A las puertas del nuevo curso político tras el parón estival, que estará marcado por la competencia partidista por la convocatoria de comicios locales y autonómicos en mayo de 2023, el foco mediático está fijado en una posible remodelación interna del Gobierno de coalición. Un tarea cuyo propósito principal sería fortalecer el Consejo de ministros de cara al último año de legislatura y adaptarlo a las nuevas circunstancias económicas, como la cuestión de ahorro energético, derivadas del conflicto bélico en el este de Europa.
Aunque al calor de distintas informaciones publicadas y relacionadas con este supuesto, el propio presidente ha negado que se haya planteado sustituir ministros, el resto de actores políticos prevén esos cambios. Un proceso que vendría a completar el primer paso de renovación estructural interna del propio PSOE a mediados del mes de julio. Entonces, Sánchez prescindió de su vicesecretaria general Adriana Lastra y de su portavoz parlamentario Héctor Gómez en favor de la ministra de Educación Pilar Alegría y el exlehendakari Patxi López. Esto ya se produjo el año pasado, el 12 de julio, con la salida de José Luis Ábalos como secretario de Organización.
También lo hizo el valenciano del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, junto a otros seis compañeros: Carmen Calvo de la vicepresidencia, Arancha Sánchez Laya de Exteriores, Juan Carlos Campo de Justicia, Isabel Celáa de Educación, José Manuel Rodríguez de Cultura y Deporte y Pedro Duque de Ciencia e Innovación. A ello, se ha unido la posterior salida de Manuel Castells por iniciativa propia, dando entrada al catedrático Joan Subirats.
El Partido Popular (PP), esta semana, al hilo de las informaciones considera equiparable el momento de julio de 2021 con el actual. Advierte que nueve días antes de la anterior renovación Sánchez dijo que no contemplaba ninguna sustitución y estiman que, en esta ocasión, sucederá lo mismo. Así lo ha valorado su líder Alberto Núñez Feijóo esta semana en una visita a Porto do Son, en A Coruña. Entre las información que se han publicado, la de un recorte de sillones y la concentración de carteras estaría sobre la mesa, algo que los populares consideran oportuno por el momento económico y de emergencia climática.
Sánchez, con todo, sigue resistiéndose públicamente a esa opción, todo pese al paralelismo comparable a la última modificación: una mala estimación en las encuestas frente al PP. Tras la pandemia y las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, que llevaron al vicepresidente segundo del Gobierno a abandonar el cargo para ser candidato frente a Isabel Díaz Ayuso, el PSOE y Unidas Podemos quedaban en una situación casi idéntica en los sondeos ante los de Pablo Casado.
Por entonces, al PSOE se le estimaban entre 95 y 103 escaños en el Congreso de los Diputados. A los morados, ya con Ione Belarra al frente tras la marcha de Iglesias, de 24 a 25 parlamentarios. Al PP, en cambio, que venía repuntando desde el mes de mayo, se le auguraba un resultado de 120 a 133 diputados en la cámara baja. Esa última cifra, presamente es la que una media de encuestas publicadas por El Independiente tras los comicios de Andalucía otorga al líder popular. Frente a ello, 92 a los socialistas y 27 a Unidas Podemos, cuya suma logra el mínimo de la horquilla adjudicada a finales de junio de 2021.
Estimaciones parecidas se dan con la media elaborada por este medio tras el debate del estado de la nación e, incluso, el propio CIS, en su último barómetro, se ha acercado a esos números: 128 para Feijóo y 114 para Sánchez. Aunque, no fue hasta final de año, con el conflicto interno entre Casado y Ayuso por la organización del congreso regional del PP de Madrid, cuando el PSOE comenzó a repuntar de nuevo.
De replicarse un escenario similar, obviando el efecto interno de Génova, de remontar las encuestas a finales de año darían impulso extra al Ejecutivo y a sus socios de gobierno para afrontar las elecciones municipales y regionales de mayo. Una cita esencial para estimar si el 'efecto Feijóo' en Andalucía fue un hecho aislado, o es la corriente que empieza a imponerse; un viraje territorial hacia la derecha.
La situación actual de las encuestas
En comparación con los números mencionados, hay cinco encuestas -entre finales de julio y el mes de agosto- cuya media determinan similitudes. Socialistas y morados accederían a las Cortes con 95 y 24 bancadas respectivamente. El PP lo haría con 134. Desmenuzadas y de manera individual, Hamalgama Métrica para Vozpópuli reparte 93-23 al Gobierno y 132 a la oposición. IMOP, para El Confidencial reitera el mismo reparto para la izquierda y aumenta el margen del PP a los 137.
SigmaDos para Antena 3 da al PSOE entre 98 y 99, a su socio 22 y al primer partido de la oposición 134. Entre 138 y 140 deduce La Razón, que aproxima a PSOE y Unidas Podemos a las mismas cifras: 93-95 y 23-25. Por último, DYM para 20 Minutos es quien peor resultado de al PP (128) y quien mejor a los inquilinos de Moncloa: 97 y 26.
Una remodelación entre finales de agosto y septiembre vendría a romper con las polémicas vividas en el último curso y refrescar el proyecto, muy desgastado por las coyunturas experimentadas en la legislatura. Entre los nombres que suenan para abandonar el Consejo de ministros está el titular de Interior Fernando Grande-Marlaska, tras un año complicado con asuntos como el salto de la valla de Melilla en junio.
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