Es una vieja aspiración. Las instituciones la han planteado desde hace casi tres lustros sin que el proyecto apenas avanzara. Ahora, en plena crisis postpandémica y energética, y gracias a los fondos europeos, la ampliación del Museo Guggenheim parece que puede comenzar a ser algo más que un esbozo. El Gobierno, a través del ministerio de Teresa Ribera, ya ha comprometido financiación comunitaria para la ampliación de la pinacoteca proyectada en la Reserva de la Biosfera del Urdaibai. Por el momento, según avanzó ayer la Diputación de Bizkaia, la partida para activar el proceso de construcción de la nueva sede –que se distribuirá entre las localidades de Gernika y Murueta- será de 40 millones de euros.
Una financiación que representa apenas un tercio del coste estimado del plan, cuantificado en 127 millones de euros, a financiar con recursos de la Diputación vizcaína y la UE. Hasta ahora la segunda sede del Museo Guggenheim se había encontrado con problemas financieros y medioambientales que, según las instituciones, estarían solventados. El origen de la ampliación se sitúa en 2008, si bien la posterior crisis económica precipitó que el ‘Guggenheim 2’ quedará arrinconado. Años más tarde, una vez superada la crisis y antes de la pandemia, el plan de extender el museo a otras ubicaciones de Bizkaia se retomó.
En 2021 se presentó el proyecto que se basa en la construcción de dos edificios, uno en Gernika y otro en la cercana localidad de Murueta, que estarían conectados a través de una vía verde de 5 kilómetros. Discurriría por un entorno natural de especial protección y valor y que enriquecería el modelo museístico singular con el que se quiere complementar el actual Guggenheim de Bilbao.
Las dos nuevas sedes se levantarían a poco más de 37 kilómetros de la capital vizcaína y aprovechando ubicaciones ya existentes. En el caso de Gernika, el futuro edificio del Guggenheim Urdaibai se construiría en la vieja fábrica de la Cubertería Dalia, con 18.000 metros cuadrados de superficie. A ella se sumaría otro edificio de 3.000 metros cuadrados. Desde este punto discurriría un recorrido de 5 kilómetros hasta las instalaciones del viejo astillero de Murueta.
Investigación, producción y desarrollo
El concepto museístico en el que ahora se implica con financiación europea el Ejecutivo no estaría orientado a la exposición de obras de arte sino a trabajar la investigación y producción artística, el desarrollo tecnológico o la ecología con un enfoque artístico. Incluso se plantean como un centro de desarrollo de investigaciones y encuentros artísticos de primer nivel, con estancias para estudiosos e investigadores.
Todo el proyecto se ha topado con el rechazo de movimientos ecologistas que consideran que la construcción de esta nueva sede en un entorno protegido como el Urdaibai provocaría un impacto negativo en toda la comarca. Desde la Diputación de Bizkaia insisten en que todo el proyecto priorizará el respeto al entorno y la sostenibilidad. Los dos nuevos edificios, en Gernika y en Murueta, serán asignados en un concurso internacional aún por convocar.
Se estima que la nueva sede podría atraer a toda la zona a cerca de 140.000 visitantes al año. Una captación de visitas de la que se espera beneficiar todo el entorno en el que viven cerca de 45.000 personas. Este contexto natural ya cuenta con otros muchos atractivos, como las Cuevas de Santimamiñe, el ‘Bosque de Oma’, -ahora en restauración-, o la conocida ‘ola de Mundaka’ que atrae a aficionados al surf de todo el mundo o las playas de Laga y Laida que captan miles de visitantes todos los veranos.
Un presupuesto de 127 millones
El diputado general de Bizkaia, Unai Rementería, anunció ayer que este proyecto contaría con financiación tras el paso dado por el Gobierno español y los remanentes económicos logrados por las arcas forales, que cifró en 400 millones. Parte de estos recursos se destinarán a financiar el Guggenheim Urdaibai. El proyecto contará con la mayor parte de su presupuesto soportado sobre los fondos europeos. El plan económico establece que de los 127 millones en los que se ha presupuestado 81 procedan de recursos comunitarios. Hacer uso de esos recursos europeos también obliga a cumplir unos plazos de ejecución de los proyectos, que en este caso se establecería en 2026.
Este proyecto, anunciado ayer por Rementeria, se suma a otro que permitirá agilizar las comunicaciones con esta comarca. Se trata del túnel de Sollube que mejorará las comunicaciones con este entorno.
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