho de lo que representa el PP en España”, les recriminó.