Cuando el Partido Popular preparaba el último congreso nacional de carácter extraordinario para certificar el relevo de Alberto Núñez Feijóo en la dirección, voces internas como Cayetana Álvarez de Toledo pidieron celebrar ponencias para establecer el carácter ideológico de la nueva andadura del partido. La celeridad de los acontecimientos y el escaso tiempo para preparar dichas mesas de debate prorrogaron ese cometido. Algo que, al menos hasta después de las próximas elecciones generales, no ocurrirá a diferencia del PP de Madrid, que desarrollará una convención para sentar las bases ideológicas para las municipales en otoño. En contraste, Feijóo sí reunirá en Toledo a mediados de septiembre -los días 17 y 18- a los principales cargos territoriales del partido en la Unión Interparlamentaria Popular para establecer el programa y la senda electoral técnica de locales y autonómicas.
Junto a los miembros de la dirección nacional, los barones regionales y los miembros del resto de cámaras de representación, se espera que a la capital castellano-manchega acudan un total de 500 dirigentes a diferentes escalas interparlamentarias. Entre ellos, representantes de aquellos territorios donde el PP ya ha ganado los comicios y se encuentra gobernando, caso de Galicia, Castilla y León y Andalucía; y otros que, con grandes dificultades para los populares como País Vasco y Cataluña, buscan fortalecerse municipalmente y cimentar una base con la que concurrir a las urnas entre 2024 o 2025. Con Feijóo, esperan, presidiendo el Gobierno desde La Moncloa y con la incógnita de Carlos Iturgaiz o Alejandro Fernández como cabezas de lista autonómicos.
Pese a las pulsiones internas para llenar cuanto antes de contenido ideológico a la formación, por parte de los parlamentos nacionales, el Congreso de los Diputados o el Senado, así como de otros cargos del partido, Feijóo quiere resistir y seguir optando por una apuesta política técnica. Porque, con ella, es más factible, considera, aglutinar a un espacio de votantes amplio como ha hecho Juanma Moreno en Andalucía; mediante sufragios 'prestados' de corrientes moderadas e, incluso, procedentes del propio PSOE. Una vez el PP consiga el objetivo de 'recuperar' La Moncloa, Feijóo meterá bisturí a principios y cuestiones del ideario, e incluso a algunas de las baronías ligadas a la anterior etapa de Pablo Casado. Todo, de no ser que consigan arrasar en las elecciones.
Feijóo quiere ganadores territoriales como Juanma Moreno o Isabel Díaz Ayuso, capaces de poner en aprietos al PSOE y a sus socios
El principal mensaje que el popular llevará a sus barones en Toledo para iniciar la cruzada contra los feudos socialistas es que "si ganan, se quedarán y tendrán total independencia y autonomía" para actuar según su criterio. Pero, sí no, los aparatos deberán regirse por las directrices nacionales que consideren en Génova hasta que haya una nueva oportunidad de rivalizar. Feijóo ya ha dejado claro públicamente y en audiencias cerradas con distintas capas de las siglas que "quiere ganadores" capaces de poner en un aprieto las mayorías absolutas del PSOE y sus socios. Ejemplos claros, y donde ven posibilidades, es en Aragón -el jueves acompañó a Jorge Azcón en Zaragoza-, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana, en especial tras el desgaste por la última crisis de Gobierno de Ximo Puig y la imputación de Mónica Oltra. Más complicado lo tienen en Asturias, Cantabria, La Rioja o Navarra.
La tesis de 'los ganadores' la ha confirmado la propia Isabel Díaz Ayuso a finales de la semana pasada, en una entrevista en Onda Cero y tras reunirse en una cena privada con Feijóo. Tanto Moreno Bonilla en Andalucía como ella en la Comunidad de Madrid, son sus mejores garantes. Y es que el presidente nacional, con un alto grado de personalismo procedente de su etapa como líder de la Xunta, está dispuesto a no dejar con las manos atadas a ningún valor territorial con potencial y una fórmula que funcione. Frente al perfil técnico del andaluz, la faceta ideológica y de confrontación con la izquierda augura mantener el feudo madrileño otros cuatro años más. Está por ver si María Guardiola, la primera apuesta propia de Feijóo -sin contar a Alfonso Rueda en Galicia- en Extremadura, es capaz de lidiar con la mayoría absoluta de Guillermo Fernández Vara. Y aún quedan seis congresos regionales por delante.
Reafirmar y preparar los equipos
Con el foro toledano, además de trazar las principales líneas políticas de los suyos que irán en relación al plan económico y energético -que apoya el incremento de la nuclear y la térmica- ya presentados, el jefe de los populares tiene como objetivo dos cuestiones. La primera, es reafirmarse como mando máximo ante los suyos y poner en valor su actuación de oposición hasta la fecha, con las limitaciones que supone no tener representación parlamentaria y haber tenido que optar por la opción del Senado junto a parte de sus vicesecretarios y su coordinador general. La segunda, consiste en levantar la moral de los candidatos ante el arduo camino de desgaste político que se abrirá en breve y que será el termómetro para la gran prueba electoral del partido a finales de año en las generales.
Asimismo, con esta interparlamentaria se coge las riendas del bloque de derecha, con Vox prácticamente desconectado de la actividad política desde la salida de Macarena Olona y Ciudadanos en una situación crítica que pone en peligro su proceso de refundación. Y es que las cuestiones de Estado en materia de energía, como el real decreto de medidas de ahorro ya convalidado, ha puesto al PP en el foco como principal corriente contraria a las políticas de Sánchez. La "alternativa", como se autodenominan en la casa.
Ese papel claro de rivalidad con La Moncloa ha quedado reafirmado con un cambio de discurso por parte del PSOE, que ha pasado de utilizar cotidianamente el señalamiento y la alerta sobre Vox, a poner al PP y a Feijóo en el centro de la diana y con una antología de insultos. Entre ellos, "vago", "ignorante", "extremista", "sectario", "incompetente", "populista", "mentiroso", "cínico", "negacioncita", "egoísta" o "insolvente". A ello, se unen calificaciones como la de "derecha más rancia de Europa" hecho por la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en el debate para validar el decreto anteriormente mencionado.
Ferraz ya ha anunciado que Sánchez se echará a la calle con una treintena de eventos desde septiembre a final de año, todo ello en calidad de secretario general socialista. La finalidad es vender al Gobierno como "el de la gente". Ante ello, y con el primer encuentro de Sevilla este sábado pasado, los populares diseñarán una estrategia que plantea, entre otros, un mayor aperturismo, más presencia en los medios y, de igual manera, actos públicos para dar a conocer a los candidatos, cargos internos de la nueva dirección y futuros ministros.
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