Aunque se antojen lejanas, las elecciones locales y autonómicas de mayo del año que viene están, en términos políticos, muy próximas. La vuelta de las vacaciones de verano constituirá el arranque informal de una larga precampaña para una cita antesala de las generales. Por ello, las principales fuerzas políticas andan haciendo cálculos respecto a la salud de sus siglas y candidatos en aquellas comunidades convocadas a las urnas así como para el conjunto de los ayuntamientos de España.

Génova no es la excepción. Llevan meses los populares encargando sondeos cuantitativos y cualitativos sobre sus posibilidades demoscópicas, sobre todo una vez que Alberto Núñez Feijóo ha decidido dar continuidad a todos los dirigentes territoriales y candidatos que heredó de Pablo Casado, aún a sabiendas que algunos de ellos tienen escasas posibilidades de dar un vuelco al mapa electoral en su territorio.

Dichos estudios les están colocando, según ha podido saber El Independiente, a 3 escaños de la mayoría absoluta en Murcia, donde el popular Fernando López Miras gobierna en coalición con una escisión de Ciudadanos y con una consejera expulsada de Vox, tras el intento fallido de moción de censura auspiciada por el PSOE e Inés Arrimadas.

La Ley electoral murciana exige un 48 por ciento de voto para conseguir mayoría absoluta

La implosión del partido naranja acerca a López Miras a esa cifra de los 23 escaños que le permitirían un gobierno monocolor (la Cámara regional está formada por 45 parlamentarios) como al andaluz Juan Manuel Moreno. Pero la ley electoral murciana, se lo pone un poco más difícil a quien fue un estrecho colaborador del ex secretario general popular Teodoro García Egea.

Y es que fuentes próximas a López Miras explican a este medio que ya antes de las elecciones andaluzas "nos situamos en un resultado parecido al de Ayuso, sobre el 40 por ciento según los sondeos". Pero la Ley electoral de la Región de Murcia "es de las más complicadas y nos exigiría un 48 por ciento de voto" para ese mayoría absoluta, mientras que en Andalucía "con un 42 es suficiente".

La cuestión clave es si Vox condicionará su apoyo al presidente murciano a cambio de un gobierno de coalición o, visto lo visto en Andalucía, se cuidarán muy mucho de lanzarle ningún tipo de órdago, como cuando la hoy dimisionaria Macarena Olona, le espetó a Moreno que exigiría entrar en el ejecutivo regional aunque sólo necesitara un voto de su formación.

En todo caso, parece consolidado el triunfo de los populares en Murcia, tras la debacle que sufrieron, como el resto del Partido Popular, en las elecciones de mayo de 2019. Y es que los populares pasaron de 22 escaños, frente a los 13 del PSOE en la legislatura 2015-2019, a perder 6 asientos en la Asamblea (los mismos que obtuvo Ciudadanos) mientras los socialistas ganaban 4. Por vez primera en varias legislaturas, el PSOE era primer fuerza en este territorio, aunque no sumó con Podemos para propiciar un cambio de signo político en el gobierno.

Comunidad Valencia: objetivo prioritario para Feijóo

A decir de Génova, también hay posibilidades de alcanzar la pole position en Valencia, convertida en objetivo prioritario para Núñez Feijóo. En esta Comunidad, aseguran fuentes de la dirección nacional popular, "estamos por encima" en los sondeos. Lo máximo que conceden los socialistas valencianos es el empate técnico.

Aseguran en el entorno de Puig no ver pulsión de cambio en este territorio, solventada la crisis con Mónica Oltra, a punto de perjudicar seriamente al gobierno de coalición del Pacto del Botánico tras intentar aferrarse al cargo. Pero Carlos Mazón puede devolver al PP a la primera posición, revertiendo la proeza de Ximo Puig de ganar en abril de 2019 -coincidiendo con las elecciones generales- , tanto por méritos propios, al ganar 4 diputados más, como por demérito de los populares, que se desangraron al perder nada menos que 12 escaños a favor de Ciudadanos, que tan sólo se quedó a un parlamentario de diferencia de los populares, 19 frente a 18.

Mazón puede aglutinar en muy buena medida el voto huérfano naranja, pero necesitará sumar con Vox. Para Ximo Puig la situación dista mucho de ser la ideal. El actual tripartito tiene un punto débil, Unidas Podemos, a la baja en todos los territorios. Va a ser, sin duda, una de las grandes batallas de la campaña electoral autonómica. En todo caso, gane Puig o gane Mazón el futuro gobierno valenciano pasa por una alianza bien de gobierno o parlamentaria.

Otros territorios gobernados por el PSOE y anhelados por los populares son Aragón, La Rioja y Castilla-La Mancha. Admiten en Génova que la primera comunidad todavía es "una incógnita" para ellos. En los otros dos territorios hay "crisis internas" en las respectivas direcciones regionales, aunque pretender ganar a uno de los pocos presidentes autonómicos con mayoría absoluta, el socialista Emiliano García Page, resulta poco menos que una quimera.