Junts ha rechazado con un portazo el intento de conciliación de ERC tras la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament. Pero los dos partidos independentistas parecen decididos, pese a todo, a preservar el gobierno de coalición. "Junts comparte al 100% la decisión de no dimitir de la presidenta Borràs, por eso no propondremos a ninguna persona para sustituirla" anunció anoche el secretario general del partido, Jordi Turull.
Lo hizo después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès defendiera la decisión adoptada por la Mesa con el apoyo imprescindible de su partido. "La ciudadanía necesita que le hablemos claro, no estamos ante un caso de represión política, estamos ante un caso de represión" apuntaba el republicano, disparando contra la línea de flotación del argumentario esgrimido por Borràs durante cuatro años.
El gobierno de la Generalitat, sin embargo, parece a salvo de momento del terremoto en el campo independentista. Tras cerrar filas con Borràs, Turull hizo una nueva apelación a la unidad y reclamó "frenar la dinámica caínita" de "algunos sectores del independentismo".
Desde ERC aseguran que nadie en Junts les ha hecho ninguna advertencia sobre la estabilidad del Govern, antes o después de la suspensión de Borràs. Aunque tampoco han conseguido rebajar la tensión con sus socios con la propuesta de renunciar a su vicepresidencia del Parlament para que Junts siga ejerciendo las funciones de la presidencia.
Sustituir a Borràs
Eso sería tanto como admitir la sustitución de Borràs, entienden desde Junts, porque les obligaría a votar a un candidato para ejercer sus funciones. "No se puede pedir que se desjudicialice la política catalana y al mismo tiempo suspender a Laura Borràs antes de que sea juzgada" se lamentaba Turull.
Los republicanos confíaban en superar la crisis habilitando una fórmula para que Junts conserve la presidencia del Parlament, aunque pase por ceder la vicepresidencia primera, que ahora ocupa Alba Vergés. Será Vergés quien ejerza las funciones de presidenta hasta que haya sentencia firme en el caso Borràs o JxCat y ERC pacten una alternativa. Pero Junts ha dado portazo a esa opción.
El encendido discurso de Borràs tras su suspensión dejaba poco margen de maniobra a a su partido. La presidenta de Junts ha señalado a Esquerra como cómplice de la "represión del estado" asegurando que "los que hoy han violentado mi derecho a la presunción de inocencia me habían exigido dimisión con la excusa de preservar institución. Una excusa que no disimula el deseo de hacer desaparecer a adversaria política".
Desde Esquerra llevaban semanas madurando la decisión ejecutada este jueves, y confían en que la crisis no alcance al Govern. Ninguno de los actuales consejeros tiene intención de abandonar el ejecutivo, tampoco la mayoría de la ejecutiva de Junts. Pero han sentenciado políticamente a la presidenta de Junts, una decisión que al partido de Borràs le costará digerir. Especialmente ante sus cuadros y electorado.
Crisis de Govern
Tanto Aragonès como la portavoz de ERC, Marta Vilalta, aseguraron ayer que nadie en Junts "ha planteado" una eventual crisis de Govern por la suspensión de Borràs. Quien sí lo hizo fue Quim Torra, que acudió al Parlament para dar apoyo a la presidenta suspendida. Torra aseguró que la decisión que debería adoptar Junts "es clarísima" pero no tiene poder orgánico en JxCat para imponer ese criterio.
En los próximos días se verá si Borràs conserva ese poder. La presidenta de Junts sufrió un claro revés en el último congreso del partido, en el que el secretario general, Jordi Turull, recibió más apoyos que ella.
Sus más estrechos colaboradores, como Francesc de Dalmases y Aurora Madaula, fueron los menos votados por la militancia en la nueva ejecutiva. Y su candidato a la Secretaría de Organización, David Torrens, no obtuvo votos suficientes y tuvo que ser "rescatado" por Turull, que a cambio laminó su poder en la definición de los futuros candidatos a las municipales.
CUP defiende la ejemplaridad
La CUP también intenta zafarse de las acusaciones de Borràs evitando el cuerpo a cuerpo. El secretario tercero de la Mesa y diputado por la CUP, Carles Riera, argumentaba este jueves que "la mejor respuesta contra la represión es la transparencia y la ejemplaridad". Tanto ERC como la CUP rechazan los argumentos de Borràs sobre una supuesta operación judicial en su contra y defienden que las sospechas de corrupción deben dirimirse en los tribunales.
"La mejor respuesta política es este paso al lado que la presidenta no ha querido hacer, y es lo que ha tenido como consecuencia que apliquemos el 25.4", defendió Riera.
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