Las palabras de la ex ministra socialista María Antonia Trujillo, cuestionando la españolidad de Ceuta y Melilla, han hecho correr ríos de tinta desde que fueran pronunciadas el pasado viernes. El Independiente ha accedido a la conferencia íntegra, cuyas principales ideas reproducimos literalmente a continuación. En su intervención, Trujillo presumió de su gran experiencia en los asuntos de vecindad "como ministra de Vivienda del presidente Rodríguez Zapatero y consejera de Educación del presidente Pedro Sánchez".
La conferencia de Trujillo lleva por título “Un plan para reforzar las relaciones entre España y Marruecos: ¿Dónde empieza la historia? ¿Dónde acaba España?” y fue impartida a última hora de este viernes en la Universidad Abdelmaalek Essaadi de Tetuán en el marco de unas jornadas sobre las relaciones hispano-marroquíes en la que también intervino el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Trujillo fue presentada como “profesora de Derecho Constitucional y ex ministra de vivienda con el Presidente Rodríguez Zapatero”.
Al inicio de su intervención, la ex ministra mostró su deseo de “aportar algunas reflexiones a esta Conferencia como experta en Derecho Constitucional y Derecho Europeo, como conocedora de la geografía de Marruecos desde el norte al sur -incluidas las 3 actuales regiones del Sahara, visitadas en varias ocasiones, incluidas Dajla y El Aaiún- y desde oriente a occidente, como amiga y familia de los marroquíes, y como portadora de una gran experiencia sobre el terreno como ministra de Vivienda del Presidente Rodríguez Zapatero y consejera de Educación del Presidente Pedro Sánchez, por mencionar sólo el ámbito institucional”.
Trujillo adelanta ya desde el comienzo los ejes de su alocución: “Mis reflexiones se centrarán en 3 ámbitos: las relaciones bilaterales con carácter general, el asunto del Sáhara marroquí y los casos de Ceuta y Melilla”. A continuación, la intervención íntegra de la ex ministra:
El Gobierno de España y, sobre todo cuando ha sido o es de izquierdas, ha respondido siempre a las llamadas de Marruecos en todos los ámbitos
La crisis de los prejuicios mutuos
En primer lugar, para entender el presente de las relaciones entre España y Marruecos hay que conocer el pasado, tanto de este último país, como de la relación entre ambos. La relación hispano-marroquí es secular, incluso legalmente, y ha incluido acciones de distinto tipo en diversos ámbitos. A partir de la independencia de Marruecos en 1956 se inicia una nueva etapa que no resultó nada fácil y que llegó hasta 1966.
El régimen de Hassan II (1961-1999) tuvo que hacer frente a múltiples circunstancias (golpes de estado, revueltas sociales en 1981 en Casablanca y en 1984 en el norte del país) consiguiendo algo de estabilidad en 1983 y llegando la estabilización definitiva con la liberalización de los presos políticos de la izquierda pro-marxista en 1990 los cuales colaboraron en la conciliación de la izquierda con el poder afianzando la monarquía de cara al exterior.
Tras el fallecimiento de Hassan II en 1999, su sucesor, el actual monarca Mohamed VI, comenzó un proceso de reformas políticas, económicas y sociales sin precedentes. (…) Los marroquíes consiguen más libertades y abrigan la esperanza de un futuro mejor conducido por su joven monarca que no deja de trabajar para una apertura más democrática y aupar al país en el rango del concierto democrático mundial. Una fecha a destacar es la primavera árabe del 2009 en Egipto, Túnez, Siria y Libia que hizo caer los respectivos regímenes y en Marruecos se saldó con la Constitución de 2011. [Las revueltas bautizadas como la Primavera Árabe estallaron a finales de 2010]
Es reseñable también que la readmisión de Marruecos en el seno de la Unión Africana (UA) y los éxitos diplomáticos en este sentido han convertido a Marruecos en un interlocutor válido en los asuntos políticos del continente así como en una plataforma de exportación de gran envergadura para con los países africanos.
¿Dónde estaba España durante todos estos acontecimientos?
Desde que se independizó Marruecos del protectorado español los sucesivos gobiernos del régimen franquista brillaron por su ausencia, destacando más por deteriorar las relaciones con Marruecos que por mejorarlas. Tras el fin de la dictadura, se produjo un giro del Gobierno español en la relación bilateral, que tendría como primer hito el Acuerdo de Pesca entre España y Marruecos en abril de 1981, y el paso a una política de colaboración global basada en el principio de no interferencia española en los asuntos internos marroquíes y en la nueva doctrina del “colchón de intereses compartidos” que buscaba suavizar las tensiones bilaterales mediante la promoción del desarrollo económico y la estabilidad política y social en Marruecos.
Pero es, principalmente, con la llegada del PSOE al poder en 1982, con Felipe González como Jefe del Gobierno, cuando las relaciones mejoraron ostensiblemente. No obstante, no hay que olvidar que a pesar de estos acercamientos, la política exterior de España con Marruecos era limitada y lenta dejando que otros países como Francia y EEUU ocuparan el terreno que, en parte, debería haber sido ocupado por España ya que los vínculos culturales e históricos, así como de vecindad, le otorgaban más prioridad en el escenario político-social marroquí.
No se puede olvidar que desde la muerte de Franco hasta casi los años 90 España dejó un gran hueco que no se entendió. Los marroquíes del antiguo protectorado alegaron su abandono y aislamiento tanto por España como por Marruecos.
[…] El Gobierno de España y, sobre todo cuando ha sido o es de izquierdas, ha respondido siempre a las llamadas de Marruecos en todos los ámbitos (la regularización de inmigrantes, y de los marroquíes en particular, operada por el gobierno de Zapatero en 2006, haciendo de los marroquíes residentes en España la segunda comunidad después de la latinoamericana).
“Heridas mal curadas”
En segundo lugar, y como consecuencia de ese pasado, las relaciones entre ambos países presenta un conjunto de lastres históricos y de heridas mal curadas que han dejado una serie de cicatrices político-sociales que no deben ser ignoradas sino que deben ser gestionadas, aunque no es una tarea fácil.
Existe un grave problema: los falsos expertos, los que creen que conocen al vecino mejor que nadie, y que acaban consolidando unos lugares comunes pseudo-científicos
En tercer lugar, a estos lastres históricos se suman los permanentes malentendidos entre ambos países y el desconocimiento y tópicos existentes. Los marroquíes creen que ellos conocen España mejor que los españoles Marruecos, cuando en realidad, por parte española hay desconocimiento e ignorancia, pero por parte marroquí se ha instalado en el subconsciente colectivo una larga lista de lugares comunes sobre España a menudo discordantes con la realidad de las cosas.
Además, existe un grave problema: los falsos expertos, los que creen que conocen al vecino mejor que nadie, y que acaban consolidando unos lugares comunes pseudo-científicos que son los peores y más difíciles de deshacer. Estos lugares comunes, desacertados en su mayor parte, acaban convirtiéndose en dogmas rígidos, difíciles de desmontar o matizar.
Teorías de la conspiración
En cuarto lugar, también existen intereses divergentes pero también coincidentes, aunque sean frecuentemente ignorados por una parte y otra. El desconocimiento, la desinformación y las teorías de la conspiración, que existen en ambos lados, tienen un efecto multiplicador muy grave sobre la concordia y el entendimiento de ambos países.
En quinto lugar, la célebre frase de “Condenados por la geografía a entenderse” es el resumen de una geopolítica y geoestrategia distorsionadas. Este dogma es compartido por muchos analistas y líderes políticos de todas las ideologías. Sin embargo, ejemplos hay de que la proximidad geográfica no lleva por sí misma al entendimiento, sino que es precisa una voluntad real de concertación por ambas partes.
Por último, la inmigración ilegal es un elemento esencial de conflicto, pero también de entendimiento entre ambos países. Puede ser un instrumento de presión pero también es un pilar esencial del entendimiento entre Marruecos y España y el resto de la UE.
Las bases para una sólida relación
[...] Los análisis estratégicos del más diverso origen han considerado siempre que la geografía y sus condicionantes son la principal fuente de riesgos geoestratégicos de España. En ocasiones esto ha derivado en obsesiones conspirativas, (por ejemplo, considerar la alianza entre Israel y Marruecos como una amenaza para España, hecho que no es cierto ya que Israel jamás sería una amenaza para ningún miembro de la OTAN, ni para la UE y menos para España que es la patria común de origen de los judíos sefardíes, que son los judíos marroquíes -cerca de 1.300.000, aunque algunas fuentes aseguran que son 1.500.000- y que tanta influencia han logrado en Israel, lo que se ha traducido en una relación muy especial entre Marruecos e Israel).
El prestigio y eficacia de los servicios de inteligencia, información y policiales de Marruecos ha conseguido consolidar la posición del país como uno de los más eficaces socios de las democracias más avanzadas del planeta
Marruecos y España comparten más de lo que les separa. Marruecos es el país árabe con un régimen político y social más avanzado. Esto es un punto de conexión importante y puede y debe ser explotado y desarrollado como factor decisivo de fortalecimiento de las relaciones bilaterales.
[...] La cooperación en materia de seguridad, terrorismo e inmigración ilegal, es esencial para la buena salud de las relaciones entre Marruecos de una parte y España y la UE de la otra. El prestigio y eficacia de los servicios de inteligencia, información y policiales de Marruecos ha conseguido consolidar la posición del país como uno de los más eficaces socios de las democracias más avanzadas del planeta en la lucha contra el terrorismo, el radicalismo más extremo del islamismo integrista y la lucha contra la explotación y tráfico de seres humanos.
La mujer marroquí, a la vanguardia
[...] Es preciso potenciar al máximo un conocimiento mutuo que hoy por hoy es parcial y presidido por certezas no contrastadas y tópicos tan falsos como hirientes. En no pocas ocasiones el desconocimiento se debe a las rígidas opiniones de expertos y profesionales –dicen que conocedores de Marruecos- que no han evolucionado y que intoxican el análisis de Marruecos y su realidad. Marruecos ha evolucionado social y políticamente a una velocidad incomparable con otras sociedades árabes.
Baste dar como ejemplo que Royal Air Maroc, con menos de la mitad de aviones que Iberia, tiene muchas más mujeres comandantes de avión
Un ejemplo de este flagrante desconocimiento es el papel de la mujer marroquí, que es de una extraordinaria importancia en el país. Baste dar como ejemplo que Royal Air Maroc, con menos de la mitad de aviones que Iberia, tiene muchas más mujeres comandantes de avión.
Otro ejemplo que nunca se cita es que Marruecos tuvo mujeres generales en responsabilidades operativas casi 20 años antes que España. Marruecos tiene una prensa vibrante, especialmente en Internet, que gana terreno e influencia día a día. Algunos grupos han pasado de ser un confidencial de las elites arabófonas a ser los periódicos digitales de referencia en el país. Hay que diseñar urgentemente una estrategia de profundización del conocimiento mutuo, y desterrar los tópicos y lugares comunes que tanto daño han hecho a la relación hispano-marroquí. Los prejuicios no son insalvables y los tópicos son desmontables.
Marruecos es el país árabe con un régimen político y social más avanzado
"El Sáhara marroquí"
Mi posición sobre el Sáhara marroquí la hice pública en el Primer Foro Mediterráneo Marruecos-España sobre la Organización Territorial y la Experiencia de la Regionalización en Marruecos y España, celebrado en la Facultad de Derecho de esta Universidad en Tánger los días 13 y 14 julio de 2022, [...] con las siguientes conclusiones:
Primera.- Marruecos es una nación soberana e independiente con doce siglos de historia y aunque la colonización ha ocupado un lugar importante en el país eso no ha comprometido su unidad e identidad (independencia en 1956 y recuperando más tarde todo el territorio nacional, salvo Ceuta y Melilla).
Pero la realidad es que, fuera del ámbito académico especializado, hay un gran desconocimiento no sólo sobre el Marruecos actual sino también sobre su historia. Muchos autores, no solo españoles sino también extranjeros, han puesto en duda tanto la existencia histórica de Marruecos como la unidad del Reino y falseado tanto su historia como su geografía. Esta ignorancia, olvido e intencionalidad en cuanto a los hechos históricos y geográficos ha originado muchos equívocos en la comunidad internacional.
La disputa sobre el Sáhara es un “conflicto” artificial
Segunda.- De acuerdo con esto la disputa sobre el Sáhara es un “conflicto” artificial como dijo su Majestad el Rey Mohamed VI en el discurso del pasado 20 de agosto y sólo existe en el escenario político internacional.
El Sáhara no es una colonia ni desde el punto de vista del territorio ni de la historia ni del derecho, al haber formado parte del territorio de Marruecos de una forma u otra a lo largo de la historia (numerosos tratados bilaterales firmados a lo largo de los siglos XVIII y XIX, incluso el XX, por el Reino o, yendo más lejos, los lazos de lealtad entre los soberanos de Marruecos y las tribus del sur cuya existencia fue reconocida por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en octubre de 1975). La disputa sobre el Sáhara occidental no es un conflicto de autodeterminación.
El Sáhara no es una colonia ni desde el punto de vista del territorio ni de la historia ni del derecho, al haber formado parte del territorio de Marruecos de una forma u otra a lo largo de la historia
Tercera.- Marruecos –tras las experiencias constitucionales y legales de 1971 y 1997- ha realizado un gran esfuerzo para implantar un proceso de regionalización avanzada que cuenta actualmente con 12 regiones -incluidas las tres del Sur- y ha promovido la economía local, consolidado la cohesión social, luchado contra la pobreza e instaurado un nuevo modelo de desarrollo. Marruecos dio un paso importante en su Constitución de 2011 con la voluntad de crear un nuevo modelo regional, que recogiera la pluralidad y diversidad, dedicando por primera vez en su historia constitucional una parte a la región (Título IX) proclamando, además, en su art. 1.4 que la organización del reino es descentralizada y fundada sobre la regionalización avanzada.
Desde 1971 hasta hoy, han pasado muchos años. Marruecos ya incluyó al territorio del Sáhara en disputa en sus primeras 7 regiones económicas, en las 16 de 1997 y en las 12 de 2015. El hecho cierto es que el Reino de Marruecos está ejerciendo sus atribuciones sobre este territorio y si se conoce la realidad de este país –instituciones, territorio y población- nadie duda que sobre el territorio del Sahara siempre ha existido una soberanía marroquí, lo que lleva a afirmar que, jurídicamente, el Sáhara es marroquí.
[…] Quinta.- Simultáneamente al ejercicio de su soberanía sobre el territorio del Sáhara, Marruecos también ha desplegado una gran labor diplomática en todo el mundo. El apoyo en la escena internacional, por parte de observadores objetivos y muchos Estados, africanos y de otros continentes, no se ha hecho esperar, reconociendo el esfuerzo de Marruecos al plantear una autonomía para el Sáhara como la única vía para salir de esta controversia.
[…] Séptima.- Pero hay que decir que sobre el plan de autonomía para el Sáhara de 2007 existe el mismo desconocimiento que sobre la historia y la actualidad de Marruecos y aunque es mucha la literatura científica son menos los escritos que argumentan la posición marroquí que los que la critican. Sobre este plan también se han pronunciado defensores y detractores sin conocer realmente su contenido. Las cosas, si se las observa en detalle, son algo más complicadas. Más vale una elaboración doctrinalmente solvente de este plan de autonomía que los aplausos y halagos que se les puedan dedicar, por mucho que nos gusten, sin una base seria. Más vale una base doctrinal científica que una declaración política, pactista, sesgada, porque al final no hará honor a la verdad entera y suficientemente ni coincidirá con la realidad de las cosas.
[…] Decimoprimera.- Actualmente el paisaje de las provincias del sur ha cambiado, experimentando un progreso económico y social serio y real como consecuencia del nuevo modelo de desarrollo. Este avance, al que se sumaría el nuevo Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara, puede servir indudablemente para abrir aún más la puerta a África, aprovechando la historia compartida y la interdependencia de siglos, para ofrecer una visión estratégica que contribuya a la construcción del edificio africano promoviendo la integración regional, luchando contra las desigualdades sociales y colaborando en la consecución de economías fuertes desde la solidaridad y la responsabilidad. El futuro de África se trazará con una mano africana y Marruecos está en la vanguardia.
Ceuta y Melilla
Sobre Ceuta y Melilla las primeras preguntas que surgen son: ¿Qué es España? ¿Dónde acaba España? ¿Dónde empieza la historia? y ¿Por qué Ceuta y Melilla pertenecen a España si están en África?
En pleno siglo XXI España mantiene controversias sobre determinados territorios: o bien porque los reclama España o bien porque son reclamados por algún país vecino.
Es el caso de Ceuta y Melilla -y también de los Islotes y Peñones-. Dos ciudades españolas en el continente africano desde hace cinco siglos y reclamadas desde el primer momento. Marruecos reclamó formalmente la soberanía sobre ambas ciudades desde 1956. 500 años de españolidad y 500 años de reclamación. Son los únicos territorios europeos que quedan en África continental. Forman parte de la Unión Europea desde 1986 pero no de todo el acervo comunitario, particularmente del Acuerdo Schengen.
Lo cierto es que Ceuta y Melilla, antes de pertenecer a España formaron parte de los territorios que comprendían la civilización islámica
En el caso de Ceuta y Melilla también nos encontramos con unas relaciones bilaterales condicionadas por los lastres del pasado que impiden unas relaciones fluidas, armoniosas y plenas. Cada cierto tiempo salen a la luz pública estos casos con dos posiciones encontradas : Madrid destacando la soberanía española sobre Ceuta y Melilla y Marruecos reivindicando su marroquinidad.
Este asunto merece un análisis riguroso desde el punto de vista histórico, jurídico y político. Pero en este momento voy a hacer sólo una referencia breve a estos tres ámbitos.
En primer lugar, desde el punto de vista histórico, decir que Ceuta y Melilla han pertenecido a España antes de que existiera Marruecos como el Estado que hoy conocemos es detenerse en el momento histórico que interesa a quienes utilizan este argumento. Porque argumentos hay a favor y en contra de esta aseveración.
Lo cierto es que Ceuta y Melilla, antes de pertenecer a España formaron parte de los territorios que comprendían la civilización islámica (y antes a fenicios, cartagineses, romanos, visigodos…) y siempre fueron reclamadas. Y durante más tiempo fueron árabes que cristianas. Con esto quiero decir que el recurso a la historia, al hecho histórico, debe hacerse con prudencia y en este caso concreto el argumento es debatible.
A finales del siglo XV Portugal y España culminaron una larga etapa de guerras en la península ibérica expulsando a los árabes e iniciando un proceso de expansión más allá de sus fronteras.
Ceuta permaneció 700 años bajo dominio de distintos reinos islámicos. A comienzos del siglo XV Ceuta había estado controlada por varías dinastías bereberes y árabes y era uno de los puertos más estratégicos del mundo islámico. Portugal conquistó Ceuta en 1415 y por casualidades dinásticas Ceuta se convirtió en española en 1580 cuando Portugal pasó a formar parte de la monarquía hispánica compartiendo dominios. Ceuta pasó definitivamente a España en 1640 cuando se disolvió la Unión dinástica.
Melilla fue conquistada en 1497 tras la toma de Granada por los Reyes Católicos y tras el avance de estos por la costa norte de África estableciendo puestos militares destinados a proteger las costas andaluzas de las incursiones de los piratas berberiscos. Hay que tener en cuenta que en 1494 Melilla se rebeló contra el sultán de Fez y pidió ayuda a los RRCC.
Aunque Ceuta y Melilla son jurídicamente parte de España ello no impide pensar que se trata de una supervivencia anacrónica del colonialismo en África y que estamos ante dos anomalías que nos ha dejado la historia
A finales del siglo XVIII España sólo contaba con las ciudades de Ceuta y Melilla y otras posesiones situadas a lo largo de la costa marroquí, con una superficie pequeña, utilizadas como presidios y fortalezas, reductos defensivos, y con apenas población civil hasta finales del siglo XIX ya que se había desplazado a las poblaciones autóctonas.
Tras perder España sus últimas colonias a finales del siglo XIX (1898) y ya a principios del siglo XX, en 1904, firmó un acuerdo con Francia para delimitar las zonas de África donde ambos países ejercerían su dominio. Esto originó una crisis que provocó la celebración de la Conferencia de Algeciras en 1906 donde se reunieron las potencias europeas y cuyos resultados se concretaron con el Tratado de Fez de 1912 estableciendo el protectorado español –y el francés-. Ceuta y Melilla no estaban incluidas en el protectorado español.
En segundo lugar, desde el punto de vista jurídico, hay títulos jurídicos suficientes de Derecho Internacional para avalar la pertenencia a España de estos territorios en tratados, convenios y acuerdos. A veces se trataba simplemente de acuerdos comerciales, alianzas o la firma de paces.
La españolidad de Ceuta y Melilla se recoge también en todas las Constituciones españolas desde 1812 hasta la actual de 1978. Con base en la CE actual se aprobaron mediante dos LLOO en 1995 los Estatutos de Autonomía para Ceuta y Melilla. Pero no son CCAA, sino Ciudades Autónomas. Un término que no aparece en la CE. Y se hizo muy tarde, en 1995. Todavía muchos juristas nos preguntamos sobre esta solución desde el punto de vista jurídico-constitucional: cómo se forzó la interpretación del art. 144.b) de la CE para crear la ficción de considerar a estas ciudades como Comunidades Autónomas cuando realmente no lo son.
En fin, todos los argumentos ligados a los títulos jurídicos son debatibles al menos y resultan contradictorios cuando se hace uso de unos títulos suscritos con un Estado al que no se reconoce su existencia.
En tercer y último lugar, es el punto de vista político, el que debe dar respuesta a la problemática de Ceuta y Melilla. Aunque Ceuta y Melilla son jurídicamente parte de España ello no impide pensar que se trata de una supervivencia anacrónica del colonialismo en África y que estamos ante dos anomalías que nos ha dejado la historia. Se trata de un vestigio del pasado fruto de una coyuntura histórica favorable para España.
Teniendo en cuenta esto y si España ha cambiado su posición tradicional sobre el Sáhara ¿Por qué no puede cambiar España su posición sobre Ceuta y Melilla y los Islotes y Peñones?
Marruecos ha reivindicado estos territorios en muchas ocasiones hasta el día de hoy : en todo tipo de foros, internacionales y nacionales, y por múltiples actores.
Con el despertar del nacionalismo marroquí se empezaron a reclamar todos los territorios que poseía España. No hay más que recordar la entrevista entre el Rey Hassan II y Franco, en 1963, conocida como el espíritu de Barajas, que congeló la reivindicación hasta 1974, año en que el Rey Hassan II volvió a reclamarlas. Pero los acontecimientos de 1975 precipitaron los acontecimientos y, años después, Marruecos pidió una « célula de reflexión » para llegar a un acuerdo pactado con España. A partir de 1994 se entró en una fase de cooperación pero nunca faltaron referencias a la liberación de las posesiones españolas hasta el día de hoy (desde el Discurso del Trono de 2002 hasta el año 2021 en que el anterior Primer Ministro marroquí declaró que Ceuta y Melilla son tan marroquíes como el Sáhara) y a asumir que el único camino para encontrar una solución es el campo político.
En España también han surgido voces, no tan escasas, que apoyan la devolución de estos territorios a Marruecos
En España también han surgido voces, no tan escasas, que apoyan la devolución de estos territorios a Marruecos. Ya lo hicieron embajadores como Jaime de Piniés en 1975 o Máximo Cajal la última vez en 2003. «La marroquinidad de Ceuta y Melilla no debe ser puesta en cuestión por el bien de la salud colectiva de los españoles y para desactivar toda esa mezcla de temor, recelo y resentimiento histórico contra el moro… siendo una situación colonial que es una afrenta a Marruecos y un elemento de desasosiego y mala conciencia nacional para España, que se agita en cuanto se menciona el tema», decía el Máximo Cajal (embajador de España y asesor del PSOE) en su libro Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar ¿Dónde acaba España?
En 1979, el historiador Charles Powell, en su libro Rey de la democracia, refiere un informe cifrado del que mucho se ha hablado pero nada verificado sobre este asunto. Tampoco han faltado autores españoles que han planteado una cosoberanía hispano-marroquí durante un período de 50 años. Incluso el Partido Comunista de España en 1987 aprobó la retrocesión de Ceuta y Melilla a Marruecos en un plazo determinado.
Los discursos oficiales hablan de multiculturalidad, tolerancia y entendimiento. Pero hay muchos autores que dicen que ambas ciudades representan todo lo que está mal en Europa. Son ciudades con muchos conflictos y paradojas y con muchas excepciones en muchos ámbitos (económico, jurídico, político y social).
La reivindicación marroquí está plenamente justificada, está inscrita en su ideario nacional y es irrenunciable
Para concluir, aunque dicen que los juristas tenemos la cualidad de saber evocar las tesis de otros juristas de renombre para justificar opiniones y alegatos en casos propios -esto se puede trasladar a cualquier ámbito del saber- no se trata en mi caso concreto de decir por boca de otros lo que pienso, posición que tampoco debe empañarse por tener amigos marroquíes o por defender posiciones a favor de Marruecos cuando lo considero oportuno. Lo único que pretendo decir es que no soy pionera en la defensa de esta posición. A saber :
Creo que los casos de Ceuta y Melilla –y los peñones e islotes- suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos. Son vestigios del pasado que interfieren en la independencia económica y política de Marruecos y en las buenas relaciones entre los dos países. El peso relativo de los argumentos históricos y jurídicos ceden ante el devenir de los hechos que reclaman una respuesta política, ética, razonable y aceptable para ambos países mediante un diálogo abierto y sincero. Ante los efectos nocivos de unas « fronteras no sanas », la respuesta política es el diálogo y no mirar a otro lado y el silencio. La reivindicación marroquí está plenamente justificada, está inscrita en su ideario nacional y es irrenunciable.
Teniendo en cuenta esto y si España ha cambiado su posición tradicional sobre el Sáhara ¿Por qué no puede cambiar España su posición sobre Ceuta y Melilla y los Islotes y Peñones?
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