Hach Ahmed Bericalla es un histórico del Frente Polisario que hace dos años se desligó de la formación que ha monopolizado la vida saharaui desde 1973 y hoy predica “una tercera vía” dispuesta a reconocer el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, un postulado que sus ex camaradas -defensores del derecho de autodeterminación reconocido por la ONU- se niegan siquiera a plantear.
“El Frente Polisario es un viejo liderazgo que está en el poder desde la Guerra Fría. Siguen creyendo en el partido único y las guerrillas”, advierte Bericalla en una entrevista con El Independiente desde Las Palmas de Gran Canaria, donde concluyó el viernes una conferencia del grupo que lidera, Movimiento Saharaui por la Paz, establecido en abril de 2020 a cuyas jornadas asistieron destacadas figuras del PSOE como José Luís Rodríguez Zapatero y José Bono.
El político saharaui (Villa Cisneros, Río de Oro, 1957) se curtió durante décadas en las filas del Polisario. En 1986 fue nombrado representante del Polisario en España, cargo que décadas después ocuparía el actual líder de la organización Brahim Ghali. También sirvió como embajador en Venezuela y en 2007 llegó a ministro para las relaciones con América Latina de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática. Cuatro años después, ocupó el ministerio de Cooperación. A partir de 2015 comenzaron sus disputas con la élite del Polisario. Dos años después, estableció junto a otros dirigentes civiles y militares la Iniciativa Saharaui por el Cambio, que la dirección del Polisario se negó a aceptar como una corriente política interna.
“La victoria militar del pueblo saharaui es una leyenda romántica. Si no cambiamos, habrá un suicidio colectivo”, alerta Bericalla, quien niega tajantemente las acusaciones que, citando un informe del CNI, denuncian la conexión de su movimiento con los servicios secretos marroquíes. “No he pisado nunca Marruecos. Las acusaciones del Polisario son un cliché que usan siempre contra la disidencia”, agrega.
P: ¿Qué han aportado estas jornadas?
Lo más importante ha sido sacar del silencio el tema saharaui que es un tema olvidado. Queríamos llamar la atención de la comunidad internacional para llegar a una solución urgente para el pueblo saharaui. Es un viejo problema que lleva 50 años y que además de los enfrentamientos bélicos está la situación de una gran cantidad de población que vive en campamentos de refugiados en unas condiciones límite donde la vida es imposible y clama por una solución.
Hemos invitado al Frente Polisario para que participe de estas jornadas. No han querido y es lamentable porque también era una forma de ir empujando poco a poco hacia la aceptación del multipartidismo, de la democracia y de que definitivamente se adapte a los nuevos tiempos y deje de ser un partido único con un liderazgo y un pensamiento únicos. No han querido superar la prueba, no han tenido el coraje suficiente para superar esta prueba y es lamentable.
P: ¿Cuál es el propósito de vuestra organización?
R: En 2017 creamos una corriente interna reformista en el Polisario que se llamó en su momento Iniciativa Saharaui por el Cambio. Éramos cuadros que habíamos militado en el Polisario, intentamos impulsar reformas internas y cambios desde el interior, pero chocamos con una pared. Es un viejo liderazgo que está en el poder desde la época de la Guerra Fría. Aún tiene el pulso de ese esquema de gestión de las guerrillas y de los partidos políticos únicos.
Después de casi tres años de intentos, finalmente tiramos la toalla y decimos un grupo numeroso de aquella iniciativa crear una formación alternativa, que es lo propio de una sociedad democrática. La intención es inculcar o sembrar la cultura de multipartidismo en la sociedad saharaui, acostumbrada a una formación política desde 1973. Apenas llevamos dos años de existencia y creemos que el resultado es sumamente satisfactorio y creemos que llegará el momento en que por una razón u otra, la dirección del Polisario no tendrá más remedio que bajarse de las nubes y entenderse con otras fuerzas políticas que representan a un sector de la población, los porcentajes lo determinarán las urnas cuando nos sometamos a ellas.
P: ¿Cuál es la salida que contemplan para la situación del Sahara?
R: Es un viejo conflicto que ha tenido episodios militares bastante trágicos. Después de 16 años de enfrentamientos no se ha llegado a ninguna conclusión. La vía militar no ha llevado a ninguna parte. Es más, la correlación de fuerzas no favorece a la parte saharaui. Es un enfrentamiento o un choque asimétrico entre dos fuerzas totalmente dispares. Lo razonable es que antes de consumarse una capitulación, que se busque una solución mientras haya interés por parte de la comunidad internacional y mientras se persiga una solución de compromiso entre las partes, que es lo que recomienda Naciones Unidas, una solución mutuamente aceptable.
Esto lleva ya seis años y la población saharaui está perdiendo la fe después de tantos años y décadas esperando una solución que no se abre paso. Nosotros consideramos que la vía militar no tiene sentido y creemos que lo que se debe hacer es enfocarse en la solución política.
Habrá que hacer las debidas concesiones, las dos partes, para llegar a un punto de convergencia, esto es lo que dice el sentido común. Estar permanentemente animando a la población a poner en marcha una leyenda romántica según la cual la victoria militar se va a realizar, me parece un absurdo. Si no se cambia de conducta y de enfoque será, simplemente, un suicidio colectivo y es lo que queremos evitar.
El Frente Polisario es un viejo liderazgo que está en el poder desde la guerra fría. Siguen creyendo en el partido único y las guerrillas
Hach Ahmed Bericalla
P: ¿Renunciarían a la independencia del Sahara?
R: A la independencia no se va a renunciar nunca, porque si no se persigue en este siglo a lo mejor se puede perseguir dentro de dos o tres siglos, porque es un objetivo que suelen marcarse los pueblos por sí solos tarde o temprano. Una cosa es que se consiga o no se consiga, pero lo cierto es que en la actualidad las condiciones no están dadas para proclamar la independencia o poner en práctica la independencia que se proclamó en 1975 y lo que corresponde es buscar una solución de compromiso que permita a las dos partes llegar a un acuerdo en el que se garanticen los intereses y los derechos de ambas partes. Esto es lo que en cierto modo se llama la solución sin vencidos ni vencedores. Y es lo que nosotros llamamos desde nuestro enfoque la tercera vía, la que promovemos, la que defendemos y creemos que es el mejor camino para evitar, como dije, los traumas de una derrota que se puede consumar en cualquier momento, habida cuenta de la correlación de fuerzas y el hecho de que Marruecos ha ganado militarmente la guerra, no podía ser de otra manera. La correlación de fuerzas es totalmente dispar.
P: ¿Sería una renuncia a corto plazo de la independencia?
R: Sería actuar desde el sentido común y la sensatez. Es mucho mejor media derrota que una derrota completa, es mucho mejor quedarse con algo que quedarse con las manos vacías. Y lo importante es dejar una herencia para las futuras generaciones. Ese camino implica buscar una solución de mutuo acuerdo que implique concesiones en las que pueda haber y las que se puedan permitir y conservar lo fundamental que es la personalidad de la población saharaui del pueblo saharaui, su propia identidad y que no se diluya en una capitulación
El plan de autonomía puede ser un punto de partida
P: ¿Qué salida tiene para el pueblo saharaui una autonomía dentro de Marruecos?
Esa es una propuesta del Consejo de Seguridad, muchos países entre los que España figura consideran que es una propuesta razonable que se puede estudiar, que es creíble. Nosotros desde el principio consideramos que puede ser un punto de partida para explorar la posibilidad de un acuerdo.
P: ¿Cuál sería la salida física de esa población? ¿Dónde podrían tener unas condiciones dignas de vida?
R: El estatus actual no se puede romper sino a través de un pacto con el rey de Marruecos, ya sea con Polisario o cualquier otro interlocutor. Y ese pacto implica determinar estos elementos y estas condiciones en las que se debe desarrollar esa vuelta, la de los saharauis.
P: ¿Ha llegado a imaginar algún escenario posible?
R: Sí yo me imagino escenarios muy positivos y creo que incluso la solución es posible y la solución es viable. Siempre y cuando haya voluntad y cuando los líderes, más que aferrarse a una ideología y a un discurso ya totalmente obsoleto, cambien de mentalidad y piensen en el bienestar de la población.
P: ¿Podría darme un ejemplo concreto de esos escenarios en los que tú te imaginas ese futuro para la población?
Bueno, yo me imagino que es posible un pacto que permita a la población saharaui gestionar sus propios asuntos con competencias suficientes como para conservar su propia personalidad. Llámese esto fórmula autonómica, fórmula confederal o una síntesis de varias. Esto es lo que en cierto modo se puede dar si existe voluntad general.
P: Desde el Polisario os acusan de ser demasiado cercanos a las posiciones marroquíes. ¿Qué relación tienes con Marruecos?
R: Hasta este instante ninguna. Ni la más mínima, ni el más mínimo contacto. Hemos surgido en la época de la pandemia y yo, personalmente, nunca he pisado el territorio controlado por Marruecos ni he pisado Marruecos nunca. Y la mayoría de los dirigentes de esta organización tampoco. Aunque también hay otros que sí han vivido el territorio administrado por Marruecos.
El Polisario arrastra una leyenda negra por no saber manejar las disidencias internas, incluso las más insignificantes, siempre tienen el cliché de que son una operación de inteligencia enemiga. Y esto le ha llevado a tener en su haber cerca de 500 personas muertas en sus cárceles como consecuencia de la represión.
Esto también es aplicable a nuestro caso. No han encontrado ninguna forma de poder encajar este fenómeno, salvo utilizando el mecanismo de siempre, el manual de propaganda de siempre: considerar que tenemos algún vínculo con Marruecos. Esto es lamentable, porque al final es la demostración de que es una vieja organización que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.
P: En España también se os ha señalado como parte de un aparato de la inteligencia marroquí.
R: Bueno, esto en realidad seguramente proviene de un supuesto informe que se atribuye a los servicios de inteligencia españoles, que tiene más de una laguna, por no decir que hace aguas por todas partes. Un juez ha intentado conseguir este documento y al final dijo que ese documento no existía. Algunos medios de prensa han demostrado que es una fake news, que no existe.
No se dan las condiciones para la independencia del pueblo saharaui. Hay que ir a una solución sin vencidos ni vencedores
Hach Ahmed Bericalla
P: Si Marruecos no se está aprovechando de vosotros, ¿se estaría aprovechando de líderes como Zapatero o Bono para dar bombo a una salida que favorece más a Marruecos?
R: Es un planteamiento absurdo. Tanto el señor Bono como el señor Zapatero son líderes de un país que tiene relaciones con Marruecos. Han ocupado puestos importantes de responsabilidad, por tanto, como políticos no tienen más remedio que proteger los intereses de España. Si la protección y defensa de sus intereses implica posturas en la cuestión del Sáhara Occidental, lo que no tiene sentido es que a sus ojos se consideren traición.
Sería una traición si Zapatero sacrificase los intereses de España para defender intereses ajenos
Lo contrario sí que sería una traición es si de esos líderes sacrificasen los intereses de España para defender intereses ajenos. Pero bueno, es un cliché que tienen que todo aquel que no les caiga bien automáticamente le tachen de traidor. Nosotros no estamos más próximos a Marruecos. Nuestra idea es abrir una tercera vía que implica estar a mitad de camino entre las dos posturas existentes. Y esto no implica coger de la mano a nadie.
P: Pero sí supondría aceptar a Mohamed VI como rey, como monarca del pueblo saharaui...
R: Nadie puede negar que es un rey establecido y que es una monarquía milenaria. Pero la condición de que sea rey de los saharauis queda por definir mientras no haya acuerdos, mientras no haya una solución que implique esa figura. De momento, los saharauis no tienen ningún rey.
P: ¿Os sentís amenazados por el Frente Polisario?
R: Nos sentimos acosados por sus tácticas de kale borroka. Persiguen a nuestra gente y utilizan a personas para fotografiarlos, para sacarles en foros. Lamentablemente el Polisario ha sembrado la cultura de espionaje. Los militantes son espías y tienen que aportar trabajo para facilitar las labores de vigilancia.
Nos sentimos acosados por las tácticas de kale borroka del Polisario
P: Si cambia el Gobierno de España hacia el Partido Popular ¿Cómo les puede llegar a afectar?
R: No creo que vaya a haber cambios sustanciales en la postura del Estado español respecto a la cuestión. No es accidental. De hecho, es la misma postura que se ha mantenido incluso durante anteriores gobiernos del Partido Popular. Al margen de las pequeñas controversias que hubo entre España y Marruecos en la época del presidente Aznar. Pero no espero yo cambios sustanciales en la postura y no creo que pueda haber un partido en el Gobierno de España con mayor sensibilidad hacia el tema del Sáhara Occidental por encima del Partido Socialista. Es mi experiencia.
P: Por eso pregunto, el Partido Popular -según las encuestas- podría ganar. ¿Podría llegar renunciar a esa vía de la autonomía dentro de Marruecos?
R: El pronunciamiento del Gobierno de España respecto a la propuesta de autonomía ya otros gobiernos, empezando por Estados Unidos, la han abrazado y le han dado la bienvenida países como Alemania, Francia, etc. Yo no creo que venga después un gobierno popular y trate de marcar la diferencia respecto a esos países, no lo creo.
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