La magistrada del Tribunal Constitucional María Luisa Balaguer (Almería, 1953) no oculta ante los medios de comunicación su disposición a disputarse la presidencia del Alto Tribunal con su compañero Cándido Conde-Pumpido, a quien se ve como candidato natural a la máxima responsabilidad del órgano en su próxima etapa progresista.

"Me encantaría. El Tribunal Constitucional tiene que elegir a un presidente o una presidenta. Si tuviera la confianza de mis compañeros estaría encantada de serlo y si no la tengo, a la persona que la obtenga, la votaré, la felicitaré y estaré a su total disposición. Ahora bien, sería una irresponsabilidad por mi parte, ahora no podría callarme, decir que yo no quiero ser presidenta. Yo querría ser presidenta", afirmó Balaguer este martes durante una entrevista en Más de Uno, de Onda Cero.

No es la primera vez que la magistrada, catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad de Málaga, abogada en ejercicio durante 26 años hasta 2003 y experta en temas de género, afirma abiertamente que si recibiera el apoyo de sus compañeros del Tribunal estaría encantada de alcanzar la presidencia también por el hecho de que una mujer lo haga. Así lo dejó caer el pasado miércoles a los periodistas que acudieron a la apertura del curso judicial en el Tribunal Supremo.

La Constitución establece que el presidente del tribunal de garantías será nombrado entre sus miembros por el Rey a propuesta del mismo Tribunal en pleno. Tradicionalmente ocupan la presidencia y la vicepresidencia del órgano los magistrados más antiguos, que se encuentran en el último tercio de su mandato. Tanto Balaguer como Conde-Pumpido fueron nombrados a propuesta del PSOE en el Senado en 2017. Más antiguo que ellos es Ricardo Enríquez, que fue nombrado a propuesta del Partido Popular.

Simpatía de los conservadores

Una vez se aborde la renovación del tercio del Tribunal Constitucional (su actual presidente, vicepresidente y dos magistrados) que vencieron su mandato en junio que tiene pendiente el CGPJ, los nuevos miembros reunidos deberán elegir al presidente. El Alto Tribunal pasará de una mayoría conservadora a otra progresista y hasta ahora se daba por hecho que el magistrado del Tribunal Supremo y ex fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, sería el candidato natural para alcanzar la presidencia.

Cuenta con el respaldo del principal partido del Gobierno y también de la mayoría de magistrados progresistas del órgano, pero Balaguer recaba la simpatía del bloque conservador y de Podemos. Resultaría difícil que Conde-Pumpido -que enfadó a parte del Tribunal con el polémico voto particular contra la sentencia del estado de alarma filtrado a los medios- obtenga una unanimidad para el nombramiento como la recabada por el actual presidente, Pedro González-Trevijano.

"Todos los que estamos allí, hombres y mujeres, querríamos serlo porque sería una distinción para nosotros reconocer que somos capaces de hacer ese trabajo y una cuestión muy importante porque me permitiría hacer ciertos cambios", continuó Balaguer durante la entrevista radiofónica en la que, aunque afirmó que para ser presidente del tribunal no hace falta "hacer campaña", incluso desplegó parte de su programa para una futura presidencia.

Consideró muy importante que el Tribunal "se abra a la sociedad y a los medios de comunicación", con los que ve que falta "diálogo" como el que existe en otros tribunales internacionales. "Siempre he procurado que mis sentencias, que tiene que entender la sociedad con un lenguaje ágil y sin subterfugios, sean aprobadas por unanimidad. Y si no lo consigues, redactas un voto particular", defendió sobre su recorrido en el Alto Tribunal.