El Gobierno de coalición dio el plácet ayer a los terceros Presupuestos Generales del Estado tras una negociación que, en versión de Moncloa y de Hacienda, se alargó innecesariamente a pesar de que el acuerdo estaba cerrado. De hecho, apenas dos horas después de publicitado el pacto entre los socios, al filo de las siete de la mañana, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, no sólo anunciaba vía Twitter que las Cuentas del Estado iban al Consejo de Ministros, sino que ilustraba su tuit con una imagen del proyecto de Presupuestos perfectamente editado.
Fuentes de Hacienda ironizan con que "una negociación se puede alargar sobre una frase hasta el momento que se quiera. Te puedes quedar enganchado de un hilo hasta agotar el plazo" que se habían impuesto los negociadores. Fue entre la una y una y media de la madrugada que el departamento de María Jesús Montero recibió el plácet de sus interlocutores. Los contactos fueron telefónicos, no presenciales, y parece que no medió ninguna conversación entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz antes de su encuentro en Moncloa, previa a la reunión del Consejo, para escenificar el pacto.
En la recta final no se negociaron ya las cuentas sino la ley de Vivienda y la de Familias
Precisamente, en el entorno de Díaz niegan la mayor. La negociación ha sido "larga, larga", pero hay cierta coincidencia a la hora de analizar las horas previas a la pipa de la paz. Y es que en esa recta final no se negoció tanto el contenido de las Cuentas del Estado como los dos asuntos que Unidas Podemos quería vincular a esos Presupuestos, esto es, la ley de vivienda y la de Familias.
El resultado ha sido claramente desigual. En vivienda recibieron un portazo. En Familias han avanzado. El sector socialista del Ejecutivo "sólo quería discutir de Presupuestos y nosotros desencallar temas pendientes", dicen en el entorno de Díaz. Pero si los socialistas creen que este asunto no volverá a suscitarse en cuanto se siente a negociar con algunos grupos de la oposición, se equivoca.
Ione Belarra ha hecho durante estos meses frente común con Bildu y ERC. De hecho, el portavoz independentista Gabriel Rufián ya indicó este martes que "mal empezamos" al conocer los nulos avances respecto a los precios del alquiler y advirtió que el apoyo de su trece diputados "se suda". Bien es cierto que el Gobierno ha demostrado su capacidad de sacar adelante cuestiones principales sin el concurso de ERC, siendo Bildu la que sale al rescate.
Pero lo de la madrugada del martes "no puede entenderse sin el capítulo de ingresos de una semana antes", dicen en el sector morado, en alusión al nuevo paquete de fiscal que recoge reivindicaciones largamente defendidas por Unidas Podemos como el impuesto a la grandes fortunas. Y mucho antes de eso, los impuestos a las energéticas y a la Banca, anunciados por Pedro Sánchez en julio, que comenzarán a operar el 1 de enero del año que viene y también llevan el sello de los morados.
Los planes de modernización de Defensa "siempre han existido, lo que pasa que nadie se ha fijado en ellos"
En cuanto a los Presupuestos de Defensa, "una vez se resolvió el techo de gasto no entró en el debate", explican en el entorno de Díaz. Ella misma afirmó que respetaría "los compromisos del presidente del Gobierno en esta materia". Sin embargo, desde Hacienda aducen que los planes de modernización de Defensa, que no computan a efectos de techo de gasto, "siempre han existido, lo que pasa que nadie se ha fijado en ellos".
De hecho, ya se destinaron 2.900 millones de euros a esta partida en los Presupuestos de este año. Al final, para 2023 "son 2.000 millones de mayor inversión" que, finalmente, "Unidas Podemos entendió". Otra cosa es que los partidos de mayoría de la investidura como ERC y Bildu voten contra este capítulo presupuestario, con lo que el Gobierno tendrá que asegurarse el respaldo de otros grupos.
La negociación no ha solventado las tiranteces entre los socios de Gobierno ni tampoco los avisos que desde el entorno mediático de Podemos, encarnado por su antiguo líder, Pablo Iglesias, lanza contra Díaz de forma más o menos sibilina. La ausencia de Yolanda Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros fue solventada con un larguísimo hilo de 13 tuits en los que adelantaba algunos de los principales contenidos del Proyecto de Presupuestos que horas más tarde explicarían desde Moncloa la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Por su parte, Iglesias dio las gracias, también vía Twitter, a Ione Belarra y a Unidas Podemos por la negociación de las Cuentas. "En febrero el PSOE no aceptaba un impuesto a las grandes fortunas que propuso Podemos. Hoy es una realidad en los PGE. Gracias@ionebelarra Gracias UP", escribía.
Pero aunque todavía queda un largo camino por el Congreso de los Diputados, no puede negársele al Gobierno de coalición una estabilidad por la que pocos apostaban, incluso dentro del propio Ejecutivo. "Este es el Gobierno más estable de Europa", afirman en Moncloa donde ayer se vivía un ambiente de bastante triunfalismo.
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