La división de posiciones entre Esquerra Republicana (ERC) y Junts en el Govern de Cataluña ha hecho que el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo esté analizando los movimientos del independentismo y planteando una estrategia de emergencia a seguir a corto plazo si se produce una ruptura total de socios y, por lo tanto, la convocatoria de elecciones anticipadas. En principio, y de darse el caso, a finales de año. Frente a la prioridad de otros congresos regionales como el que celebrará la estructura de Cantabria este viernes, la dirección nacional popular había decidido desplazar la reorganización del PP catalán y vasco hasta finales de 2023 o principios de 2024, al esta desligados estos territorios del calendario electoral más inmediato. Todo, con las elecciones generales ya concluidas y con tiempo para analizar el mejor rumbo para la formación.
Desde Génova asumen que de romperse la coalición secesionista en Cataluña tendrán que mover ficha bajo un contexto difícil para el partido y acelerar decisiones que deberían tomarse de manera más sosegada. Tales como la del perfil más adecuado para concurrir a las urnas para intentar liderar el espacio constitucionalista. Actualmente, y desde 2018 -tras la salida de Xavier García Albiol-, el presidente del PP Cataluña y candidato natural es Alejandro Fernández. Sin embargo, éste no termina de convencer entre la nueva dirección del PP, que, pese a defender su cultura amplia y discurso sofisticado y elaborado considera que su imagen y la de la organización autonómica está muy desgastada desde hace años y tras el procés. Porque el partido allí no se ha sabido reinventar.
Fuentes próximas al PP catalán advierten a El Independiente de que los populares catalanes están "completamente paralizados" a la espera de la decisión que decida tomar la dirección en Madrid. A tres bandas, entre el coordinador general Elías Bendodo y el vicesecretario de Organización Miguel Tellado -quienes están desarrollando desde abril la renovación territorial- y el propio presidente Feijóo. Y confirman que "todo el mundo" dentro del grupo da por hecho que Fernández "no es el presidente ni el candidato que desea Madrid". Tanto para un largo plazo como para en pocos meses. Sobre todo, por la complicación del momento que supondría el adelanto electoral, pese a contar teóricamente, dicen, con apoyos extras como el recurso del voto útil y la alta oposición de la derecha a la gestión de Pedro Sánchez.
Feijóo quiere un candidato moderado que reconcilie a espacios complejos de la sociedad catalana y el discurso duro y nacionalista de Fernández no corresponde con el 'nuevo PP'
Hay dos lecturas que hacen las mismas fuentes consultadas sobre los condicionantes que dejan sin opciones al exparlamentario y exalcalde de Tarragona. La primera, y más relevante, es que su discurso "no corresponde con el del 'nuevo PP'". El promocionado por Feijóo es una faceta más "amable, catalanista y cordial", y, frente a ella, Fernández destaca por ser "más duro" y ejercer un tono "nacionalista". Génova lo que desea es "tener una figura que reconcilie a diversos sectores de la sociedad catalana"; una figura moderada, con mayor profesionalidad y poder empresarial capaz de atraer a las clases medias y altas. Algo, en definitiva, que atraiga al exvotante de la extinta Convergència i Unió (CiU). Y eso, sostienen, "es ilusorio".
Sin embargo, ese "es un error estratégico de libro que ya se ha cometido en el pasado", afirman desde la esfera catalana cercana al PP. Se basan en que el votante tradicional de la marca en Cataluña es la gente más humilde e inmigrante de otros puntos de la geografía nacional, aunque sí admiten que hay "un pequeño segmento" de gente más adinerada. Además, se destaca que Feijóo cuenta con los votos de Cs, al borde del colapso. Pero eso no está garantizado dada la amplitud del espacio constitucionalista. Desde el PSC intentando captar sufragio, pasando por la nueva plataforma Valents y por Vox, que cuenta, no obstante, "con un discurso muy radical, exageradamente nacionalista español, sostenido en pocas personas y sin estructura".
La segunda lectura que hacen esas fuentes consultadas, es que, internamente y a nivel organizativo, la gestión de Fernández "ha sido desastrosa". Ponen sobre relieve que en los últimos cuatro años, después de la designación del tándem conformado por Pablo Casado y el exsecretario general Teodoro García Egea, el presidente del PP catalán "no ha conseguido aunar voluntades" y está enfrentado con casi toda a organización. Y ese cúmulo de factores externos e internos, llevarían a la nueva dirección a plantear un sustituto próximamente. La capacidad de movimiento que otorgue el Govern de la Generalitat influirá en las decisiones que se acaben tomando. Lo que si es claro es que Génova, de acudir antes de mayo a las urnas, verá necesario dar salida a la situación estructural en Cataluña con la misma urgencia que está haciendo con Navarra y Asturias. Y ello, sin un candidato alternativo que, al menos se conozca, complica suplir a Fernández y organizar un congreso en pocas semanas.
Muy descapitalizados en Cataluña
De ser necesario activar la maquinaria para acelerar los trámites internos en la autonomía, el PP apuraría los tiempos hasta mediados de noviembre -con una convocatoria de anticipadas a finales de esta o la próxima semana-, al cumplirse el plazo de treinta días mínimo fijado en los estatutos para organizar un congreso extraordinario. Eso, haría que el nuevo candidato llegara con el tiempo justo para darse a conocer en toda la autonomía -de darse el caso- y a las puertas del inicio de la campaña electoral. Pese a ello, desde el ámbito popular catalán, reconocen que no es la principal preocupación. "El congreso al final es una farsa, se asumirá el 'dedazo' de Madrid", admiten. Y ponen de ejemplo los últimos cónclaves celebrados por el partido, como el del propio Feijóo: sin programa ni equipo anunciado previamente.
Los nombres de Reyes, Montserrat, Roldán o Sánchez Costa se han valorado, pero tienen importantes hándicaps que no terminan de convencer en Madrid
La preocupación máxima de Génova es la de encontrar una nueva voz regional que permita reflotar la marca después de una sucesiva pérdida de base electoral. Pero también candidatos municipales y de cara a las futuras listas en el Congreso de los Diputados. Sacarla de la caída de los 471.197 votos y 19/135 escaños de Alicia Sánchez -Camacho, a los 109.067 de sufragios y 3 parlamentarios en 2021. Convirtiéndose, además, en última fuerza. Se ha hablado recientemente de nombres como el nuevo presidente del PP de Barcelona Manuel Reyes y la exministra y eurodiputada Dolors Montserrat. A ellos, desde Cataluña añaden el de la exdiputada de Cs Lorena Roldán, acogida el año pasado en el seno de los de Fernández, o el del expopular y expresidente de Sociedad Civil Catalana Fernando Sánchez Costa. Pero todos, cuentan con un hándicap.
En el caso de Reyes, que es una voz joven, entienden que es algo factible, pero dar ese paso sería "un gran error; todos lo saben". De él se destaca su perfil municipalista, lo que al mismo tiempo le convierten en un desconocido para mucha gente. No daría la talla en el Parlament y Barcelona perdería un importante activo. Por otro lado, de Dolors afirman que "está muy cómoda en Europa" y que es reticente "a venir", aunque acatará cualquier mandato "porque es un soldado del partido". El problema que genera es que "tiene un perfil ambiguo y está mucho más valorada en Madrid que en Cataluña". Roldán no acaba de convencer a una parte del PP, que "por endogamia" le siguen poniendo la etiqueta naranja, mientras que a Sánchez Costa sigue ligándose con el exministro y expresidente del PP catalán Jorge Fernández Díaz muchos años después.
Es precisamente esta descapitalización de talento la que, combinada con las prisas del momento si ERC y Junts rompen la alianza de gobierno, podría permitir a Fernández salvar los muebles y continuar al frente de la agrupación algo más de tiempo. Y en vistas también del resultado de esos comicios para cambiar el parecer de Génova. Con esta realidad "está jugando" el actual barón popular, aseguran desde el entorno de los populares. Por ello, está buscando tener "más visibilidad" en los últimos meses.
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