Fue condenado por el asesinato de un taxista y un peluquero. Se llamaban Juan José Uriarte Orue y Agapito Sánchez Angulo. Ambos murieron a manos del comando Orbaizetegi de ETA-M en 1985, uno de cuyos integrantes fue Elías Fernández Castañares, fallecido el pasado 15 de septiembre. Fue detenido el 21 de junio de 1986 cuando se disponía a participar en otro atentado que preparaba la banda contra dos guardias civiles en Bilbao. Pasó 27 años en prisión.
Este antiguo miembro de ETA fue despedido el pasado viernes con todos los honores por sus simpatizantes. Lo hicieron a plena luz del día y en el centro de su localidad, Bermeo. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo denunció ayer el homenaje que sectores críticos con la izquierda abertzale oficial le brindaron en la plaza del ayuntamiento de la localidad pesquera. "La convivencia en el posterrorismo en Euskadi consiste, en parte, en tener que soportar cómo quienes legitiman a los asesinos se adueñan del espacio público", denuncian desde Covite: "¿Nos imaginamos algo así, en plena calle, en Francia con los terroristas yihadistas que cometieron los atentados del 15 de noviembre de 2015? Sería impensable".
Un acto en el que participaron cientos de personas y en las que se portó el féretro de Fernández Castañares hasta el centro de la plaza del municipio. A su llegada fue recibido entre aplausos y al son de la txalaparta. En el quisco varios carteles reclamaban la amnistía para los presos de ETA, a los que se calificaba de 'gudaris' (luchadores vascos) e incluso se desplegó una con varias imágenes de históricos miembros de la banda, como Txabi Etxebarrieta, 'Argala' o 'Txiki' bajo el lema: "Todos tenemos que dar algo para que unos pocos no tengan que darlo todo".
En el acto no falto el baile de la 'espata dantza' (danza de la espada), a modo de aurresku o baile de respeto, ante su féretro a cargo de ocho dantzaris. El acto concluyó con el canto del 'Eusko gudariak' a cargo de los presentes después que el féretro fuera trasladado. El homenaje fue realizado junto al Ayuntamiento de la localidad que gobierno el PNV.
Fernández Castañares fue condenado a 288 años de prisión. Cumplió condena por el asesinato el 17 de mayor de 1985 del taxista Juan José Uriarte, primo de quien fuera obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. En enero de ese mismo año participó en el asesinato en Portugalete de Agapito Sánchez, peluquero de profesión, y contra el que ETA lanzó la acusación de ser traficante para justificar su asesinato.
Cumplió condena hasta el año 2013, pese a que inicialmente debía haber sido excarcelado en 2011. La aplicación de la llamada 'Doctrina Parot' prolongó su estancia en prisión hasta su excarcelación en noviembre de 2013.
Los actos en honor a los presos de ETA han vuelto a resurgir de modo especial en los últimos meses, coincidiendo con el periodo estival. Muchas de las fiestas veraniegas en municipios vascos se han caracterizado por la aparición de pancartas, imágenes de apoyo a presos o incluso actos en su recuerdo. En cambio, los actos de bienvenida a la salida de prisión, los 'ongi etorri', sí han disminuido de modo importante. La izquierda abertzale 'oficial' se comprometió a no celebrar este tipo de bienvenidas tras las reiteradas peticiones de las asociaciones de víctimas. Sin embargo, desde algunos sectores considerados críticos con EH Bildu no se ha seguido esa consigna dictada por la coalición que lidera Arnaldo Otegi.
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