Han pasado casi 40 años del histórico triunfo de Felipe González en aquellos comicios del 28 de octubre de 1982. Cifras mareantes vistas desde el prisma de una España con un Parlamento hoy hiperfragmentado. 48,11% de los votos, 202 escaños en el Congreso, una cota jamás alcanzada posteriormente por ningún otro partido. Ahora, los socialistas están de celebración, a menos de un año vista de otras generales que no pintan bien para ellos —si se hace abstracción del último barómetro del CIS, conocido este lunes— y a escasos siete meses de la decisiva prueba de las municipales y autonómicas de mayo.

El contexto es de máxima "incertidumbre", la palabra que quizá más retumbó este 17 de octubre en la sede federal del partido, en los breves discursos hilvanados por el propio González y también por Pedro Sánchez. Ferraz reabrió las puertas de su casa a su patriarca para inaugurar la exposición dedicada a las cuatro décadas de la histórica victoria de 1982 (40 años de democracia, 40 años de progreso), acto al que acudieron el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el exlíder socialista Joaquín Almunia. Los cuatro jefes del PSOE vivos —recordado fue Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido en 2019—, juntos y unidos. Una estampa, además, simétrica a la de hace un año, en el 40º Congreso Federal del partido, en Valencia.

González esta vez no sacó los pies del tiesto ni lanzó advertencias a su sucesor en la Moncloa. Los tiempos de abierta hostilidad entre ambos acabaron. Pero el exjefe del Ejecutivo sí verbalizó un deseo, reivindicó los grandes consensos entre los partidos. Hoy España vive "uno de los momentos más complejos" de la historia, como difíciles fueron los años que dirigió Adolfo Suárez, y en aquellos momentos se firmaron los Pactos de la Moncloa, "tan queridos hoy día si se pudieran repetir".

"Corregir" si hace falta

El exlíder socialista reconoció que al Ejecutivo de Sánchez "le ha tocado vivir una época extraordinariamente difícil, porque lo único previsible para los próximos meses es lo imprevisible". No hay "certezas", el camino por delante es "complejo", "acelerado" por "la guerra de Putin", sumidos en un aparente proceso de desglobalización que no llegará a culminarse. El pacto constitucional, aseguró, es la tierra firme y segura en tiempos convulsos.

No era poco ese reconocimiento de González a Sánchez de que le toca gestionar un momento complicado. "Los denostados políticos son proveedores de certidumbre, incluso cuando no la tienen", afirmó. Ese es el quehacer del gobernante: igual que un médico no traslada a su enfermo su inseguridad o sus dudas, el político no debe expresarlas, por "legítimas que sean". Los gobiernos, pues, han de dar "certidumbre y orientación", según González, pero pueden ser "equivocadas" y quizá toque "corregirlas", porque quienes "no comprenden" eso son "los más sectarios", "los que creen que tienen la verdad pase lo que pase".

González recordó que un gobernante ha de hacerse cargo del "estado de ánimo" de sus gobernados, y en 1982 la sociedad española se movilizó masivamente a favor del PSOE, para "comprometerse con el futuro del país", para hacer un trabajo "bien hecho", para "colaborar". "Yo estaba profundamente abrumado, no asustado, por una responsabilidad que me desbordaba por edad [tenía 40 años, llevaba ocho al frente del partido, desde Suresnes] y por experiencia, pero que asumí plenamente". 

Caminamos con la conciencia tranquila de haber estado en el lado correcto de la historia, con 140 años de vida"

PEDRO SÁNCHEZ

Sánchez no hizo alusión a los Pactos de la Moncloa, pero sí subrayó el "orgullo" del PSOE por el legado dejado por González, como también por la obra de Zapatero. El partido "se reconoce" en los hitos alcanzados por los dos expresidentes, también en la gestión de Almunia y Rubalcaba, dijo: "Caminamos con la conciencia tranquila de haber estado en el lado correcto de la historia, con 140 años de vida. No hay nadie más que lo pueda decir aquí en España". "Nos sentimos herederos del legado de la mejor España", remachó.

Para el actual jefe del Ejecutivo, el "nexo común" del legado socialista es su preocupación por dotar a España de un "auténtico Estado del bienestar". "Decirlo en esta legislatura es más pertinente que nunca", si bien queda por saldar una "deuda" con la igualdad, afirmaba ante un González que asentía con la cabeza. El expresidente mantuvo un rictus serio durante el acto de homenaje, aunque luego se le vio cómplice y sonriente con Sánchez acabado el tributo, en el hall del cuartel general del partido que acoge la exposición dedicada al triunfo de 1982.

Del blanco y negro al color

Unos comicios, en palabras del secretario general, que pusieron en marcha un "cambio profundo" para España, que supusieron una "explosión de autoestima colectiva". El país "pasó del blanco y negro al color de la modernidad". El hilo conductor de los gobiernos socialistas, señaló Sánchez, pervive hasta hoy, porque el Ejecutivo está concentrado en "proteger" a las mayorías sociales y a las generaciones futuras y en "avanzar". Y también comparte su voluntad de "abrir España al mundo". "Dimos autoestima a un país siempre acostumbrado a hacerse de menos", y España lo ha demostrado, continuó, organizando cumbres como la de la COP25 en 2019 o la de la OTAN el pasado junio. El país defiende un "europeísmo solidario", como defiende a Ucrania, recordó, frente a la bota de Putin.

El 29 de octubre, Sánchez y González compartirán mitin en Sevilla por el 28-O

"Miramos al pasado con ojos de presente y sed de futuro. Eso representa el socialismo democrático, y no caer en la autocomplacencia", reflexionó Sánchez. Ahora que el mundo se enfrenta a la transición ecológica y la transformación digital, el socialismo, indicó, ha de encarar los retos por delante con "empatía [la palabra fetiche para el Ejecutivo desde la estrepitosa derrota socialista en Andalucía el pasado 19 de junio], compromiso social y determinación".

El presidente subrayó, como González, que hay muchas "incertidumbres", pero sí una "certeza": que el PSOE gobernará sin olvidar "valores o principios", y viendo "oportunidades donde otros ven amenazas". Sostuvo que a los socialistas no les "asustan" los desafíos, pero están para "tomar decisiones, muy duras en ocasiones", como cuando a su Ejecutivo le tocó confinar a toda la población en la primera ola de la pandemia. Pero en contextos "difíciles", señaló, en un claro mensaje electoral, los ciudadanos "confían" en el PSOE porque saben que pueden contar con él.

Para celebrar las cuatro décadas de la victoria socialista, el partido, para su imagen gráfica en la exposición inaugurada este 17 de octubre, ha elegido el mítico cartel electoral de José Ramón Sánchez de aquellas primeras campañas en democracia. Pero el de este lunes no fue el único acto organizado por Ferraz en conmemoración de los 40 años del 28-O. Este jueves se preestrena para la prensa un documental sobre la efeméride y el 29 de octubre, en Sevilla, Sánchez y González compartirán mitin, el primero juntos desde el congreso federal del año pasado.