“Se va a saber pronto”, dice un destacado dirigente de Ferraz respecto al secreto mejor guardado por los socialistas, esto es, la persona que intentará disputar al popular José Luis Martínez Almeida la alcaldía de la capital de España en las elecciones de mayo próximo. El ayuntamiento de Madrid es una de las grandes apuestas de Pedro Sánchez para el envite electoral de locales y autonómicas, pero como viene siendo habitual en la historia del socialismo madrileño de los últimos veinte años, miran a uno y otro lado y encuentran un erial.
Esa historia está llena de “ocurrencias”, de candidatos sorpresivos, improvisados, sin perfil político o arraigo en la ciudad, producto, en muchos casos, de sucesivas negativas a embarcarse en un proyecto perdedor. Ahora se habla, y mucho, de la ministra de Defensa, Margarita Robles. En su entorno niegan la mayor. “Ni se lo han propuesto ahora ni nunca, no sabemos de dónde sale eso y no vamos a estar todo el día desmintiendo informaciones”, dicen. La versión se contradice con la de dirigentes que aseguran que se le ha presionado “por tierra, mar y aire”. Es de las ministras más conocidas y valoradas, capaz de atraerse también un voto de centro moderado, arguyen.
Ferraz corre el riesgo de frustrar la expectación generada en torno al nombre de la persona ya elegida. Su decisión de retrasar a noviembre el proceso de primarias para el ayuntamiento de Madrid ha alimentado la caldera de las especulaciones. Se ha hablado Pilar Llop, Reyes Maroto, Félix Bolaños y Fernando Grande-Marlaska. También del poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, con quien, precisamente, coincide Sánchez este martes en un acto de homenaje a la escritora madrileña Almudena Grandes.
El PSOE parte de la cuarta posición en Madrid capital
Ha habido desmentidos de un lado y otro respecto al posible salto de García Montero a la candidatura socialista para Madrid capital, pero lo cierto es que el presidente del Gobierno “está buscando a su Carmena y el voto ‘carmenista’”, esto es, un perfil que obre el milagro de desalojar otra vez al PP del Palacio de Correos de la Plaza de Cibeles.
“Se hizo una vez. No es descabellado pensar que es posible de nuevo”, aducen fuentes socialistas respecto a la legislatura 2015-2019. Pero aspirar a ello siendo la cuarta fuerza política del ayuntamiento, por detrás de Más Madrid (ahora partida en tres), PP y Ciudadanos, se antoja una empresa titánica.
Sánchez firmaría mantener su actual cuota de poder autonómico y municipal con el añadido de los ayuntamientos de Madrid, Barcelona y Valencia. Gobierna en 9 de las 12 comunidades que van a a las urnas en mayo. No parece que los socialistas estén en condiciones de emular los extraordinarios resultados de mayo de 2019, cuando tiñeron todo el mapa de rojo, pero tampoco dicen ver “motivos de desgaste en ninguno de nuestros gobiernos de comunidad ni de municipios importantes”.
Juego de pactos
Pero hay señales de alarma. Acaso sean Aragón, La Rioja y Canarias las que estén más en el alambre, aducen, aunque la fuerte crisis del PP riojano les favorece mientras creen que el candidato popular aragonés, Jorge Azcón, es un desconocido para el conjunto del electorado, a pesar de ser alcalde de Zaragoza. En este caso manda un difícil equilibrio de pactos a cuatro y cinco bandas. Todo es posible, al igual que en Canarias.
Algo parecido pasa en la Comunidad Valenciana, objeto de deseo por parte de Alberto Núñez Feijóo. Pero los socialistas valencianos aseguran no ver “pulsión de cambio" ante un cabeza de lista popular "con un alto nivel de desconocimiento", en alusión a Carlos Mazón.
Quizá el mayor peligro para Ximo Puig lo constituya el valor a la baja de sus socios de gobierno. Compromís vivió la crisis Mónica Oltra, pendiente de si el juez sigue adelante con la imputación. Los regionalistas valencianos tienen diseñado el proceso de sucesión con Joan Baldoví como gran apuesta. De ser así, pueden salvar los muebles. Unidas Podemos es harina de otro costal, a la greña en todos los territorios, su valor electoral cotiza a la baja.
Valencia es otro de los grandes ayuntamientos de España en los que Ferraz puso los ojos, pero de igual forma, ha tirado la toalla. Los socialistas admiten que, hoy por hoy Joan Ribó, también de Compromís y con quien gobiernan en coalición, es imbatible. Hace cinco días comunicó su intención de presentarse por tercera vez a las elecciones. A diferencia de Madrid, Valencia no va al segundo turno de primarias y la candidata socialista será la actual primer teniente de alcalde de la capital valenciana, Sandra Gómez, sin más experimentos.
Los barones autonómicos temen correr con el castigo dirigido a Sánchez
No creen en Ferraz que el gobierno de Castilla-La Mancha corra peligro, pero la andanada el pasado lunes de Emiliano García Page contra la estrategia de Moncloa y los aliados parlamentarios hacen pensar, temen fuentes socialistas, "en cierto nerviosismo" de su barón más díscolo. Lo cierto es que la inflación, que tanto afecta al bolsillo de las economías más modestas, tumba gobiernos y existe cierto temor entre las baronías de ser los primeros en poner la cara para que les caigan todas las tortas.
Quien sí tiene todas las papeletas para cambiar la silla del Consejo de Ministros por una cabeza de candidatura es la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Su nombre suena y mucho para encabezar el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Interrogada este martes al respecto durante su comparecencia en Moncloa no perdió la sonrisa al afirmar que "claro que estoy en campaña... en campaña de vacunación" de la cuarta dosis del Covid.
Y tan importante como ganar y gobernar en Madrid es hacerse con el ayuntamiento de Barcelona. Con Ada Colau en momentos bajos, el PSC cree llegado el momento de recuperar el bastón de mando municipal. Los socialistas catalanes insisten en que su candidato es Jaume Collboni, actual primer teniente de alcalde. En Ferraz acariciaron la idea de mandar a Miquel Iceta para allá, hipótesis a la que se ha opuesto con todas sus fuerzas el ministro de Cultura que ha trasladado su posición a quien tenía que conocerla. En teoría, Pedro Sánchez tiene un limitado mando en plaza en el PSC, aunque nunca hasta ahora ha disfrutado Madrid de tanta influencia en el devenir del partido hermano.
No va a ser una cita fácil con los sondeos a la baja y tanto poder por conservar. De la lectura que se haga de dicha noche, tanto en número de votos de las municipales, como en el balance de daños de gobiernos autonómicos, depende en buena medida el devenir político del inquilino de La Moncloa.
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