Nuevo giro en la historia que empezó con un simple tweet. Macarena Olona ha cumplido este viernes su primer objetivo a corto plazo tras recuperarse de sus problemas con la tiroides: culminar el Camino de Santiago en un tramo desde la localidad de Sarria (Lugo). Después de tres semanas de silencio tras anunciar su marcha de la política en julio por esa dificultad de salud -entonces desconocida para el público general-, la 'peregrina' Olona, el principal ariete parlamentario y en los tribunales de Vox, volvía a interactuar con su audiencia en las redes sociales animándola a acompañarla en su andadura espiritual.

Durante el trayecto, la exparlamentaria andaluza ha asegurado que está deseando "volver a sudar la camiseta pública", algo que para sus contactos más estrechos no se limita exclusivamente a sus funciones como abogada del Estado, que finalizada la excedencia política, tendrá que volver a retomar. Todo pese a sus palabras este martes: "Tengo muy claro que quiero servir a los españoles y que estaré allí donde pueda serles útiles. No como política sino por aquello a lo que me he dedicado desde que decidí opositar".

Frente a las primeras informaciones trasladadas a El Independiente, de que el presidente de Vox Santiago Abascal no creía que Olona quisiera regresar a Vox, algo que iría en la línea de sus declaraciones públicas y de su deseo de continuar con su carrera profesional; fuentes cercanas a la alicantina indican a este medio su deseo de retornar a la actividad política. Eso sí, con algunos matices frente a su posición anterior en la formación. La primera condición, por encima de todo, es que no quiere volver a Andalucía. Por su renuncia, Olona ha perdido su derecho a escaño y la portavocía del Grupo en el Parlamento. Sin embargo, quiere estar segura de que la dirección no la enviará de nuevo allí a gestionar desde fuera el aparato andaluz.

Olona no quiere regresar a Sevilla para gestionar el aparato andaluz, quiere ir a Madrid

Es sabido que una vez anunciado el adelanto electoral en Andalucía por parte del presidente Juanma Moreno, Vox empezó a gestionar el 'efecto Olona' para intentar condicionar, por su prestigio, el ya establecido nuevo gobierno autonómico. Y, aunque Olona prefería quedarse en el Congreso de los Diputados y seguir desempeñando el cargo de secretaria general y portavoz adjunta de los 'verdes', ella reivindicó su posición de 'soldado'. "Haré lo que me indique Santi", aseguró entonces. No obstante, el 'pinchazo' en la recta final de la campaña y los resultados inesperados, pese a obtener casi 100.000 votos y dos escaños más -cuentan con catorce-, impidieron a Olona tener un papel relevante en San Telmo.

A Olona, por tanto, se le planteaban dos escenarios a finales de junio: quedarse en Sevilla y desempeñar sus funciones como diputada regional, o compatibilizar eso con un cargo como senadora autonómica. Algo que la representante de Vox habría demandado, según publicaron algunos medios, pero que el partido negó en su momento a este periódico. A su negativa de regresar a Andalucía, hay que añadirle otras dos exigencias de Olona. La segunda es que, dado su tirón entre el electorado, la abogada del Estado considera que, de volver, debe integrar el comité ejecutivo del partido además de ocupar un puesto relevante en las próximas listas a las generales.

Olona solo volverá al partido si Abascal se lo pide personalmente, porque está en su mano

Por último, y en tercer lugar, Olona cree determinante que sea Abascal quien, como hizo cuando la envió a territorio andaluz, le pida regresar. Una demanda de gesto que vendría a ahondar en la tesis de desavenencias con la dirección antes de su marcha. Entonces, Abascal le aseguró públicamente que "en esta casa, que es la suya, siempre tendrá las puertas abiertas". Pero las decisiones tomadas en las últimas semanas, como restaurar al partido en Andalucía tal y como estaba en un primer momento con Manuel Gavira enfrente o no recolocar a un íntimo como Jacobo González-Robatto en otro cargo tras su salida 'obligada' del Senado.

Es más, Abascal ha declinado la invitación general de Olona a todos sus seguidores -a gastos sufragados de no poder por motivos económicos- para ir junto a ella a la capital gallega. "Tengo cosas que hacer esos días, pero sí le deseo una pronta recuperación", se limitó a decir el líder de Vox, que no ha tenido ningún acto oficial de partido a lo largo de la semana pasada. Sí círculo más próximo como Rocío Monasterio, que se ha reunido con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para abordar los próximos presupuestos; Iván Espinosa de los Monteros y Patricia Rueda, que se ha citado en Málaga con la Asociación de Jóvenes Empresarios y el Círculo Económico; o Jorge Buxadé, que ha comparecido ante los medios como cada lunes desde la sede.

Fuentes internas de Vox consultadas omiten posicionarse al respecto en el inicio del curso electoral, en un momento en el que el partido empezaba el último tramo de legislatura queriendo pasar página y centrándose en llevar la delantera de oposición al Gobierno frente al PP. Con actos como el recurso ante el Tribunal Constitucional del real decreto de medidas de ahorro energético convalidado en las Cortes el jueves 25.

El termómetro de la calle

El deseo de Olona de retomar el papel político, viene ligado al termómetro de la calle. La intención del mensaje lanzado a principios de la semana pasada con el motivo de la ruta a Santiago de Compostela, es un sondeo de popularidad encubierto para certificar que sigue teniendo apoyos electorales y rédito, algo fundamental para tener opciones que avalen y justifiquen su vuelta.

Una hipotética incorporación de Olona llegaría al borde de la campaña electoral de los comicios locales y autonómicos. Vox está preparando el terreno para llegar fortalecido a ello. De momento, está previsto que el 6 y 7 de octubre el complejo de Ifema, en Madrid, acoja la segunda edición del evento realizado el año pasado para presentar su programa. Llevará por nombre Viva22 y en él se dará a conocer España decide, que complementará las propuestas de la Agenda España.